No estoy en redes sociales perdiendo mi tiempo, si no que "me cultivo con un libro". Pero, a mi alrededor ocurren demasiadas cosas que distraen mi atención. Activo el modo escucha con ojos al acecho.
A mi derecha(si es la derecha, ya lo comprobé), hay un padre y su hija pequeña, quizá de 5 o 6 años.
Mientras el padre esta sumergido en su computadora, la niña se ha bebido todo el frappe. Cuando el padre finalmente rompe el hechizo llamado trabajo, pronto reclama “oye! si no me dejaste nada!” y vuelve a caer en el trance aislado, ajeno, absorto de todo lo que lo rodea.
La niña, se retuerce en el sillón, agita sus piernas y brazos, pero nada vuelve a romper el hechizo, hasta que decide usar su voz
- PAPA... quiero un helado!
- pero si ya te tomaste todo el vaso de frappe.
-Nooo!, ese no vale, solo era agua.
El padre no cede, entonces la niña toma su tableta y comienza a balancearse mientras corea un estribillo “no me estoy divirtiendo”, “no me estoy divirtiendo”.
Su voz comienza a apagarse, el poder de su voz empieza a diluirse, “no es divertido”, “estoy aburrida” y sucumbe a los encantos de su niñera tecnológica.
Entonces comienzo a construir historias sobre la niña en mi cabeza, ¿porque no fue a la escuela?, ¿estarán sus padres divorciados? ¿Le tocaba a El cuidarla? ¿Son estas las historias Padre-Hija para recordar? ¿es así siempre?
Que situación mas complicada!
A mi izquierda, se ha sentado una chica, joven con un uniforme médico, sera ¿Doctora?, ¿cosmetóloga, enfermera?.
Ella atiende una llamada telefónica, su voz se escucha suave, pero contenida
“llevas meses diciendo eso”... “no te enojes”... “no!, escúchame”..“esta bien lo que tú quieras”, “no, espera!, no me cuelgues”.
Y así fue, le colgaron. Llama a otra persona, y desahoga “se enojo”, “no digo que esté mal que no trabaje, pero algo tiene que hacer”. La conversación continua, su voz se quiebra.
Termina su café y se va.
Solo en este café, me encontré a dos mujeres en situaciones incomodas. Una es adulta, la otra es una niña.
Deseo que cuando la niña crezca, si las cosas aun no han cambiando para todas nosotras, al menos ella también tenga a quien llamar.

