No soy de las personas que dan énfasis a las celebraciones cotidianas. De pequeña recuerdo a mi madre decirnos que no le importaba el día de las madres, tampoco los regalos en el día de su cumpleaños. Su mejor regalo era que le lleváramos buenas calificaciones y cumpliéramos con nuestras tareas en casa.
Estoy consciente que el mundo que me rodea celebra mucho, pero como generalmente interactúo poco con ellos, no me doy cuenta de su desbordado deseo social de celebrar. Hecho que no puede pasar desapercibido con las redes (anti) sociales. Esas que nos permiten conocer de las vidas de las personas, sin la necesidad de una conversación. ¡Hasta he descubierto días que no sabía que existían!
Acaba de pasar el día de la mujer, miles de ellas se desbordan en buenos deseos y reconocimientos a su "mujeriana" labor. Ante eso, yo solo encuentro rechazo, hartazgo, pero muy dentro de mí surge una chispa de pensamiento:
"Ese día de la mujer no tiene nada que ver contigo, disto en muchas cosas de lo que socialmente se considera como acciones y atributos de una mujer. No uso bolsas, no tengo zapatillas por montones. No me siento representada por un par de tacones ni por la maternidad. Mucho menos con la delicadeza y fragilidad de una "dama" que espera por ser rescatada."
Simplemente no hay nada que celebrar, debería de pasar desapercibido. Incluso he leído opiniones "revolucionarias" que se unen a éste pensamiento, pero nuevamente se montan en lo popular: que si a las mujeres nos discriminan en los empleos, que si ganamos menos, que hay abuso, que ser ama de casa es discriminante, que si no somos tecnológicas, etc, etc.
Pero ¿saben que? ése no es el problema, el problema somos nosotras que lo permitimos. Permitimos estar en ese esquema de marginación. Lo abrazamos y nos sentimos cómodas asumiendo que el mundo nos discrimina, nos quedamos en esa trinchera, en lugar de simplemente apoderarnos de todo y liberarnos nosotras, liberar a otras.
Estoy cansada de pláticas de mujeres profesionistas "exitosas", con jovencitas que preguntan:
¿han batallado para llegar al puesto donde están?, ¿Ha sido difícil ser madre?.
Ellas responden como divas mujériles :
"En mi trabajo soy la única mujer y ha sido difícil", "Las mujeres somos mas dedicadas que los hombres", "Tenemos mas garra", "Hay mujeres que le siguen el rollo a los hombres y se van con ellos a las cervecita" "Yo soy madre, quiero irme a casa a atender a mi marido y mi hijo", "No posterguen la maternidad por su carrera" , "los hombres te acosan" y muchas pendejadas mas.
¡Me hierve la sangre! levanto la mano. Quiero decirles a esas chicas de 18 a 22 años "¡Haz lo que quieras!¡Esfuérzate!,¡haz tu trabajo!. No esperes el trato preferencial por ser mujer. Estúpidos de cualquier genero siempre habrá, ¿Quieres ese éxito?, sólo lucha incansablemente hasta tenerlo. No hay problema si no alcanzas éxito o si no eres madre, sólo vive para tí. Pero se acabó el tiempo, no me dieron oportunidad, sólo la tuvieron las experiencias que fomentan esas ideas.
¡Mujer! ¡cambia tú! Comienza por no utilizar los criterios del mundo en el que vivimos. Si alguna de nosotras decide ejercer la sexualidad, no le pienses ni le llames puta. Si otra no cuida a su hijo, no es "mala madre", si decide quedarse se casa , no es una huevona que no trabaja. Si la golpean o la maltratan no la consideres pendeja, enséñale, ayúdale.
No Juzgues, no compares, sólo así arrebataremos nuestra verdadera libertad.