sábado, 23 de abril de 2016

¿En serio?

Hace unos días, tuve que salír de noche a "tomar algo"...aunque yo no lo crea, si, salí. Una amiga me comió el coco y me robó la razón.
Bueno pues andando por las calles de la ciudad, un viernes, de noche...me sorprendí sorprendendiéndome de cuanto jaleo juvenil se arma en las calles.
O lo tenía olvidado o mis tiempos eran distintos o simplemente he vivido ermitañamente.
Pero lo que más me llamó la atención fue que esa vieja-nueva costumbre que tiene la juventud española de celebrar la despedida de la soltería se siguiera llevando a cabo.
Ellas se reúnen con su amiga casadera y se disfrazan ridículamente ,se ponen penes en la cabeza o chupetean piruletas con forma de falo...entre otras "originales ideas"
Ellos se reúnen con su amigo casadero y hacen tres cuartos de lo mismo pero con tetas y vaginas, claro.
Pero acostumbrada al borreguismo de la juventud, no fue eso lo que me más me sorprendió, lo que realmente me dejo pensando fue : ¿Aún se casa la gente?¿ Aún se hace todo el paripé de novi@-despedida-boda-banquete-vestidito-traje?
Yo de verdad pensé que a estas alturas el matrimonio era algo obsoleto e innecesario!
Y pienso : ¿De verdad creen que haya que casarse? ¿Para qué?
¿Para qué?
¿Por qué?

Resultado de imagen de diadema pene
Jajajaja...que mejor imagen...cegada por un pene!!!!!!!!!!!!!!!

Depredadores por doquier

Solo soy una mamá rana y además más rana que mamá.
Soy una mujer muy desapercibida...o eso quiero ser.
No soy atractiva...o no lo quiero ser.
No soy llamativa...o no lo quiero ser.
No busco miradas ni halagos de ningún tipo.
Prefiero ser un cerebro con un corazón que se articula y sostiene por un entramado de huesos, músculos o tendones.
Y quisiera ser así...solo un "alguien" que se pueda confundir, que se pueda mimetizar con su medio... cual planta que bella o no bella, útil o no útil está ahí...y estará hasta que deba estarlo.
Cada día me cuesta más entender la obsesión humana, será porque empiezo a envejecer, o quizá siempre he sido algo vieja en mis anhelos y en mis motivaciones.
Paseo mucho por muchos caminos.
Hablo con la gente. Intento ser amable.
Amable.
Fui amable con un anciano al que veía con sus piernas arqueadas, su barriga abultada, su pelo blanco, su dentadura escasa y sus múltiples arrugas.
Mi amabilidad fue malentendida.
Él iba subiendo el tono de sus comentarios. Lo toreaba.
Hasta que me ganó.
Me hizo sentir tan mal que no supe reaccionar.
Yo que siempre tengo palabras y recursos de sobra...enmudecí.
Sentí tanta vergüenza, que no fui capaz de contarlo.
Pensé que me dirían..." Tonta" "Y no dijiste nada"
Acoso en estado puro.
Ese día entendí el poder del acosador: te inhibe.
El momento bochorno paso. Pero seguía sintiéndome incómoda...sabía que en cualquier paseo lo iba a encontrar.
Asi fue.
Hoy me sonrió con su cara de viejo verde.
Y aprendí a no ser amable.
Entonces no vi a un pobre anciano, vi a aun simple depredador.
Saque mis garras y lo rajé.
Resultado de imagen de garras

Me liberé.
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miércoles, 20 de abril de 2016

¡Ay! Llorona

Saludos mis amados lectores, aunque tuve cinco días de reposo recomendados por el médico, no tome tiempo para escribir, me alejé lo mas que pude de todo ordenador computarizado del demonio.

Estuve enferma de influenza estacional, tuve la fiebre mas alta que recuerdo haber padecido y me sentía de la chingada. No podía levantarme de cama para ir al doctor, no podía bajarme del coche después de regresar del doctor.

Era un bulto de quejas y "lloricos". No es para menos, los adultos con fiebre son muy llorones. Yo soy una llorona, siempre lo he sido, pero a veces me siento "chingona" y se me olvida que soy llorona.

Lloro si mi mamá me abraza cuando me siento mal, lloro cuando me alzan la voz, lloro cuando me siento frustrada, lloro cuando la gente me presiona mucho, lloro con peliculas de amor y drama, lloro cuando vuelvo a leer algunos de mi escritos.

Cuando era niña, mis hermanos no querían que me uniera al juego, porque siempre lloraba. Mi mamá nos dejaba jugar lo que quisiéramos, pero el inicio del juego iba marcado por un "al primero que lloré les daré una nalgada a todos". Yo era la mas pequeña de la pandilla, y claro está, siempre era la primera que lloraba. Mis hermanos tapaban mi boca para que no escuchara mi madre. Pero era imposible, mi llanto se desbordaba entre sus manos.

A veces hasta reír mucho me hacía llorar, pues era tanta la emoción de las carcajadas o las cosquillas, que me quedaba sin aire, no podía respirar, me asustaba y cuando el aire volvía irrumpía en llanto. Eso, costaba que mis hermanos quisieran dejarme fuera de los juegos, pero mi madre no se los permitía, todos debíamos participar.

Después de tantos años sigo siendo una llorona quejica, una llorica.

Ya sea que tenga mucho trabajo, que tenga dolor en el cuerpo, que esté enferma, que no tenga agua, que el carro este feo, que no tenga dinero, que el concubino no sea ordenado, que los clientes estén tontos, que no tengo lo que quiero, que sólo yo soy responsable, que yo hago todo,  etc etc

¡Siempre estoy llorando!  y por llorar, me estoy perdiendo la oportunidad de reír a carcajadas aunque me deje sin aire y me haga llorar, porque así soy yo, llorona.


viernes, 15 de abril de 2016

Culpable soy yo

Aunque nadie me ha pedido que me declare culpable -también estoy segura que a nadie le interesa-, Hoy me declaro culpable de desconfiar de todo aquello que mi concubino dice "Ya revisé" "Ya lo hice". Es una sentencia irrefutable, después del siguiente relato.

Una mañana no muy lejana, me levanté un poco más tarde. No había gas, no había agua caliente. Decidí esperar hasta que el tanque de gas llegara. Él se encontraba aún casa, recibió al "señor" del gas.

Antes de irse sube a la habitación para decirme
"Ya quedo todo, huele a gas, pero es porque puse dentro de casa la mina vacía. Ya revise; todo esta cerrado. Me voy"
No confío en ese "ya revisé".  Si la mina esta vacía ¿porque olería a gas?. Las palabras resuenan una y otra vez. No resisto la tentación de dudar y comprobar.

Desciendo, se respira el olor del gas. También se percibe un ligero sonido parecido al del agua que está hirviendo. Nada hay sobre la estufa, desde lejos veo una de las llaves de la estufa abierta: ¡Esa es la razón de olor a gas!

¿Es acaso una trampa malévola para un crimen pasional? No, no lo es. Mi desconfianza no es tan grande. Es sólo uno mas de sus olvidos, una mas de su forma de hacer las cosas.

Su forma, ya nos ha costado discusiones, pérdidas monetarias, ésta vez pudo ser peor.  Al gritarle por la ventana "Dejaste la llave del gas abierta" su respuesta es "¡Ah! ¿En serio? revise todo no me di cuenta".

No dije mas, todos sus olvidos así terminan: "no me di cuenta", "no me acordaba", "se me olvido", "me dio flojera" o el mas ruin, cuando trata de culparme a mí "me empezaste a decir como hacerlo y ya mejor no hice nada". Se enfada, pone cara de hartazgo. Hasta imagino que empoderado con mi palabrería, él emprende un vuelo a otro mundo.

¿Pero como no voy a decir como hacerlo? Ésta vez podría haber costado mi vida. No hay diferencia entre un reclamo por poner en peligro mi vida o una perdida monetaria. Mirada de enfado, el vaso medio lleno "no paso nada". Yo soy de vaso medio vacío, "y si hubiera pasado algo". Pero no paso nada. En ese momento sólo pienso "ojala pase algo importante, para que aprenda". Pero ya pasó antes, años atrás el carro quedó inservible.

¿Para que aprender? Nunca pasa nada. Casi siempre yo puedo arreglarlo ó ignorarlo. Él sólo lo olvida.

¿Cómo se aprende a vivir la vida con seriedad? ¿Cómo se aprende a vivir a desconfiado?

Tras numerosos fracasos, pérdidas y proyectos olvidados. ¡Yo! me declaro culpable.
Culpable soy de no confiar en que puede hacer las cosas bien. Bien, de la mejor manera. Ese mejor cuando ya no existe otro mejor. Así como a mí me gusta. ¡Culpable Soy Yo!




lunes, 11 de abril de 2016

El café

No me lo van a creer, pero a menos de 24 horas de haber redactado la historia de la leche clavel. Tuve otro caótico episodio en el que se enlazan eventos aislados, no tan aleatorios.

Lunes por la mañana me levanté temprano: un poco apurada (como siempre) deseaba llegar temprano con mis clientes.

Era un día especial, haríamos los preparativos para correr una prueba piloto del proyecto que estoy liderando. También era el día en que vence mi tarjeta de crédito.

Mis clientes no pagaron a tiempo, pagarían hasta el día Jueves. Pero un cliente del concubino nos pagó con un cheque, que se acreditaría un día después de realizar el depósito en el banco.

Encima, teníamos una deuda por cubrir con mi constructor. Días atrás terminó una barda en casa. También mis dos programadores estaban en espera de su sueldo. A ellos les pagaría cuando mi cliente pagara. Al constructor liquidaría con el cheque.

Negocie con uno de mis programadores, pagar su servicio telefónico (que estaba desconectado) con mi tarjeta de crédito. De esa forma podría congraciarme un poco y amortiguar la espera hasta el jueves. Pero, la tarjeta vence hoy. ¿Como la pagaríamos?

¡Ah! pues les cuento que hace días pagué con ella, un curso para mi hermano. Él me entregaría el dinero en efectivo. ¡Perfecto, todo arreglado!  el itinerario matutino se compone de la siguiente manera.

  • Llegar temprano al trabajo
  • Espera por el concubino que me llevaría el carro
  • Dejarle en su trabajo
  • Recoger dinero en efectivo
  • Depositar cheque
  • Pagar tarjeta de crédito
  • Regresar al trabajo

Aunque apresuré el paso y cerré los ojos ante algunas tareas del hogar. No pude contenerme cuando vi que en el patio trasero colgaban del tendedero los pantalones de mezclilla. No podía dejarles, estaban asoleándose desde el día sábado. Hoy ya era lunes "Cuanto tiempo mas dejarás la ropa al sol" escuchaba en mi cabeza la voz de mi mamá. Quien siempre nos enseño a colgar la ropa al revés y no dejarla más de un día al sol.

Al salir al patio, el perro estaba acechando algo detrás de unas hojas de madera  que están sobre un pequeño montículo de tierra que forma un desnivel en el patio.
-¿Que haces?¿Que tienes ahí?
Subo por el lado contrario del montículo. Descubro un asustado gato que ha hecho en esas maderas su refugio. No puedo contener al perro. Abro la puerta de casa, entra corriendo como alma que se lleva el diablo. Regreso al montículo de tierra. Muevo las maderas. El gato huye despavorido.
Entro a casa triunfante ¡Vaya Mañana! ¡Hasta he rescatado un gato!
Es tarde, pero no debo irme sin desayunar. Preparo tostadas con tomate y aceite de oliva. Se que hay leche clavel, acabo de comprar una buena dotación. Tomo la cafetera de metal, la lleno con agua y la pongo sobre el fuego.

Mi taza está lista, pero no hay café.
¡Valiendo Madre! ¿Otra vez no puedo tomarme mi pinche taza de café?

Veo el reloj, son casi las 10. Es tardísimo, no tiene caso ir al trabajo. Cerca de las once Él pasaría por mi.
Resignada a esperar una hora, mi cerebro libre de cafeína hace una sinapsis ¿Y porque estás haciendo un complicado itinerario? Él tiene el carro, Él tiene el cheque, Él va al centro de la ciudad.
Me veo a mi misma como en una escena de Jumanji, aquella donde envían al niño por un hacha en el cobertizo. El cobertizo se encuentra cerrado con candado, el toma un hacha y golpea tratando de romperla. Voltea por unos segundos a la cámara. En su rostro su expresion dice "Ah que menso, si ya tengo el hacha en mis manos"  y sale corriendo.
Así yo, me sentí yo. Como mensa, esperando para hacer todo un inútil sacrificio de tiempo.

Me levanté de mi escritorio, tomé mi bolso con mi portátil  y dejé atrás una taza servida que aún espera por esos gramos de café.


domingo, 3 de abril de 2016

La leche clavel

Una simple mañana, decidí quedarme en casa a trabajar. El proyecto que administro estaba en fase de depuración, por lo que me resultaba más fácil hacer llamadas desde casa para "ajerar" a mis programadores.

Desde aquí puedo hablar del estado real del proyecto, ponerme un poco histérica, subir la voz. Sólo mis gatos escuchan.

Con mis clientes, estoy en un reducido escritorio, sin acceso telefónico, rodeada de unos 40 escritorios. No me siento cómoda poner en evidencia el atraso del proyecto, además odio hablar en voz baja desde el móvil.

Desperté con un par de mensajes de trabajo. Órdenes que no habían sido comprendidas, tareas incompletas; para responder, necesitaba hacer el ritual de encendido de mi laptop: Quitar la batería, apretar el disco duro, ponerla de cabeza y repetir hasta que encienda. Decidí que no haría caso de los mensajes. Terminaría mi rutina mañanera, para después sentarme a trabajar.

Alimenté a los gatos, subí a la habitación para hacer la cama; ahí me encontré el tenderete de ropa. Tenía días con la ropa seca, la ropa comenzaba a disminuir. 
La doblaré y guardaré, no me toma mucho tiempo. ¡Uf! Cómo odio que los calcetines no tengan par. ¿Porque no se fija antes de lavar? Se agradecida, recuerda que los demás hacen las cosas diferente y no deseas ser la mamá regañona. ¡Por Dios!, ¡Que desastre de "armario"! Lo ordenaré, no me tardo. ¡Hey!,¡No olvides tu desayuno! 
Me senté a desayunar junto a mi añorada taza de café. Abro el frigorífico. Abro la alacena. No hay "leche clavel", no hay ningún tipo de leche para mi café.
Lo tomaré negro. ¡No, no quiero café negro! Iré a la tienda caminando por "leche clavel". Aprovecho para sacar al perro y "mató dos pájaros de una pedrada".  Hay trastes sucios del día anterior, los lavaré antes de salir. ¡Oh!, el suelo de la cocina esta sucio; pasaré la escoba "rápidamente"; pero antes, será mejor que remueva los pelos de gato que están acumulados en las cuatro sillas del comedor ¡así valdrá la pena barrer!. Bueno, ya que estoy  barriendo, es justo que pase la escoba por la oficina, así trabajaré mas cómoda
En el fondo los mensajes siguen sonando, quieren respuesta a las dudas. Observo el suelo laminado de la oficina está manchado.
Pasaré el trapeador, porque hace mucho que no lo hago. Se supone que hace cuatro días Él  dijo que lo haría, pero no lo hizo. ¡Bah! No tiene ni caso recordarlo o enfurecerme. Tengo prisa, ¡Hay que trabajar!.... Ahora sí, ya puedo ir por la leche clavel.  ¡No! ¡Espera! no has limpiado las cajas de arena y rellenado los bebederos. Si vas a salir, mejor sacar de una vez los desechos "Tres pájaros de una pedrada". 
Quedó un poco de arena tirada, pasaré la escoba. Antes removeré los pelos del sofá. Cómo ya barrí la planta baja; "rapidito" puedo pasar la escoba por la planta alta.¡NO!,!NO LO HAGAS! Observa el reloj, es tarde. Debes parar, tu perro está esperando. Sólo querías salir por una Lata de "leche clavel" para tomar tu taza de café mientras trabajas.
Finalmente estoy en mi escritorio:
- ¿Porque no me contestabas?
- Porque no había leche
- ¿Y eso que?

Cuento ésta historia
- ¡Que intensa! ... Intensa-Mente.