miércoles, 14 de diciembre de 2016

Nefastadas

¿Cuantas veces te has sorprendido a ti mismo albergando pensamientos nefastos?
Algunas veces sólo emanan a nivel del pensamiento. Los callas, no los dices a nadie, pero cargas con esa sucia culpa de haberles engendrado. Otras veces logran pasar el filtro de las buenas costumbres. Agarras valor y los das a luz en la red mundial a través de tus manos. Al fin y al cabo eres uno de millones ¿Que probabilidad hay de que tu nefasto comentario mate a alguien?. Era mas probable que te matara a tí por contenerlo.
El peor de los casos sería un aborto.Lo sueltas de forma inesperada y terminas marginado, rechazado, en un rincón de la regadera deseando que no hubiese sucedido nunca.

Esta época en la que todos tienen derecho de opinar, de defenderse, de ser quien quieras ser. Nuestro alrededor te ha convencido de que debes mostrarte al mundo. Hacer valer tus opiniones. Todo es válido, mientras se trate de sentirte bien a través de la imagen que proyectas a los demás. Ya sea que quieras verte cómo el mas crítico luchador social. El amigo mas informado y consciente de la situación del país, el más compasivo y misericordioso, o el mas atrevido que lo suelta todo sin pensar.

Últimamente no tengo que demostrar nada, prefiero guardar silencio en las conversaciones. Les observo y les detesto. Les detesto porque me veo a mi misma tratando de mostrarme interesante, crítica, sabionda, conocedora ¡No vayan a confundirme con un ignorante nefasto! (aunque en verdad sí lo sea).

Esta mañana veía el vídeo que compartió el Senado de la República, donde Ana Guevara(ex-atleta mexicana ganadora de medalla olímpica), narraba la agresión que sufrió por cuatro hombres durante un atasco. Días antes había visto los encabezados de la noticia, pero un pensamiento nefasto me trajo un sentimiento apático al titular:

-¡Ah!, La golpearon. Claro es una Senadora, por eso el show mediático. Hay muchas otras golpeadas y nadie le importa.

Ante la insistencia de las redes, hice el famoso clic. Debo confesar que en algún momento sentí un nudo en la garganta al verle llorar. Pasé de la apatía a la empatía. A las otras golpeadas no las veo y las ignoro. Se que existen, pero se quedan en el olvido. El hecho de que sea "Ella" una figura pública ha movilizado a todo los cuerpos policíacos para encontrar a los culpables. Se abre una oportunidad para demostrar que la ley si cumple. Castiga. Pero a uno de cada cinco casos de agresión ¿será?

Durante la reproducción del vídeo, comenzaron a actualizarse miles de opiniones. Muchas de ellas sonaban igual de nefastas que mi pensamiento anterior. Incluso me vinieron otras nefastadas a la mente
-¿Quien le manda ir en moto y rebasar? ¡Que conserve su carril como todos!.. Ella se lo buscó.

-Claro! Es natural si estás en un atasco de horas y viene una moto y te pasa bien concha, ¡Cualquiera se enojaría!

Sólo pude avergonzarme ¿porque estoy pensando así? ¿porqué estamos pensando así?
Estoy viendo a alguien machacado e intento convencerme de que es su culpa.  ¿Cómo es posible que estemos tan acostumbrados a justificar las acciones violentas?.
Encontré mas opiniones que hacen juicio de que éste caso salga a la luz pública, en lugar de escandalizarnos de los niveles de intolerancia que cómo seres humanos estamos construyendo. No hay nada normal en golpear a otra persona, aún dentro del pensamiento nefasto de "Ella lo provocó". Se supones estamos en la cima de la cadena alimenticia y nos parece "normal" reaccionar con violencia. A mis cuarenta años, con diversas experiencias de vida. Había llegado a pensar que me encontraba en otro nivel de pensamiento, mas abierta, liberal, tolerante, etc, etc, etc.

Resulta que no, que no es así. Aún queda mucho "nefastez" en mí.

Mi pensamiento esta nefastilizado  ¿que me denefastilizará?
El que me denefastilice , un buen denefastilizador será.

 ¿Les suena? ¡Aquí pueden recordar!


miércoles, 7 de diciembre de 2016

Flores abiertas

Tengo una hermosa sobrina de 15 años. Desde muy pequeña profesa una devoción por los libros. Lee todo lo que se encuentra a su paso. Con gran interés repasaba una y otra vez las páginas de su enciclopedia del cuerpo humano. Una de sus mayores fascinaciones.

La percepción de su cuerpo y de la desnudez durante su infancia, no ha sido influenciada por el morbo o pudor característicos de los latinos. Nadie debe vernos. No aprendemos amor y protección para nuestro cuerpo; mas bien aprendemos a avergonzarnos y a ocultarlo.

Ella podía correr desnuda por la playa, subir y bajar por la escalera de casa, sin nada que le avergonzase. Con esa misma libertad abordaba los temas de sexualidad. Cuando tenía nueve años, recuerdo que caminábamos por el pueblo y me escucho decir a mi concubino:
- ¡Chin!, no me tomé la pastilla
- ¿Qué pastilla Tía? ¿Te sientes mal? ¿estás enferma?
Su madre estaba pasando por un tratamiento contra el cáncer, se encontraba hospitalizada. Pude haber contestado cualquier tontería, pero me gusta contestar a los niños sin mentiras.
- No estoy enferma. Son unas pastillas que tomó para no tener bebés.
- ¡Ah si! ya se cuales. Pero Tía, si no quieres tener bebés es muy sencillo. ¡Simplemente no hagas el amor!. También hay un plastiquito que se pone en el pitilín y ya con eso  no pasan los espermatozoides.
- ¿Tu como sabes  tantas cosas?
- Lo leí en mi enciclopedia del cuerpo humano.


Así de fácil, una cátedra de métodos de planificación familiar. No hay risitas morbosas, verguenza, asombro, maldad o perversión de menores, tampoco veo indicios de que por estar informada, se anticipe a tener relaciones sexuales (tal cómo lo señalan las agrupaciones de padres que quieren prohibir la educación sexual en los libros de texto).
Mi sobrina sabía que existen las relaciones sexuales, sabía que así se "hacen" los bebes. El concepto asimilado con tal naturalidad que hasta podría sonrojar a algún morboso adulto. Nadie le pervirtió o le causó un daño psicológico. Es conocimiento de lo que somos, de nuestros cuerpos y sus funciones biológicas.

En una sobremesa, mientras mirábamos algunas publicaciones en las redes sociales surgió una que llamó mi atención. Era de lo mas retorcido y tradicional que puede haber: Un reclamo femenino hacia un hombre que había hecho todo lo posible por "conquistar" a una mujer. La llenó de regalos, halagos, invitaciones a cenar, pasear, etc. Después de "enamorarla", finalmente sucedió: "Se la llevó" a la cama. Nunca mas la volvería a buscar. Había conseguido lo que quería, por lo que había trabajado. Miles de mujeres indignadas comparten esta publicación, la acompañan con un texto que dice algo como "Para algunos que conozco".
Honestamente a mí me parece una pendejada, ¿puedes ver lo que pasa cuando hay tanta moralidad alrededor del sexo? Mujeres apretando las piernas, esperando por el momento y la persona a quien "abrirse", cual bella flor que exhibe su hermosura. La diferencia es que las flores se abren, porque así es su naturaleza. Las mujeres en cambio lo entregan como un premio.
Mi sobrina señalaba que ella había leído un articulo en el que señalaba que en una universidad los chicos encontraban mas difícil acostarse con una mujer en una cita. En cambio si una mujer quería tener sexo, le resultaba sumamente fácil.
¡Claro! pocas mujeres estarán dispuestas a ignorar los señalamientos de Hombres y Mujeres. Deben hacerse las difíciles, aunque se mueran de ganas por echarse un polvo. No vaya ser que digan que eres una fácil, una cualquiera, una puta.
¿Que será peor? quedar como la puta, que toma sus propias elecciones o como la tonta que han engañado para ser exhibida como trofeo.

¡Que mas nos da si una mujer quiere ejercer su sexualidad en libertad!. La realidad es que no estamos preparados para ello, ni los hombres, ni las otras mujeres. El sexo tan natural y tan sobrevalorado. Elevado a un status de poder, de moneda de cambio, de felicidad, de placer. Toda una industria de ocio y diversión, objeto de modas y etiquetas ridículas. Siempre resguardado por la moral y las buenas costumbres. No hay preparación para dejar a un lado la moralidad y el juicio social, para ser sexualmente libres . No habrá libertad mientras los hombres sigan siendo criados por éste tipo de mujeres, de esas que esperan ser regadas, abonadas antes de florecer..

Y así, después de casi un mes, tras varios intentos finalmente he completado la entrada número 100!!

domingo, 20 de noviembre de 2016

En el mismo sitio

En una era donde todo nos empuja a ser excepcionales, libres, originales, "súperes" (por supuesto este término no existe y me refiero a que debemos ser super en todo, excelentes; super-mujer, super-hijo, super-hombre, super-estudiante, super-profesional, super-humano,etcétera, etcétera ) creo que nunca hemos estado tan limitados, nunca ha sido más sencillo que ahora perder tu libertad.
Puedes perderla de muchas formas, demasiadas y siempre en aras de la perfección.
¿Habéis visto la película de los niños peculiares? Me gustó mucho más de lo que mis expectativas dictaban.
Pues me viene muy bien esa película para explicar lo que siento.
Me siento así, atrapada en un bucle.
El bucle que me atrapa, me observa con lupa, me exige silenciosamente, me quiere poseer, me hace sentir que no puedo ser yo misma, que no puedo hacer lo que me da mi regalada gana, que no puedo desperdiciar mi tiempo en lo que me salga del moño, que no puedo tener el estado de ánimo que me de mi santa gana y claro, que no puedo expresar mi interior sin perder la compostura y las buenas formas...porque si hago todo eso, si doy rienda suelta a lo que soy, provoco una hecatombe que puede destruir el bucle, cómo esa bomba, que si cae lo destroza todo. Entonces cada día debo cuidar, como hacia Miss Peregrine, de que la bomba no caiga. Ella tenía el poder de retrasar el tiempo y así salvaba su bucle diariamente. Yo diariamente tengo que cuidar lo que digo, lo que hago, lo que no hago y cómo lo hago o no lo hago, tengo que cantar melodiosamente en mi preciosa jaula de oro y debo reprimir las ganas de volar.
Los niños de Miss Peregrine, ni ella misma, debían abandonar el bucle, porque eso significaría que fuera de él, en tan solo unos minutos o unas horas, el tiempo los alcanzaría , los pasaría y los dejaría atrás.
Pero Miss Peregrine era peculiar y tenía superpoderes, cosa que yo no. Así que me queda seguir intentando que la bomba no caiga...o dejarla caer...o salir del bucle... o yo que se.

Resultado de imagen de circulo vicioso


martes, 25 de octubre de 2016

Hermana Pequeña

Casi se cumplen los dos meses desde que viajé de México a España para realizarme la cirugía que removería a Pepe de mi cabeza.

Toda la historia comienza a quedarse en el pasado, como un extraño sueño que con el paso del tiempo comienza a desvanecerse. Todas las lágrimas que derramé por no sentirme yo, por no saber que decisión tomar, por las heridas que pensé que mis decisiones podían causar se han secado.

Cada vez que contaba y ahora cuento la historia de mi enfermedad la gente suele asombrarse y decirme "lo cuentas como si nada". Es correcto ya nada es y cuando era, su diagnóstico representaba que se aproximaba su nada, su fin.

Ahora soy una mujer de 40 años, pero también soy una hermana pequeña. Tengo tres hermanos mayores. Estar aquí en España con mi hermana, compartiendo nuestras vidas revive en mí esa sensación de hermana pequeña. Me olvido un poco de las responsabilidades de ser adulto y me convierto en la pequeña que otros cuidan y miman.

No se cómo hubiese sido mi recuperación si decido operarme en México. Pero creo que cuando estoy allá siento la necesidad de ser fuerte, de hacer todo por mi misma. Quiero ser el cerdito pequeño que ayuda a su mamá, no quiero darle ningún problema, ningún sufrimiento.

Desde el primer momento que la palabra tumor sonó en mis oídos, pensé en los brazos de mi hermana mayor. Sabía que con ella podía sentirme pequeña de nuevo. No necesitaba cuidar de nadie, ella me cuidaría igual como lo ha hecho casi toda mi vida.

Mi hermana mayor es como un brazo mas de mi madre, siempre ha estado ahí apoyando a mamá. Muchos de mis recuerdos de pequeña son con ella. La recuerdo cocinar para nosotros cuando mamá tuvo que irse al hospital, la recuerdo caminar conmigo al mercado, a la escuela. Paseábamos en bicicleta por los cerros de la ciudad, caminábamos por las calles del centro, viajaba con ella en el transporte cuando ella estudiaba y yo "trabajaba de niñera", viajamos juntas muchas veces a los campamentos de la iglesia. Cuando ella comenzó a trabajar yo estaba en la universidad, se preocupaba por mi angustia de estudiante, recuerdo que me compró libros mientras estudiaba y cooperó para mi primer computadora. Llegó a pasar la noche conmigo en la universidad, ella enviando x´s en el BBS (una antigua y extinta forma de chat), yo programando como una friki desquiciada.

Cuando estoy a su lado me siento pequeña, pequeña como niña que aún esta creciendo, ¡Ella es grande! ¡La Admiro! ¡Quiero ser como ella!.

¡Cuantos recuerdos hemos compartido!
¡Cuantos recuerdos seguimos creando!
No tengo dudas, ¡Adoro ser la hermana pequeña!

domingo, 23 de octubre de 2016

"Tu mismo"

Muchas veces he leído y escuchado frases de "huir de ti  mismo", "ser tu mismo", "miedo a ti mismo", "amarse a si mismo" y un sin fin mas.

¿Que es ser uno mismo?
La misma persona que te motiva a ser tu mismo, pareciera que te obliga a ser otro, no ha comprendido que ése eres tu.

Te invitan a que seas mas atrevido, pero ¿que tal que no eres atrevido?, ¿que tal que no te interesa entrar en el mundo del atrevido?, ¿cómo pues seras tu mismo, si te expresas en los términos de otros?, entonces estarías siendo otro, el otro que otros ven que tú puedes ser.

Todas esas frases suenan vacías y sin sentido. ¿Puedes jactarte de conocerte y amarte lo suficiente para decir "soy yo mismo"?.  Si te atreves, te dirán que eres un presumido pretencioso, por ello prefieres no decirlo. Y en esa idea de no decirlo hay una especie de inseguridad. Un remanente deseo de agradar a esos que cuestionan "tu mismidad".
Quieren que te preocupes  por cambiar, por llegar a ser tu mismo -¿no lo eres ya?-. No te das cuenta y caes en el juego, quieres demostrarles que no eres esa persona que todos piensan, ven o imaginan. Quieres aflorar otra personalidad. Cuando ellos la ven dirán, "¿ves?, si ahí estabas. No huyas de ti, se tu mismo".

¿Porque no voy a huir?. Si pensamos en términos de Freud, en ese "uno mismo" estaría el Ello, el Yo y  Super yo. Lo que significaría que el "uno mismo" en realidad son tres, algo así como la Trinidad, incomprensible, intangible, pero vigente en un concepto. Tres en uno, uno en tres.

Ser uno mismo al estilo Freud sería ser las tres personas a la vez, así que no hay nada anormal en de vez en cuando huir de ti mismo. Digamos que huyes, pero no huyes, porque aunque eres tres percepciones, las tres constituyen uno. Es tu elección cual mostrar y eso no significa que no seas "tu mismo".

Me gusta como soy: mesurada, crítica, con un orden en las cosas, conservar mi zona de confort. Eso me define, me da seguridad y facilita mi existencia. Si algo sale de control, lo afrentaré y sobreviviré. Se que puedo hacerlo. Si de elecciones se trata, prefiero quedarme  en ésta personalidad que he elegido, me hace lo que soy,  es lo que quiero proyectar.
Me sienta bien cuestionarme todo lo que hago, da sentido a mi existencia, a mi despertar. ¿Dónde quedaría yo si me dejo arrastrar por todo lo que se oferta a mi alrededor? Perdería mi propia definición, mi propia existencia; sólo para salir de mi aparente zona de confort. ¿Ganaría algo?, No. ¿Valdrá la pena despertar sólo para esperar la caída del sol?  ¿Puedes imaginarme así? NO, claro que no, esa no soy yo.

Si alguien dijera que estoy siendo "yo misma" cuando soy divertida, graciosa, amable, vale madre, buena onda. No ha comprendido quien soy. Mas bien, no le gusta quien soy. Lo que le molesta de mí, puede ser una parte que decidió abandonar de su propio ser.

Decido la persona que quiero ser, pero no deseo ser alguien que no cuestiona su existencia. Alguien que en su aparente dejar de huir, se convierte en el que otros quieren ver.

viernes, 26 de agosto de 2016

Iztaccíhuatl

Una teta, pensaba que solo eso era.
Pero hoy se que soy  dos, dos tetas.
Ya a estas alturas de mi vida me entra la risa, en otro tiempo ese rancio y falso feminismo "aprehendido" habría desatado la furia de mi volcán.
Pero mi volcán plácidamente duerme.
Tema viejo y trillado.
Varios días transcurrían, el silencio haciendo gala.
Llegó un día especial, el acercamiento era obligado.
Quizá una sonrisa, quizá una charla, quizá una mirada.
Tal vez una canción...os imagináis un baile?
Mas tradicional: quizá un beso "robado".
Mas morboso: quizá un manoseo cahondo.
Pero no, todo fue más sencillo: una mano en mi teta...y luego en la otra.
Mi volcán rio divertidamente...y continuo plácidamente durmiendo.
Y fin de la historia.
Ja
Ja
Ja
Resultado de imagen

lunes, 1 de agosto de 2016

Yo Lloro

Lloro fácilmente.
Mis lagrimas ruedan por mis mejillas.
Lloro cuando estoy frustrada,
cuando veo películas de amor o dolor,
cuando canto y la letras y la música me toca al corazón
cuando otros lloran,
cuando alguien muere,
cuando pierdo el control,
cuando estoy nerviosa,
cuando las cosas me superan y mi voz no fluye mas,
cuando pierdo algo y no lo voy a recuperar,
cuando Él me alza la voz,
cuando pienso que le causaré sufrimiento a mi madre.

No lloré al ver las imágenes,
lo sabía desde antes,
mi corazón quería albergar esperanza
mi cerebro supo la realidad todo este tiempo.
Desde esa noche, sólo he llorado en mis sueños.
Lloró cuando le cuento a otros.

Hoy tendré que contarles,
hay un nudo en mi garganta
creo que lloraré al contarles.
No lloro porque tenga miedo,
lloro porque tendré que tomar desiciones y eso
Eso hará llorar a otros.


domingo, 31 de julio de 2016

Mujer moderna

Hace una semana, un buen amigo me preguntó ¿como estás?. Por millonésima vez contesté "Bien".
Pero su pregunta no se quedó ahi,
- ¿de verdad?.
- Si, de verdad.
- Te veo pensativa, ¿Sergio o tu familia?
- No, todo bien. Bueno mi familia, un poco.

Ya no pude evadir más y tuve que abandonar mi evasiva respuesta. Evasiva para los demás, pero principalmente para mí. No quiero ahondar en mis pensamientos. ¿para que?, aún no es tiempo.
Hablábamos sobre mi futura posible operación, ¿Donde me operaría?, ¿Quien me acompañaría?,¿Quien me cuidaría?. Yo, como siempre, cuidando de los demás en mis desiciones. No quisiera que mi madre vea entrar en el Hospital, tampoco quisiera que me viera recuperarme de la anestesia. Pienso en huir de todo y arroparme en los brazos de mi hermana mayor. Ella es mas joven que mamá es fuerte y está muy lejos de todo.

- y ¿tu pareja? ¿Que dice?
- No lo se, no dice nada
- Tienes que hacerlo hablar, tiene que acompañarte, Él es ahora tu familia. ¿Confías en él?

Guarde silencio. Es curioso, confío en él para irme y dejarle solo con toda nuestra manada de gatos y perros. Se que no estarán 100% cuidados como yo lo hago, habrá días en que no harán sus dos comidas al día, también se que no saldrán a pasear, tampoco limpiará las cajas de arena o el patio. Pero se que dormirán todos con Él, los mimará y les gritará de vez en cuando.
Los recibos de Luz, agua, teléfono, alarma, seguro se vencerán. Tampoco entregará la contabilidad a tiempo, probablemente comerá en la calle y no limpiara la casa en todo el tiempo que yo esté fuera.

Pienso que puedo irme a operarme fuera del país y dejarle en casa. Él no dirá nada, sólo aceptará mi decisión. Esa aceptación quizá deje una huella en mí ¿porque me ha dejado ir?, ¿porque no habló?. Guardaré resentimiento por el resto de nuestra relación.

En este punto de la conversación mi amigo frena mis pensamientos.
- Si tanto te dolería, entonces tienes que hablarlo
- ¿por qué? Él es quien tiene que demostrar algo
- Eres una mujer moderna, pero con pensamientos tradicionales de la relación de pareja. Eres autosuficiente, puedes valerte por ti misma, eres fuerte. Pero si sigues con ese pensamiento, terminarás sola.
- No, pero yo quiero estar acompañada.
- Pues entonces, se moderna en tu relación.
- ¿Cómo?
- Pues no se.

No he dejado de pensar en esa conversación.  No puedo encontrar el "cómo". Yo puedo esforzarme y lograr hacer todas esas cosas que quiero, todo lo que para mi es importante, pero no puedo dejar atrás los pensamientos tradicionales de "vida en pareja".

Que es mas tirano, quedarnos en la mujer tradicional o en la mujer moderna. En ambos casos, nos toca encontrar la forma de vivir y luchar contra nuestro legado social. Cómo mujeres modernas, sabemos muy bien  cual es nuestra peor batalla. No es la discriminación, es vivir en pareja.
¿Cual será la batalla del hombre moderno? ¿acaso será asumir nuestra modernidad?

miércoles, 27 de julio de 2016

Amistades Peligrosas

Ése es o era el nombre de un grupo español de los 90's. No recuerdo mucho su canciones, sólo un estribillo de una canción "ay que calor". Éste escrito nada tiene que ver con ellos, sólo que cuando se gestaba en mi mente, no pude evitar hilar los pensamientos al pasado y recordar esa canción.

Cuando creces en la religión "cristiana", es decir toda aquella que tiene como centro la figura de Jesús; la frase "amarás a tu prójimo como a ti mismo", es una máxima a seguir.  La escucharás en todas ocasiones y contextos. Vamos por la vida, tratando de amar, siendo compasivos y empáticos, con todo aquel que cruza en nuestro camino, incluso llegamos a llamarles "amigos".

¿Te ha pasado que en ocasiones desbordas todas tus atenciones en un amigo-prójimo, pero difícilmente encontrarás la misma empatía por parte de él?

Puede ser que eso te haga sentir un poco mal,  encuentras consuelo en esas frases de: "amarás al prójimo como a ti mismo"o "que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha".

La realidad es que ese otro ser no-empático, no es tu prójimo. No lo es porque ser prójimo implica un interés en el bienestar del otro.
Constantemente nos convertimos en el prójimo de otro. Nosotros somos el que presta la atención, nos sentimos utilizados. Sentimos que ese otro nos esta robando algo. Que no estamos siendo recompensados, una alerta en nuestro sentido de supervivencia nos dice que la relación esta siendo peligrosa y que debemos alejarnos de ella.
Y así lo hacemos, nos alejamos, con gran pesar, con una especie de derrota y libertad agridulce. Probablemente acumulamos resentimientos y la próxima ocasión que veamos a alguien necesitado seremos mas cautelosos antes de brindar ayuda.

He comprendido que pocas veces soy un verdadero prójimo de los otros, pues mi ayuda casi siempre está condicionada a un cambio de actitud, acción o agradecimiento. Termino alejándome del otro, porque ese otro no valora mi ayuda, su comportamiento inesperado me hace daño y considero que lo mejor es poner tierra de por medio y nunca mas extender mi comprensión. Sin embargo, no es la otra persona quien me hace daño, soy yo, al no saber brindar "amor" sin que me haga daño la falta de "amor" del otro.

Con esto no quiero decir que seré una eterna sufrida que dejaré que todo el mundo se haga de un pedazo de mí, sólo reflexiono en mi forma de empatizar con otros.

Todos tenemos ese tipo de otros que consideramos dañinos en nuestra vida, dicen que nos aprecian, pero hay ocasiones en que no dejamos de sentir tensión entre los dos, quizá hasta una cierta envidia, tratan de ridiculizarnos. mostrar de alguna forma que son mejores que nosotros.  Sueles preguntarte ¿porque seguimos siendo amigos?. Cuando eso sucede, es que ya hemos dejado de ser el prójimo, ya no podemos preocuparnos mas por el otro.

Entonces ha llegado el momento de la separación. El otro se sentirá herido, dirá que no lo esperaba de tí, que en verdad te consideraba su amigo. ¿Lo comprendes?, él si te amaba, el sí amaba al prójimo, tu eras su prójimo, le brindabas "amor". El nunca fue tu prójimo, solo era una amistad, una amistad peligrosa.

jueves, 30 de junio de 2016

Chismografo

¿Recuerdan a mi ginecóloga psicoterapeuta?

Dos años después he ido a verla de nuevo. Tenía una cita pendiente desde hace varios(muchos) meses. A finales de marzo me realicé varios estudios clínicos, con la intención de ir a visitarle y descubrir de una vez por todas donde había quedado mi periodo en estos 8 meses de ausencia. En lugar de hallar mi periodo, hallamos a Pepe. Él se lo había llevado, ésta vez y probablemente todas las veces que me hizo falta.

Entre la charla clínica, no puede faltar el intercambio de preguntas de tipo evaluación psicológica. Tampoco es novedad que salga del consultorio con el nombre y teléfono de un psicoterapeuta.
Ella mostraba mas interés en mi estado anímico. Pareciera que me dieron un baño de criptonita, agotando todos mis super-poderes de autosuficiencia. Me insistía en que debo sacar el mejor provecho de éste momento de mi vida. Por supuesto, acompañada de un psicoterapeuta y así saber en que momento de mi vida comencé a exigirme tanto.  No fue difícil recordar ese momento, sólo hicieron falta unos segundos.

Yo fui una niña extrovertida, segura de mi misma. Daba igual si organizaba clubs de amigos o lideraba el "bullyng" contra quien no gozaba de mi aprobación. Era una líder nata, tenía mis seguidores.

A los 10 años comencé a asistir a la iglesia evangélica. Mi liderazgo se tornó un poco mas sombrío, mas ajeno a los niños de mi edad. Me convertí en una pequeña evangelizadora. Mi lado extrovertido, alegre, "pachanguero" fue dejado a un lado. Solo los otros cristianos eran dignos de mi amistad y convivencia.
Firme en mis convicciones, ingresé a la secundaria, mi seguridad era igual no había mermado. No tenía miedo de invitar a la iglesia a quien se me pusiera enfrente, pero también me era muy fácil hacer un juicio de esos desalmados y vulgares pecadores.

Muchos chismográfos habían pasado por mis manos en mi infancia. ¿Quien es la mas buena onda?, ¿Quien hace mejor pareja? ,¿Quien te cae mas gordo?. Infinidad de preguntas y tonterías en un cuaderno perfectamente diseñado para el chisme. Todos los participantes debíamos escoger un número, escribir nuestro nombre  y después responder a cada pregunta con nuestro número.

Siendo una cristiana celosa, ya no me prestaba más para esas pecaminosas y tentadoras formas de expresión. Fingía que eso no era importante para mí. Aunque dentro de mí, ardía la curiosidad por saber que decían los demás.
 Una de mis amigas tenía el preciado cuaderno, lo contestaba junto a mí. Todas "cotilleabamos" las respuestas, hasta que llegó la pregunta:
¿Quién es la mas Fea?
Mi nombre aparecía en casi todos los renglones. Todas mis amigas me decía que no era verdad. Sin embargo, yo no me inmute, permanecí como si nada hubiese pasado. Hasta ese momento, yo no creía que fuese fea, pero si todos así lo afirmaban debía ser cierto. De repente llegó mi salvación, lo que me daría seguridad para el resto de mi vida:
¿Quien es la mas inteligente? 
Con unanimidad, todos escribieron mi nombre. No me importó ser la mas fea, tenía algo mas valioso. Era mas inteligente que todos ellos y además todos lo reconocían.

No recuerdo si llore en soledad, sólo recuerdo que el hecho de ser reconocida como la mas inteligente me lleno de orgullo y felicidad. Nunca mas me importó ser considerada bella, nunca más creería en un halago hacia mi físico, nunca mas me fiaría de mi apariencia para conseguir algo. Me volvería prejuiciosa contra las mujeres hermosas. No sabría como darme a conocer, como ser simpática o agradable a los demás. Sólo tendría mi sarcasmo y mi ironía. Demostraría a todo el mundo mis habilidades, mis logros y mi inteligencia. Y así fué.



domingo, 19 de junio de 2016

Letargo...

Lo que mas odio de esta etapa de mi vida en sentirme "cansada". Cansancio físico, mental, cerebral, hormonal, de todo tipo.

Hago cualquier esfuerzo físico un par de horas y debo parar. La cabeza empieza dolerme, el ojo también y en mi mente solo retumba la frase "estoy cansada". Entonces, no dejo de pensar en mi cama, cómo si fuese una adicta que necesita correr y refugiarse en ella.

Todos nos cansamos de vez en cuando, es normal (¿para quien?). Nunca antes "estar cansada" lo había pronunciado tanto como si fuese una muletilla (osea, mmm, este, ahhh). Cada vez que pronuncio esa frase, me parece tan odiosa. Me da escalofríos sólo de escucharme, así que procuro no hablar en términos de cansancio.

¿Porque me causa tanta molestia decir "estoy cansada"?. Es sencillo de responder. Conozco a una de mis cuñadas desde hace mucho tiempo (incluso antes de ser mi cuñada). Ella es la eterna figura del cansancio. Escucharla decir de joven "Estoy cansada" e irse a recostar, después de lavar los platos o después de tomar un baño, me parecía totalmente reprobable. ¿Recuerdan al personaje Tristeza de la película Intensamente?, así es ella, ni mas ni menos.

Cómo niña, adolescente, joven, mujer que nunca practicó el hábito de la siesta. El cansancio,nunca ha sido un pretexto lo suficientemente grande, como para suspender la rutina o cualquiera de las responsabilidades que con ella se adquieren.

Mi familia es así, imparable. Compactamos nuestras actividades y las de otros en unas cuantas horas. Al final del día, rendidos, somos dignos de ir a la cama y descansar.

Veo a mi cuñada deslizarse con letargo. Entra a los sitios acompañada de un "Ay, es que estoy cansada, deja me siento, tu que estas joven déjame el lugar, necesito descansar".  Someto mi yo furioso para preguntar ¿De que estas cansada?, "Ay pues de venir aquí, hay mucho tráfico, luego tu sobrino no para de hablar, me cansa".

Puede ser manejar, puede ser moverse por la ciudad, cocinar, asistir a algún sitio. Todas esas cosas que hacemos las personas diariamente como algo común y corriente,  para ella pareciera requerirle un esfuerzo inhumano. Su actitud ya no me enfurece tanto. Desde hace años suelo decir a mis hermanas "Ella vive en una eterna depresión, porque no es normal estar cansada todo el tiempo".

Hablar de normalidad es algo muy complejo, porque para nosotras lo que ella hace NO es normal. Antes de Pepe, ya había pasado por varios periodos de cansancio. Mi fuerza de voluntad, siempre logró convertirme nuevamente en esa persona imparable. Es tan extaciante ver pasar las horas, confirmar que eres capaz de hacer tantas cosas. Que hasta adquieres mas energía con cada meta completada.

En mi estado actual, no me alcanza la fuerza de voluntad, no me alcanza con mi cuerpo ni con mi espíritu. En voz alta les digo a otros "quiero volver a ser normal". ¿Que pensara mi cuñada? a lo mejor piensa que Ya estoy normal. Que nosotras somos las anormales, por llevar esa vida tan agitada.

Cada vez que critico a una persona que me exaspera, me siento mala persona. Por eso trato de comprender a la otra persona,  comprender que viene de otro contexto, de otra forma de hacer las cosas. Que si yo le rechazo por ser alertagada, ella puede rechazarme por ser acelerada. Pero cuando el aletargado saca provecho de tu condición acelarada, la empatía desaparece y vuelvo a ser una criticona.

En términos de mi propia normalidad, estoy anormal por estar cansada, por estar en el estado normal de mi cuñada. El concubino me dice "pero tu tienes pretexto, no es por floja". En cierta forma es cierto. Acabo de realizar unas tareas domésticas y les escribo esto con muchos malestares que están a punto de llevarme a la cama.

Mucha gente que me rodea es como yo, acelerada. Cuesta mucho comprender la normalidad del aletargado, la forma de caminar de los otros. No puedo evitar creer que lo de mi cuñada no es normal. ¿Bajo que criterios?, porque si comparamos estas dos personalidades en términos de felicidad, ambas saldríamos muy raspadas.  Cada quien vive, con sus hábitos, sus elecciones y sus batallas, no hay felicidad ni amargura permanente, sólo hay vida y vamos a vivirla.

martes, 14 de junio de 2016

Reminiscencias Amargosas

Ese pepe me pone depre y hasta se me olvida andar de fúrica odiando gente.  A veces hay chispas de mi otro yo, no debo desperdiciarlas. Estoy saliendo nuevamente a caminar y correr con mis perritos.

En teoría esto debe hacerme sentir mejor, pero me hace sentir más cansada. Aunque de una forma un poco retorcida, si que me hace sentir mejor. Pero no en la formula de SentirMejor  igual a Optimismo + Felicidad.

Por ejemplo, ésta mañana algunas personas provocaron que las odiara, o como vulgarmente se dice "me cayeron gordas" (término bastante discriminante, quien sabe de donde surgió, pero esta muy arraigado en nuestras expresiones coloquiales)

¿Te preguntas por qué eso es "hacerme sentir mejor"?, pues porque llevo muchos días de llorona, sensible, así que sentir odio y desprecio, me acerca mas a mi Yo quejoso en su estado normal.

Por todo mi ruta de caminata-carrera me encuentro al menos un ciento de perros. Algunos están sueltos, otros amarrados ó  encerrados. La gran mayoría esta en pésimas condiciones de salud e higiene.

Los míos no es que sean la mar de bellos, con pedigree y belleza canina. Son un par de criollos de tamaño mediano, adoran salir a caminar. Se les ve caminar orgullosos y felices, con sus lenguas por fuera como si en verdad fueran sonriendo. Los dos estaban en el abandono, decidimos darles una oportunidad.
En este momento, ellos no se encuentran en su mejor estado de apariencia, solo son dos perritos mugrosos con correa, caminando con mucha felicidad.

En nuestro caminar nos encontramos con muchas personas que van rumbo al trabajo o llevan a sus hijos a la escuela, niños y adultos los ven y exclaman:
Mira, ¡Que bonitos¡, ¿Que raza son?, ¿Hembra o macho?, ¿Ya tuvo perritos?, ¿No l@ vas a cruzar?, ¿Yo tengo uno pero es muy enfadoso?

Ya se que soy una pinche amargada por enojarme por esto, veamos mis conclusiones:
  • Primero, ¿para que hacer un cumplido?, ni me conocen, ni quiero conocerles.
  • Segundo, ¿acaso no hay cientos de perros en nuestro camino?,  ¿porque te parece que son bonitos los míos?  Los perros no nacen "educados" y caminando con correa, Hay que enseñarles, con paciencia y disciplina.
  • Tercero ¿Cruzar? ¿En serio? de nuevo ¡HAY CIENTOS en las calles! Seguramente voy a poner a procrear a mis perros para regalar a cualquier persona.
En fin, son de esas cosas raras que hacemos. Admiramos lo de otros, pero no somos capaces de hacerlo para nosotros o para los que nos rodean. Pareciera que tenemos bien metido el ADN el sentido de "Quedar bien". Supongo que me hace enojar que a veces yo también ando de "queda bien", por eso desquito toda mi furia y desprecio contra los "queda bien".

¡Que barbara!, ¡las pendejadas que me irritan!, pero hace tanto tiempo que no renegaba de nada, que hasta gusto me dio recordar cuan enojada me hace sentir que las personas aprecien a mis perros, mientras desprecian y maltraten a los suyos o a los otros que están ahí en las calle.

Odiamos y despreciamos lo malo de los otros, pero es porque vemos un reflejo de nuestro propio Yo que también odiamos. Por supervivencia no nos odiaremos a nosotros mismos, a menos que este mal de la cabeza. Siempre será más fácil odiar nuestros defectos y pendejadas a través de otra persona que de nosotros mismos.



miércoles, 8 de junio de 2016

¿Como estás?

Esa es la pregunta que mas frecuentemente escucho. Siempre ha sido el mismo número de veces, pero después de Pepe ha adquirido otro sentido.

Diferente sentido para mí y diferente sentido para los que saben de la existencia de Pepe.

Si la pregunta es en vivo y a todo color es probable que perciba una expresión corporal distinta a antes de Pepe, si es audible o escrita, tiene una percepción distinta para mí.

En ocasiones no quiero contestar y sólo respondo "Bien"
- ¿bien?
- Sí, bien.
- ¿Segura?
- Sí, estoy bien. Respondo no sin antes titubear un poco.

Entre mas escribo o pronuncio "bien", mas rara me parece su morfología y su pronunciación.
Jamás respondo "mal" pues nadie está preparado para esa respuesta, ni siquiera yo misma.

Es una realidad que biológicamente estoy mal por Pepe. No estoy mal en el sentido de ir llorando por el mundo porque me diagnosticaron un macro adenoma de hipófisis.
No me voy a morir, no se puede poner peor, tiene solución y tengo todo el apoyo de mi familia.
De repente tengo malestares, pero nada diferente de lo que he estado padeciendo en los últimos años.

Estoy mal desde hace mucho tiempo, siempre en una dualidad. Luchando por "vivir bien", pero sin tener la capacidad para encontrarme ese "bien". A lo mejor ya lo encontré, pero algo dentro de mi se asegura de convencerme de que tengo que seguir buscando, que aún puede ser mejor.

¿Será que ese "mal"  tomó una forma física tangible con Pepe?
Entre bromas y sarcasmo, suelo decir  "Estoy mal de la cabeza, ¡Bah!, ¡eso es normal!"
¿Acaso no lo estamos todos?, ¿no somos todos un poco locos?. Sólo que en este momento yo soy doblemente loca, doblemente desbordada.

Meses atrás comenzaba a preocuparme de estar en depresión, ese estado que te atrapa y no encuentras fuerza para salir adelante. Muchas mañanas busque en mi interior como salir de cama, tenía las razones, pero no eran suficientes para mover mi cuerpo. Sólo conseguían enterrarme entre el montón de cosas que no he hecho, cosas que tenía que hacer, culpa por no hacerlas, preocupación por no tener dinero, angustia de no salir adelante.

Eso tampoco ha cambiado. Antes aprendí a cerrar los ojos ante todas mis culpas, salía de cama para trabajar, sólo para eso, pues la energía no me alcanzaba para otra cosa. Mi "responsabilidad" me llevo al colapso físico y me obligo a parar un poco. Finalmente me he detenido, he aceptado que debo trabajar menos. Trabajo menos, pero todas esas cosas que oculté cerrando los ojos siguen ahí.

No puedo, no quiero pedir ayuda, siento vergüenza, me siento fracasada de depender de los demás.
¡Vaya prueba mas difícil me has puesto Pepe! ahogada entre el desorden de mi alrededor, enterrada en mis pensamientos y peleando con mi orgullo, con mi soberbia.  Casi todas las mañanas emprendo mis propias batallas, a veces gano, a veces pierdo.

Una de esas mañanas en que me declaré vencedora, me sacudí las cobijas. Tomé un baño, decoré mi rostro con mi mejor maquillaje y busqué un buen conjunto para ir a trabajar.
Emprendo el recorrido para salir de casa:  Luces apagadas, cajas de arena, puertas y ventanas cerradas, rellenar bebederos de agua de gatos y perros.
Entonces le veo en el patio. Ese pequeño bodeguero, tan amoroso como siempre. Luce sucio, descuidado, ansioso, transtornado, delgado: consumido por todos los milimétricos habitantes del patio. Queda poca huella de su hermoso y abundante pelaje. Mi fuerza se desvanece, todo mi frente cae derrumbado, mis ojos se llenan de lagrimas. La batalla está perdida, no logré salir de casa.

¿Cómo estoy? ... No puedo contar esta historia todas las veces que me lo preguntan, sólo puedo decir:
Estoy bien, a veces bien, a veces mal, Vulnerable ...

sábado, 28 de mayo de 2016

Pepe

Ese es el nombre del habitante de mi cráneo.

¿Por qué Pepe? ... no lo se, sólo se que un día observaba su forma, el espacio que ocupa dentro de mi cabeza, su orientación que lastima mi ojo y un pensamiento surgió así de la nada "el Pepe".

Es raro en mí que acepte cosas sin razonar, pero cuando me dijeron de la existencia de Pepe lo acepté rápidamente.

Era la solución a todos los malestares que me han acompañado en mi vida. Hice remembranzas para encontrar desde cuando él estaba conmigo ¡imposible de saber! Sólo lo acepté y descansé de saber que Él es el culpable de mis repentinos hundimientos.
¿Por qué le he puesto Pepe? ¿por qué ese nombre? 
Sonará raro, macabro, dañado; pero un habitante de mi cabeza, se merece tener nombre. Sobre todo si después de retirarle mi hospitalidad, se lleva con Él parte de mi desbordada personalidad, producto de mi  mal funcionamiento glandular.
Aunque también podría ser que Pepe,  nada tenga que ver con mi otro "mal de la cabeza" y que una vez que abandone su habitación yo siga igual de desbordada.

Esta bien Karenina, ya justificaste porque le has puesto nombre, pero ¿por qué Pepe?. La pregunta seguía haciendo eco en mis pensamientos.

Ayer tuve una epifanía, de esas que ocurren cuando las neuronas hacen sinapsis aleatorias, pasan del pensamiento inconsciente al consciente e irrumpen fuertemente en la cabeza:
Cuando un científico o investigador descubre una estrella, teoría o huracán suelen llamarle con su nombre. El nombre de su descubridor. 
José es el nombre del médico que hizo el hallazgo. En el subconsciente mi mente eligió que debía nombrarle Pepe (de cariño) y así fue, su nombre es Pepe.




jueves, 19 de mayo de 2016

Calabazas

Cocinar calabaza, en cualesquiera de sus formas, llena de recuerdos mi mente.

El primer recuerdo que albergo de una calabaza, es en un plato de caldo de res.
Mamá nos servía este delicioso caldo con unas porciones cocidas de mazorca de maíz, papa, zanahoria y calabaza (Chayote, ejotes y repollo eran palabras mayores, solo los atrevidos adultos las degustaban en su plato).

La mazorca la reservaba al final, para disfrutarla grano a grano con un poco de mantequilla, salsa picante y limón ¡Que delicia!
La papa, era la mas fácil de comer, Mamá la servía con todo y su piel. Bastaba cavar un poquitín con un cuchara y colocar mantequilla.Rápidamente se derretía para completar este manjar.
La zanahoria cruda me encantaba, cocida no me agradaba tanto, su consistencia y sabor variaba. La sensación en la boca era un poco extraña, solía comerla con poco agrado. Con el paso del tiempo aprendí a apreciar su sabor.

La calabaza, ¡Un martirio!, que fea apariencia, tan gelatinosa y esas fibras de las semillas que horribles son. La troceaba con la cuchara y su piel era difícil de romper.
 -¡No me gusta!, ¡No quiero!
- Te la comes toda o no te dejo que comas la mazorca de maíz
La mazorca se alejaba de mi lado, ¡debía comer esa calabaza!

Mi hermana mayor me decía: ¿No te gusta? ¡Es muy buena!, úntale mantequilla, te gustará.
Ella misma se echaba a la boca un trozo de calabaza. Veía y su rostro, no se veía tan convencida de que fuera tan sabrosa.

Dicen que todos los "tragos amargos" son fáciles si se pasan acompañados. Asi fué, termine la calabaza y pude comer grano a grano mi preciada mazorca.

Tiempo después volví a encontrarme con ella.
¡CALABAZA! ¿Cuanto tiempo mas continuarás atormentándome?.
Alguien compartió una nueva receta a mi madre o la sacó de su baúl de los recuerdos. Guisada en cuadros pequeños, con tomate, cebolla y ¿que creen? ¡Granos de Maíz!, ¡Oh! ¡sí, ellos serán mi salvación!
Otra vez, no atrevo a probar esa mezcla frente a mis ojos y otra vez mi hermana mayor sale a mi rescate
- "Ponle queso fresco y crema, te gustará"
Parecía que realmente le agradaba la mezcla de verduras. Me encomendé al señor Maíz y acabé mi plato, no muy convencida pero fue más fácil.

Tiempo después, cuando estaba en secundaria, una compañera me invitó a su casa al salir de clases. Comería con ella.
- Mamá llegamos ¿Que hay de comer?, dijo mi amiga
- Calabazas
¡NO! ¡CALABAZAS!, en que recóndito lugar del universo se ha gestado un plan malévolo en mi contra.
-  ¿Tendrá un poco de crema?, pregunté con timidez
-  No, mija, te lo debo. Nosotros las comemos con mayonesa, ¿Quieres probar?
- Si, (ya no tengo nada que perder)

Para mi sorpresa, la mayonesa solucionó todo, creo que hasta me repetí plato, ¡Las mejores calabazas que había probado en la vida!

Desde ese día, siempre las acompaño con mayonesa y no puedo evitar que todos esos recuerdos venga a mi mente. Ya no aborrezco la calabaza, ahora es una de mis favoritas en todas mis comidas.

Moraleja, si la vida te da calabazas, puede ser que siempre tengas a alguien que amas para hacer tu carga mas ligera, pero quizá encuentres la solución definitiva donde no la esperas.
No huyas de tus calabazas, hazlas tuyas, pues después de temerles y aborrecerlas, podrían llegar a ser el ingrediente mas esencial en todos los días de tu vida.





lunes, 9 de mayo de 2016

Despreciativa

Hace algunos años, una "conocida" - como diría mi papá - me dijo:
"Es que eres.. no se como decirlo... si yo fuera tú, estaría orgullosa, pero a ti nada te importa, eres despreciativa"
Esas palabras han quedado resonando en mi mente por muchos años.
Mi autodefensa suele pensar: No soy despreciativa, solamente aprecio las cosas de distinta manera. ¡Soy diferente!

¿Cuanta diferencia hay en eso?.  En el afán de mostrarle a la gente que las cosas "vanales" no me importan. ¡Claro que me importan!, sin embargo elijo ser racional, mostrar a la gente que esas vanalidades que todos quieren no "valen" (claro, como algunas ya las he conseguido).

Mi discurso apuesta por la vida, la libertad, tu tiempo, ¡eso si que es importante!.

Mostrar esa perspectiva de vida, resulta mas halagadora que una presumida.

Ante los halagos, yo me muestro agradecida, pero no los ensalzo, sólo me quedo callada y no hago fiesta de ellos. Los disfruto en silencio. La gente suele decir
"¡Wow!, yo te admiro, porque pudiendo tener un super trabajo, ganar mas dinero, tener lo que quieres, eliges no tenerlo"
¿Chingón? ... nah!.. ahí estoy yo,  manipulando las cosas de nuevo para que resulten a mi favor, aunque sea por unos segundos, pues no me suelo fiar de las hablandingueces. Heme aquí, obteniendo cierta clase de aceptación, de aprobación, de pertenencia. "Todos quieren pertenecer a algo", dice la sabiduría colectiva, rápidamente yo respondo "No todos". Esa actitud esnobista sólo me hace pertenecer al grupo de "los no pertenezco"

Mi despreciativa y a la vez gratificante elección de vida, me ha llevado a vivir "a lo pobre". Pobre según los mejor acomodados. Pobre para los de mayor poder adquisitivo. Los verdaderamente pobres, no tienen ni la décima parte de lo que yo tengo o puedo tener de vez en cuando.

La perspectiva común y nefasta de la pobreza, que suele decir:"el pobre es pobre porque quiere", "el pobre sigue pobre porque está acostumbrado a que le den todo". Me hace reflexionar en mi propia existencia: Esa soy yo, calzando mi ínfula fantasmal en mi caminar, despreciando lo que otros quieren, siendo "pobre porque quiero", pero siempre confiada, acostumbrada a que si algo me falta, podré extender mi mano y alguien saldrá a mi rescate.

No soy pobre, sólo soy una despreciativa muy privilegiada.

miércoles, 4 de mayo de 2016

Doble despertar

Cuando sueñas, a veces recuerdas, a veces olvidas.

Al despertar, recuerdas tu sueño y piensas  "he soñado algo similar antes", pero ¿cuando?. Puede ser que haya sucedido en la misma noche, pero nuestro cerebro cree que fue tiempo atrás. Intento recordar el sueño anterior, pero el sueño del momento empieza a desvanecerse.

Soñaba que una persona se me acercaba y me decía "¿Que pasó con tu bebé?,  ¿a quien lo regalaste? ¿donde lo dejaste? ¿Que hiciste?"

Miraba estupefacta a esta persona mientras buscaba en mis recuerdos ¿cuando tuve un bebé?, ¿cómo me veía embarazada?.

¡Esto es un sueño!, jamás me he visto embarazada.
Recuerdos aislados empezaban a aparecer. Ahí estaba yo, postrada en una cama de hospital, alguien preguntaba ¿quieres ver al bebé?. De espaldas respondía "No, no me interesa verlo".

En el sueño me quedaba parada, inmutable. Con ese recuerdo horadando mi mente ¿Que hice? , ¿porque lo he olvidado?, ¿fue tan traumático?. Si, seguramente, por eso olvidé haber parido

No, espera, no te justifiques, es mentira ¡estas soñando!, no pudiste olvidar algo así.

"Fulanita está enojada contigo, no puede creer que tu no estés con tu hijo"

¡¿Mi hijo?!..  Lo dí en adopción, ¡Seguro!  Pero y ¿ese bebé que está en casa de mi mamá?,  ¿será mi hijo?... ¡No! ¡yo no tengo hijos!, ¡Jamás me ví embarazada en un espejo!, ¡Es un sueño! Estoy segura.

Despertaré y no habrá mas miradas que me recriminen.

¿Donde estoy?, es el baldío de a lado a casa. Esa es la cueva donde se esconden mis gatos.

¿Donde está la chica que preguntaba por mi hijo?...

Era un sueño, ya estoy en casa, nunca tuve un hijo.

¡Mira ahí están tus gatos! ¿pero porque todo se ve tan grande?  No recuerdo un desnivel tan grande.¿Que es eso que se oye a lo lejos?

Era el sonido del despertador, abrí mis ojos, me encontré en cama.

¡He despertado dos veces! Desperté dos veces en el mismo sueño. Un sueño dentro de otro sueño.

martes, 3 de mayo de 2016

Ojo de huracán

¿Alguna vez has sentido que todo gira alrededor de ti muy rápido?

Continuas avanzando, pero todo lo que está a tu alrededor se mueve rápidamente, gira con violencia, lanza cosas, las lleva de un lado otro.

Misteriosamente no alcanza a tocarte, en el centro todo está tranquilo, pausado. Sabes que está girando, que si te acercas mucho puede atraparte.

Te quedas en el centro, observas todo de forma incrédula, ya ni intentas comprender lo que pasa.

Solo esperas que todo deje de girar.

Esperas por el momento en que puedas ver la luz, ver las cosas claras de nuevo.

Confías en que el huracán pasará, se desvanecerá y tu quedarás sana y salva, justo en el centro.

Mas de uno querrá sacarte del centro, hacerte reaccionar, pero tu visión es confusa, distorsionada, sólo quieres sentarte, abrazar tus rodillas y esperar.

Esperar, solo esperar...

sábado, 23 de abril de 2016

¿En serio?

Hace unos días, tuve que salír de noche a "tomar algo"...aunque yo no lo crea, si, salí. Una amiga me comió el coco y me robó la razón.
Bueno pues andando por las calles de la ciudad, un viernes, de noche...me sorprendí sorprendendiéndome de cuanto jaleo juvenil se arma en las calles.
O lo tenía olvidado o mis tiempos eran distintos o simplemente he vivido ermitañamente.
Pero lo que más me llamó la atención fue que esa vieja-nueva costumbre que tiene la juventud española de celebrar la despedida de la soltería se siguiera llevando a cabo.
Ellas se reúnen con su amiga casadera y se disfrazan ridículamente ,se ponen penes en la cabeza o chupetean piruletas con forma de falo...entre otras "originales ideas"
Ellos se reúnen con su amigo casadero y hacen tres cuartos de lo mismo pero con tetas y vaginas, claro.
Pero acostumbrada al borreguismo de la juventud, no fue eso lo que me más me sorprendió, lo que realmente me dejo pensando fue : ¿Aún se casa la gente?¿ Aún se hace todo el paripé de novi@-despedida-boda-banquete-vestidito-traje?
Yo de verdad pensé que a estas alturas el matrimonio era algo obsoleto e innecesario!
Y pienso : ¿De verdad creen que haya que casarse? ¿Para qué?
¿Para qué?
¿Por qué?

Resultado de imagen de diadema pene
Jajajaja...que mejor imagen...cegada por un pene!!!!!!!!!!!!!!!

Depredadores por doquier

Solo soy una mamá rana y además más rana que mamá.
Soy una mujer muy desapercibida...o eso quiero ser.
No soy atractiva...o no lo quiero ser.
No soy llamativa...o no lo quiero ser.
No busco miradas ni halagos de ningún tipo.
Prefiero ser un cerebro con un corazón que se articula y sostiene por un entramado de huesos, músculos o tendones.
Y quisiera ser así...solo un "alguien" que se pueda confundir, que se pueda mimetizar con su medio... cual planta que bella o no bella, útil o no útil está ahí...y estará hasta que deba estarlo.
Cada día me cuesta más entender la obsesión humana, será porque empiezo a envejecer, o quizá siempre he sido algo vieja en mis anhelos y en mis motivaciones.
Paseo mucho por muchos caminos.
Hablo con la gente. Intento ser amable.
Amable.
Fui amable con un anciano al que veía con sus piernas arqueadas, su barriga abultada, su pelo blanco, su dentadura escasa y sus múltiples arrugas.
Mi amabilidad fue malentendida.
Él iba subiendo el tono de sus comentarios. Lo toreaba.
Hasta que me ganó.
Me hizo sentir tan mal que no supe reaccionar.
Yo que siempre tengo palabras y recursos de sobra...enmudecí.
Sentí tanta vergüenza, que no fui capaz de contarlo.
Pensé que me dirían..." Tonta" "Y no dijiste nada"
Acoso en estado puro.
Ese día entendí el poder del acosador: te inhibe.
El momento bochorno paso. Pero seguía sintiéndome incómoda...sabía que en cualquier paseo lo iba a encontrar.
Asi fue.
Hoy me sonrió con su cara de viejo verde.
Y aprendí a no ser amable.
Entonces no vi a un pobre anciano, vi a aun simple depredador.
Saque mis garras y lo rajé.
Resultado de imagen de garras

Me liberé.
Añadir leyenda

miércoles, 20 de abril de 2016

¡Ay! Llorona

Saludos mis amados lectores, aunque tuve cinco días de reposo recomendados por el médico, no tome tiempo para escribir, me alejé lo mas que pude de todo ordenador computarizado del demonio.

Estuve enferma de influenza estacional, tuve la fiebre mas alta que recuerdo haber padecido y me sentía de la chingada. No podía levantarme de cama para ir al doctor, no podía bajarme del coche después de regresar del doctor.

Era un bulto de quejas y "lloricos". No es para menos, los adultos con fiebre son muy llorones. Yo soy una llorona, siempre lo he sido, pero a veces me siento "chingona" y se me olvida que soy llorona.

Lloro si mi mamá me abraza cuando me siento mal, lloro cuando me alzan la voz, lloro cuando me siento frustrada, lloro cuando la gente me presiona mucho, lloro con peliculas de amor y drama, lloro cuando vuelvo a leer algunos de mi escritos.

Cuando era niña, mis hermanos no querían que me uniera al juego, porque siempre lloraba. Mi mamá nos dejaba jugar lo que quisiéramos, pero el inicio del juego iba marcado por un "al primero que lloré les daré una nalgada a todos". Yo era la mas pequeña de la pandilla, y claro está, siempre era la primera que lloraba. Mis hermanos tapaban mi boca para que no escuchara mi madre. Pero era imposible, mi llanto se desbordaba entre sus manos.

A veces hasta reír mucho me hacía llorar, pues era tanta la emoción de las carcajadas o las cosquillas, que me quedaba sin aire, no podía respirar, me asustaba y cuando el aire volvía irrumpía en llanto. Eso, costaba que mis hermanos quisieran dejarme fuera de los juegos, pero mi madre no se los permitía, todos debíamos participar.

Después de tantos años sigo siendo una llorona quejica, una llorica.

Ya sea que tenga mucho trabajo, que tenga dolor en el cuerpo, que esté enferma, que no tenga agua, que el carro este feo, que no tenga dinero, que el concubino no sea ordenado, que los clientes estén tontos, que no tengo lo que quiero, que sólo yo soy responsable, que yo hago todo,  etc etc

¡Siempre estoy llorando!  y por llorar, me estoy perdiendo la oportunidad de reír a carcajadas aunque me deje sin aire y me haga llorar, porque así soy yo, llorona.


viernes, 15 de abril de 2016

Culpable soy yo

Aunque nadie me ha pedido que me declare culpable -también estoy segura que a nadie le interesa-, Hoy me declaro culpable de desconfiar de todo aquello que mi concubino dice "Ya revisé" "Ya lo hice". Es una sentencia irrefutable, después del siguiente relato.

Una mañana no muy lejana, me levanté un poco más tarde. No había gas, no había agua caliente. Decidí esperar hasta que el tanque de gas llegara. Él se encontraba aún casa, recibió al "señor" del gas.

Antes de irse sube a la habitación para decirme
"Ya quedo todo, huele a gas, pero es porque puse dentro de casa la mina vacía. Ya revise; todo esta cerrado. Me voy"
No confío en ese "ya revisé".  Si la mina esta vacía ¿porque olería a gas?. Las palabras resuenan una y otra vez. No resisto la tentación de dudar y comprobar.

Desciendo, se respira el olor del gas. También se percibe un ligero sonido parecido al del agua que está hirviendo. Nada hay sobre la estufa, desde lejos veo una de las llaves de la estufa abierta: ¡Esa es la razón de olor a gas!

¿Es acaso una trampa malévola para un crimen pasional? No, no lo es. Mi desconfianza no es tan grande. Es sólo uno mas de sus olvidos, una mas de su forma de hacer las cosas.

Su forma, ya nos ha costado discusiones, pérdidas monetarias, ésta vez pudo ser peor.  Al gritarle por la ventana "Dejaste la llave del gas abierta" su respuesta es "¡Ah! ¿En serio? revise todo no me di cuenta".

No dije mas, todos sus olvidos así terminan: "no me di cuenta", "no me acordaba", "se me olvido", "me dio flojera" o el mas ruin, cuando trata de culparme a mí "me empezaste a decir como hacerlo y ya mejor no hice nada". Se enfada, pone cara de hartazgo. Hasta imagino que empoderado con mi palabrería, él emprende un vuelo a otro mundo.

¿Pero como no voy a decir como hacerlo? Ésta vez podría haber costado mi vida. No hay diferencia entre un reclamo por poner en peligro mi vida o una perdida monetaria. Mirada de enfado, el vaso medio lleno "no paso nada". Yo soy de vaso medio vacío, "y si hubiera pasado algo". Pero no paso nada. En ese momento sólo pienso "ojala pase algo importante, para que aprenda". Pero ya pasó antes, años atrás el carro quedó inservible.

¿Para que aprender? Nunca pasa nada. Casi siempre yo puedo arreglarlo ó ignorarlo. Él sólo lo olvida.

¿Cómo se aprende a vivir la vida con seriedad? ¿Cómo se aprende a vivir a desconfiado?

Tras numerosos fracasos, pérdidas y proyectos olvidados. ¡Yo! me declaro culpable.
Culpable soy de no confiar en que puede hacer las cosas bien. Bien, de la mejor manera. Ese mejor cuando ya no existe otro mejor. Así como a mí me gusta. ¡Culpable Soy Yo!




lunes, 11 de abril de 2016

El café

No me lo van a creer, pero a menos de 24 horas de haber redactado la historia de la leche clavel. Tuve otro caótico episodio en el que se enlazan eventos aislados, no tan aleatorios.

Lunes por la mañana me levanté temprano: un poco apurada (como siempre) deseaba llegar temprano con mis clientes.

Era un día especial, haríamos los preparativos para correr una prueba piloto del proyecto que estoy liderando. También era el día en que vence mi tarjeta de crédito.

Mis clientes no pagaron a tiempo, pagarían hasta el día Jueves. Pero un cliente del concubino nos pagó con un cheque, que se acreditaría un día después de realizar el depósito en el banco.

Encima, teníamos una deuda por cubrir con mi constructor. Días atrás terminó una barda en casa. También mis dos programadores estaban en espera de su sueldo. A ellos les pagaría cuando mi cliente pagara. Al constructor liquidaría con el cheque.

Negocie con uno de mis programadores, pagar su servicio telefónico (que estaba desconectado) con mi tarjeta de crédito. De esa forma podría congraciarme un poco y amortiguar la espera hasta el jueves. Pero, la tarjeta vence hoy. ¿Como la pagaríamos?

¡Ah! pues les cuento que hace días pagué con ella, un curso para mi hermano. Él me entregaría el dinero en efectivo. ¡Perfecto, todo arreglado!  el itinerario matutino se compone de la siguiente manera.

  • Llegar temprano al trabajo
  • Espera por el concubino que me llevaría el carro
  • Dejarle en su trabajo
  • Recoger dinero en efectivo
  • Depositar cheque
  • Pagar tarjeta de crédito
  • Regresar al trabajo

Aunque apresuré el paso y cerré los ojos ante algunas tareas del hogar. No pude contenerme cuando vi que en el patio trasero colgaban del tendedero los pantalones de mezclilla. No podía dejarles, estaban asoleándose desde el día sábado. Hoy ya era lunes "Cuanto tiempo mas dejarás la ropa al sol" escuchaba en mi cabeza la voz de mi mamá. Quien siempre nos enseño a colgar la ropa al revés y no dejarla más de un día al sol.

Al salir al patio, el perro estaba acechando algo detrás de unas hojas de madera  que están sobre un pequeño montículo de tierra que forma un desnivel en el patio.
-¿Que haces?¿Que tienes ahí?
Subo por el lado contrario del montículo. Descubro un asustado gato que ha hecho en esas maderas su refugio. No puedo contener al perro. Abro la puerta de casa, entra corriendo como alma que se lleva el diablo. Regreso al montículo de tierra. Muevo las maderas. El gato huye despavorido.
Entro a casa triunfante ¡Vaya Mañana! ¡Hasta he rescatado un gato!
Es tarde, pero no debo irme sin desayunar. Preparo tostadas con tomate y aceite de oliva. Se que hay leche clavel, acabo de comprar una buena dotación. Tomo la cafetera de metal, la lleno con agua y la pongo sobre el fuego.

Mi taza está lista, pero no hay café.
¡Valiendo Madre! ¿Otra vez no puedo tomarme mi pinche taza de café?

Veo el reloj, son casi las 10. Es tardísimo, no tiene caso ir al trabajo. Cerca de las once Él pasaría por mi.
Resignada a esperar una hora, mi cerebro libre de cafeína hace una sinapsis ¿Y porque estás haciendo un complicado itinerario? Él tiene el carro, Él tiene el cheque, Él va al centro de la ciudad.
Me veo a mi misma como en una escena de Jumanji, aquella donde envían al niño por un hacha en el cobertizo. El cobertizo se encuentra cerrado con candado, el toma un hacha y golpea tratando de romperla. Voltea por unos segundos a la cámara. En su rostro su expresion dice "Ah que menso, si ya tengo el hacha en mis manos"  y sale corriendo.
Así yo, me sentí yo. Como mensa, esperando para hacer todo un inútil sacrificio de tiempo.

Me levanté de mi escritorio, tomé mi bolso con mi portátil  y dejé atrás una taza servida que aún espera por esos gramos de café.


domingo, 3 de abril de 2016

La leche clavel

Una simple mañana, decidí quedarme en casa a trabajar. El proyecto que administro estaba en fase de depuración, por lo que me resultaba más fácil hacer llamadas desde casa para "ajerar" a mis programadores.

Desde aquí puedo hablar del estado real del proyecto, ponerme un poco histérica, subir la voz. Sólo mis gatos escuchan.

Con mis clientes, estoy en un reducido escritorio, sin acceso telefónico, rodeada de unos 40 escritorios. No me siento cómoda poner en evidencia el atraso del proyecto, además odio hablar en voz baja desde el móvil.

Desperté con un par de mensajes de trabajo. Órdenes que no habían sido comprendidas, tareas incompletas; para responder, necesitaba hacer el ritual de encendido de mi laptop: Quitar la batería, apretar el disco duro, ponerla de cabeza y repetir hasta que encienda. Decidí que no haría caso de los mensajes. Terminaría mi rutina mañanera, para después sentarme a trabajar.

Alimenté a los gatos, subí a la habitación para hacer la cama; ahí me encontré el tenderete de ropa. Tenía días con la ropa seca, la ropa comenzaba a disminuir. 
La doblaré y guardaré, no me toma mucho tiempo. ¡Uf! Cómo odio que los calcetines no tengan par. ¿Porque no se fija antes de lavar? Se agradecida, recuerda que los demás hacen las cosas diferente y no deseas ser la mamá regañona. ¡Por Dios!, ¡Que desastre de "armario"! Lo ordenaré, no me tardo. ¡Hey!,¡No olvides tu desayuno! 
Me senté a desayunar junto a mi añorada taza de café. Abro el frigorífico. Abro la alacena. No hay "leche clavel", no hay ningún tipo de leche para mi café.
Lo tomaré negro. ¡No, no quiero café negro! Iré a la tienda caminando por "leche clavel". Aprovecho para sacar al perro y "mató dos pájaros de una pedrada".  Hay trastes sucios del día anterior, los lavaré antes de salir. ¡Oh!, el suelo de la cocina esta sucio; pasaré la escoba "rápidamente"; pero antes, será mejor que remueva los pelos de gato que están acumulados en las cuatro sillas del comedor ¡así valdrá la pena barrer!. Bueno, ya que estoy  barriendo, es justo que pase la escoba por la oficina, así trabajaré mas cómoda
En el fondo los mensajes siguen sonando, quieren respuesta a las dudas. Observo el suelo laminado de la oficina está manchado.
Pasaré el trapeador, porque hace mucho que no lo hago. Se supone que hace cuatro días Él  dijo que lo haría, pero no lo hizo. ¡Bah! No tiene ni caso recordarlo o enfurecerme. Tengo prisa, ¡Hay que trabajar!.... Ahora sí, ya puedo ir por la leche clavel.  ¡No! ¡Espera! no has limpiado las cajas de arena y rellenado los bebederos. Si vas a salir, mejor sacar de una vez los desechos "Tres pájaros de una pedrada". 
Quedó un poco de arena tirada, pasaré la escoba. Antes removeré los pelos del sofá. Cómo ya barrí la planta baja; "rapidito" puedo pasar la escoba por la planta alta.¡NO!,!NO LO HAGAS! Observa el reloj, es tarde. Debes parar, tu perro está esperando. Sólo querías salir por una Lata de "leche clavel" para tomar tu taza de café mientras trabajas.
Finalmente estoy en mi escritorio:
- ¿Porque no me contestabas?
- Porque no había leche
- ¿Y eso que?

Cuento ésta historia
- ¡Que intensa! ... Intensa-Mente.

martes, 29 de marzo de 2016

Yo, la que soy

Pocas veces aprecio de forma consciente las bondades de mi obsesiva y perfeccionista forma de ser. Nadie me exige que haga las cosas de esa manera. Sólo lo exijo Yo.

Me produce gran éxtasis contemplar el resultado de mi esfuerzo, mi creación.

Un día al terminar de preparar mi cena. Me percaté de mi estado extasiado. En mi nariz llegaba  el aroma de la pasta recién preparada. Me incline al plato, cerré los ojos y aspiré fuertemente.
No hacía falta probarla, lo sabía. 

Sabía que estaba bien preparada, sabía que tendría ese buen sabor de "cuando yo hago las cosas".
Entonces, ¿cuando comencé a odiar ser Yo?, ¿Cuando dejé de hacer las cosas?, ¿Porque dejé de hacerlas?. 

Ser Yo me complace, me da satisfacción. Es una realidad que no lo hago por los demás. Lo hago por el placer que me produce degustar, disfrutar y observa mi propia creación. 

viernes, 25 de marzo de 2016

El día de la mujer...

No soy de las personas que dan énfasis a las celebraciones cotidianas. De pequeña recuerdo a mi madre decirnos que no le importaba el día de las madres, tampoco los regalos en el día de su cumpleaños. Su mejor regalo era que le lleváramos buenas calificaciones y cumpliéramos con nuestras tareas en casa.

Estoy consciente que el mundo que me rodea celebra mucho, pero como generalmente interactúo poco con ellos, no me doy cuenta de su desbordado deseo social de celebrar. Hecho que no puede pasar desapercibido con las redes (anti) sociales. Esas que nos permiten conocer de las vidas de las personas, sin la necesidad de una conversación. ¡Hasta he descubierto días que no sabía que existían!

Acaba de pasar el día de la mujer, miles de ellas se desbordan en buenos deseos y reconocimientos a su "mujeriana" labor. Ante eso, yo solo encuentro rechazo, hartazgo, pero muy dentro de mí surge una chispa de pensamiento:

"Ese día de la mujer no tiene nada que ver contigo, disto en muchas cosas de lo que socialmente se considera como acciones y atributos de una mujer. No uso bolsas, no tengo zapatillas por montones. No me siento representada por un par de tacones ni por la maternidad. Mucho menos con la delicadeza y fragilidad de una "dama" que espera por ser rescatada."

Simplemente no hay nada que celebrar, debería de pasar desapercibido. Incluso he leído opiniones "revolucionarias" que se unen a éste pensamiento, pero nuevamente se montan en lo popular: que si a las mujeres nos discriminan en los empleos, que si ganamos menos, que hay abuso, que ser ama de casa es discriminante, que si no somos tecnológicas, etc, etc.

Pero ¿saben que? ése no es el problema, el problema somos nosotras que lo permitimos. Permitimos estar en ese esquema de marginación. Lo abrazamos y nos sentimos cómodas asumiendo que el mundo nos discrimina, nos quedamos en esa trinchera, en lugar de simplemente apoderarnos de todo y liberarnos nosotras, liberar a otras.

Estoy cansada de pláticas de mujeres profesionistas "exitosas", con jovencitas que preguntan:  ¿han batallado para llegar al puesto donde están?, ¿Ha sido difícil ser madre?.
Ellas responden como divas mujériles : "En mi trabajo soy la única mujer y ha sido difícil", "Las mujeres somos mas dedicadas que los hombres", "Tenemos  mas garra", "Hay mujeres que le siguen el rollo a los hombres y se van con ellos a las cervecita" "Yo soy madre, quiero irme a casa a atender a mi marido y mi hijo", "No posterguen la maternidad por su carrera" , "los hombres te acosan" y muchas pendejadas mas.

¡Me hierve la sangre! levanto la mano. Quiero decirles a esas chicas de 18 a 22 años "¡Haz lo que quieras!¡Esfuérzate!,¡haz tu trabajo!. No esperes el trato preferencial por ser mujer. Estúpidos de cualquier genero siempre habrá, ¿Quieres ese éxito?,  sólo lucha incansablemente hasta tenerlo. No hay problema si no alcanzas éxito o si no eres madre, sólo vive para tí. Pero se acabó el tiempo, no me dieron oportunidad, sólo la tuvieron las experiencias que fomentan esas ideas.

¡Mujer! ¡cambia tú! Comienza por no utilizar los criterios del mundo en el que vivimos. Si alguna de nosotras decide ejercer la sexualidad, no le pienses ni le llames puta. Si otra no cuida a su hijo, no es "mala madre", si decide quedarse se casa , no es una huevona que no trabaja. Si la golpean o la maltratan no la consideres pendeja, enséñale, ayúdale.

No Juzgues, no compares, sólo así arrebataremos nuestra verdadera libertad.

jueves, 17 de marzo de 2016

La cualidad de olvidar...

Yo, mujer desbordada, no se olvidar, por eso siempre estoy desbordada.
De repente no hay mas lugar para guardar mas obligaciones y recuerdos. Los comprimo hasta que terminan rebotando cual payaso de caja musical.
Entre mas cuerda se acumule, mas violentamente saldrán las ideas rebotando y golpeando por todos lados.
Muchas veces me han leído enojada, frustrada. Este espacio es mi caja del payaso, cuando no hay mas vueltas para dar, suelto mis palabras y todo vuelve a la normalidad. No es una solución infalible, pues siempre estará latente el peligro de no olvidar y acumular todas esas "vueltecillas" que nuevamente me harán explotar.
Todos esos desbordes me ayudan a controlar mis pensamientos, tras escribirlos y leerlos, acepto lo que soy y lo que es Él. Ninguno de los dos vamos a cambiar, un hecho muy real que a menudo olvidamos en una relación.
Definitivamente no somos iguales, pero le amo, nos amamos. Ambos nos hemos escogido para construir una vida en conjunto, pero también cada uno encuentra su propia forma de vivir. Mientras yo soy feliz hablando y besando a mis gatos cuando duermen conmigo en la cama, Él es feliz con sus proyectos de domingo.
Él tiene ese defecto de olvidar absolutamente todo; desde pagar un recibo de luz, hasta cualquier ofensa. Si me pongo positiva, podría decir que eso del olvido es una maravillosa cualidad. Hasta podría ser un método evolutivo de supervivencia mental.
De repente nos convertimos en "adultos serios" con deudas, hipoteca y miles de responsabilidades. No veo en Él preocupación por todas esas cosas. Yo puedo estar agobiada por querer solucionar todas las cosas de la forma mas efectiva y Él siempre encuentra formas para su propia recreación, para escapar aunque sea sólo un momento.
Suena egoísta o como que simplemente "le vale madre". Yo no puedo ser así, porque soy demasiada ansiosa como para dejar mi caja de payaso sin dale cuerda, pero realmente admiro y envidio su forma de ser.
Siento angustia, ansiedad tan sólo de imaginar una vida descontrolada. En esta relación yo elijo ser la que hace las cosas, porque eso me da tranquilidad, quiero aprender a deleitarme en todas esas cosas que yo elijo hacer, en las que sólo a mi me importan, porque eso constituyen quien soy.
Habrá muchas cosas que no podré soltar, pero estoy segura que entre mas me conozca, aprecie y acepte Quien Soy; todo eso que me he perdido, lo encontraré, disfrutaré y serán solo mías y de nadie mas.

domingo, 6 de marzo de 2016

¡Soy Madura!

"Soy madura, soy abierta, soy adulta,
no temo andar desnuda por casa, no temo de los hábitos morbosos que algún vecino pudiese tener"
Así trato de convencerme, lo repito en mi mente una y otra vez. Como si fuese un mantra, que me transformará en una mujer inmutable, cuando llegue ese día en que debo desnudarme en un consultorio. Así dejaré de sentir que mi cuerpo desnudo, que mi ser desnudo esta expuesto al escrutinio de todo el mundo.

Durante la invasión de mi intimidad, quiero hacerla coloquial, aparentar que no pasa nada y parecer sofisticada al conversar; sin importar que mi cuerpo está semidesnudo, postrado en una camilla y con las piernas abiertas.

El otro habitante del consultorio, observa en la pantalla una imagen que sólo él entiende. Entre  "clic" "clic" intercambiamos los roles de emisor y receptor; le damos vida a eso llamado comunicación y muere al mismo tiempo que la invasión.

¡Sobreviví!, me parece que el mantra funcionó ¡todo terminó!.

Hasta que llega ese día cuando visito la casa de mi madre y al bajar del coche descubro que aquel invasor es su vecino. Ambos nos miramos, nos saludamos cordiales "¡Buenas Tardes!"; mi rostro pierde la madurez al reconocerle,  es probable que el no me recuerde, pero en mi mente imagino que al recordarme el diría
"¡Ah! ¡ya te recuerdo! es que no te conocí con ropa"...

viernes, 4 de marzo de 2016

Mirada en el espejo

¡Ah! que placer encuentro en ver mi imagen clara, limpia y nítida; justo después de pasar el trapo de la limpieza sobre el espejo.

Es cómo volver a encontrarme con las cosas que me gusta hacer, todas las gotas que me opacaban se van, para quedarse atrapadas en el trapo.

¡Vaya analogía!, como si fuese mi propia vida la que limpio, la que se vuelve a encontrar; mas clara, mas limpia, mas nítida.


Mantén tu trapo cerca, pues es importante remover toda la mierda que no te deja verte, encontrarte.

Hay salpicaduras que a veces son un poco más difíciles de remover, otras pueden irse muy rápido, pero con un poco de empeño, pasada tras pasada, con constancia, todo se aclara y podrás decir con tu mirada en el espejo :
¡Hola! ¡Me da gusto encontrarte de nuevo!

viernes, 26 de febrero de 2016

Estúpido hombre...

Lo que no entiendo, lo odio.

Odio los hombres que te miran, no importa que tus tetas estén ocultas, que tus piernas estén enfundadas en un ridículo pijama o que tu cabello esté despeinado.

Él, con su naturaleza despreciable te observa a lo lejos. Conforme te aproximas no te quita la mirada, pero tú no le temes, le haces frente no apartando tu mirada de la suya.
Echas tus hombros hacia atrás, estas erguida, tu cabeza con la barbilla en alto. Le muestras que no le temes, que no podrá intimidarte, que él es un insignificante y tú eres poderosa en la calle.
Ése ente saca unos lentes negros de su bolso y se los pone para seguir mirándote, yo no le retiro la mirada, se que sus asquerosos ojos ocultos bajo sus lentes siguen observándome. Mientras camino hacia atrás, apartándome del lugar, hago una mueca. Sin emitir una palabra con mis labios pronuncio: "estúpido", "pendejo". No le daré la espalda, sin embargo no dejo de sentir que al final el muy estúpido ha ganado la batalla de la calle.
¡Es ridículo!, me pregunto una y otra vez ¿Porqué hacen eso? ¿Que hay en su mente mientras me observa? ¿Que clase de perversión hay detrás de su asquerosa mirada? ¿Que placer puede encontrar en intimidarme? ¿Cual sería su reacción si le pregunto "Que me ves"?, seguro me respondería con una ofensa.

Quisiera tener algo mas que mi mirada, que mis labios en silencio o un dedo erguido para mostrarle. Quisiera sacar un arma, soplar mis ofensas en su cañón y dispararle en medio de esos horribles ojos, que se quedaran abiertos, pero jamás volverán a verme de esa forma en que lo hacían antes.

Le odio, porque no entiendo su estupidez.
Estúpido hombre de la calle.

martes, 23 de febrero de 2016

La pedida...

Cuando tienes casi 40 años y conoces a jóvenes mujeres que aún se encuentran en la espera del momento mágico en que un hombre les pida matrimonio de una forma especial(mente cursi), sólo puedo pensar ¡Que hueva!

No es que no me guste el "romanticismo" de hecho me encanta ver películas rosas, tal como lo confesé en  "Mi gusto culposo", pero por eso son películas, sólo sirven para ver y disfrutar en el momento; porque adivinen ¿que? la vida no siempre continúa así de mágica y maravillosa.

Tener un memorable y romántico recuerdo, de ése día en que decidiste compartir tu vida, con alguien de forma legal ante la sociedad; sólo servirá para dar lugar a un "me gustaría volver a ese momento".
Después de una pelea, discusión, diferencia o frustración, al recordar ese momento, podría darte ánimo para superarlo, pero también puede congelarte a un momento del pasado. Pasado en el que no podemos quedarnos, aún cuando fuera alegre o jodido, es sólo eso, un recuerdo, no debería tener la capacidad de controlar tu vida e impedirte continuar con tu día a día.

Sabías que hasta existen consultoras para asesorar a los hombres en ¿Cómo pedir la mano de una forma espectacular?. Nuestras mentes han sido preparadas para ser un vil producto comercial, no hay nada original en "ser mujer".
Todas las características que quieras atribuirte: romántica, frágil, fuerte, "luchona", "chingona", madre soltera, trabajadora, exitosa,  ejecutiva, "guapa", etc, todos son una idea sembrada para comprar algo, continuar sometidas y casadas a "es que soy mujer".

Lo que mas detesto, es la figura de la mujer "esperando" por el momento en que le pidan mano, hasta algunas tratan de convencerlo de que unirse es lo mejor, todo es tan bello "¡Ay si viviéramos juntos! ¡yo te cuidaría! ¡Te tendría tus cosas en orden para que no las pierdas! ¡Te impulsaría a ser una mejor persona! ¡Tu ropa estaría limpia y doblada! ¡Cocinaría para los dos! bla bla bla bla

Si estas pensando así y en mis otras lecturas te has identificado conmigo ¡ALEJATE! de esos pensamientos, podrías terminar un poco desbordada. Esos pensamientos son los engaños del cerebro para reproducirnos, porque nunca será tan bello cuidar de otra persona que no seas tú.

Si, me agrada compartir mi vida con alguien mas, pero mi error fue iniciarlo con ese idilio de devoción servicial y sacrificada de cuidar de otro, de los dos, porque la realidad es que apenas puedo cuidar de mi.

Así que si estas pensando unirte a alguien mas, sólo puedo decirte que no necesitas esperar a que pidan tu mano,  tampoco idealices un paraíso, donde "tu cuidas" y "el te cuida", porque lo único que necesitaras es convicción para mantenerte unido a otra persona que no eres tú y si inicias llevando todo por los dos, puedes acabar desbordada esperando que algún día otro cuide de ti como tu has cuidado de otros y eso nunca sucederá, pues nadie hará las cosas como tú las haces.

domingo, 21 de febrero de 2016

Instructivo para volar

Éste fue uno de mis últimos ejercicios en el cierre del taller de escritura creativa. Fue un enorme placer convivir con las palabras, pero sobre todo contagiarme de la frescura y alegría de mis instructoras.
En este taller he experimentado un desborde de otro tipo de emociones y me sienta bien compartir palabras e ideas que generalmente guardo para mí.

Cuando escribimos, tenemos la oportunidad de escribir lo que sea, pero cuando en clase nos pidieron escribir un "Instructivo para volar", me decanté por el lado romántico, fantástico para mis instrucciones.
Mi subconsciente racional sigue acuñando el término "Volar" como fantasía, en lugar de apelar a un lado científico-loco-divertido.
Si volar fuese una actividad propulsada por nuestras emociones, como en Peter pan, éste sería mi instructivo.
Al comenzar a leer este instructivo debe olvidarse de que volar es un proceso mecánico producto de la agitación y el viento.
En este momento usted es un globo desinflado, requiere llenarse para poder emprender su vuelo.
Escoja cuidadosamente los gases que iniciaran su vuelo y aquellos que le harán mantenerse a una velocidad constante.
Esos momentos fugases de energía, cómo el de un beso robado,  la patada en tu pierna que te dio aquel niño en el colegio, el chismografo que te dijo que eras fea o ése "agarron" de un desconocido en el bus; ¡son explosivos! te servirán para iniciar el vuelo; escoge tres, cómo máximo cuatro por si el viento llegase a oponerse.
Para mantener el vuelo piensa en tus alegrías cotidianas, en las que encuentras todos los días de tu vida, los buenos días sinceros de un niño o de un anciano, el aroma del café recién preparado, la imagen de tu cabello despeinado al despertar, tus gatos brincando tras un ratón falso, la voz de tu madre llamándote a cenar. Todos ellos atesoralos, pues serán el combustible para mantener tu vuelo.
De alguna forma este instructivo representa lo que soy, todos esos recuerdos frustrantes, en los que explotan las emociones, generalmente me impulsan a hacer cosas nuevas, a superarlos, pero no se olvidan, se quedan y de vez en cuando es necesario expulsarlos.
Lo que vivimos en nuestro presente es lo que nos mantiene cada día y si tuviésemos que elegir como detener nuestro vuelo, definitivamente sería a través de nuestras tristezas, ellas siempre nos frenaran, son necesarias, pero nunca debemos dejarles controlar nuestro vuelo.