"No desesperes, algún día terminaran"
De cuando llegamos a ahora, hay muchos avances, sin embargo estos avances se ven opacados por un mal mayor, la falta de agua potable.Cómo si no fuera suficientemente caótico para mí, vivir rodeada de polvo, el no tener agua ha quebrado totalmente mi voluntad de levantarme cada día y hacer mi rutina diaria.
Por las mañanas, despierto, tiro de la cadena del inodoro para darme cuenta de que otra vez "no hay agua" y tener la sensación que transmite aquella canción de Jose Alfredo Jimenez:
"La vida no vale nada, no vale nada la vida, comienza siempre llorando y así llorando se acaba"
¡Esperen un momento! no se rían ni me tachen de exagerada,pero después de pasar mas de año y medio en una casa que no tiene todas aquellas comodidades con las que estás acostumbrado, que te absorbe tus bolsillos porque siempre hay algo nuevo por hacer, que al limpiar te hace vivir en una nube de polvo y que para colmo, no puedes darte ni un baño decente, termina quebrantando mi espíritu y el de cualquiera.
Acarrear agua para bañarse, lavar platos, cocinar, lavar las manos - no hablemos de lavar ropa porque esa es una tarea imposible-, se convierte en una "rayita" mas para las frustrantes labores domésticas, ya cargo con el "todo yo" y ahora debo cargar con la cubeta. Esa odiosa cubeta que duplica el tiempo de los quehaceres, que causa molestia a mi espalda, rodillas y hombros, lastimados por permanecer tantas horas trabajando en una silla y escritorio poco ergonómicos.
Y no me salgan con "se agradecida, al menos tienes agua", porque ya quisiera verlos a ustedes como superarían esta situación. "Pon un Tinaco", "Pon una Cisterna", "Compra otro escritorio", "Compra otra silla", "¡Tan fácil! te ahogas en un vaso con agua". Es fácil cuando no te persigue el estúpido pretexto de "No tengo dinero". Apenas percibo los honorarios de mi trabajo y ya debo repartirlo en las cuentas atrasadas, sumen mi estúpido orgullo que no me deja aceptar ayuda ¡Todo debo hacerlo yo, con mis méritos!, con el polvo de mi frente, perdón ¡sudor!.
He llegado a un punto donde estoy bien hundida en la mierda, literalmente, porque mi casa está tan sucia, que las pelusas ruedan como chamizos por todas las habitaciones.Ahora si que ¡Me lleva la chingada!, en la mierda, con dolencias, con un chingo de trabajo y sin agua, pero con un orgullo hasta el cielo que de nada me sirve.
Entonces viene la trillada reflexión "hay otros peores que yo". Es verdad hay otros peores y ahora los comprendo, año y medio sin comodidades, me ha llevado casi al borde de una depresión, ¿Que será de aquellos que así nacen? sin comodidades, sin servicios, sin trabajo, sin educación y con viviendas peor que la mía. Yo tengo quien me ayude, sólo necesite callar mi orgullo y aceptar la ayuda de quien me tiende la mano.
Aquello de "El pobre, es pobre porque no hace nada" puede tener algo de cierto, pero ¿Que le motivará a querer hacer algo? ¿Quien le brindará la ayuda para salir de su pobreza? Si yo, que me encuentro en una posición privilegiada necesito ayuda para dar solución a mis necesidades y en ocasiones me resulta difícil encontrar la motivación para "hacer algo" ¿Qué les queda a aquellos que están "peor que yo"?
En fin, creo que mi concubino, se asustó al verme en modo "la vida no vale nada", pues se ha puesto a limpiar y con eso me dio una motivación para sacudirme un poco de mierda. ¡Hasta la próxima!

