sábado, 20 de septiembre de 2014

Vidas en mis manos

Hace poco menos de un mes, mientras caminaba con mi perrita,  tuve la fortuna o des-fortuna de encontrar cuatro pequeños gatos con apenas un par de días de nacidos, al escuchar los leves maullidos nuestra primera reacción fue acercarnos al descampado, quizá con la intención de hacer correr a un felino vagabundo, pero al ver a este pequeño bulto negro "gritando" y arrastrándose en busca de la sombra, nuestra actitud cambió de atacante a protector. Lo levanté con mis manos y entonces percibí que no era sólo un maullido, se escuchaban otros, empezamos a buscar hasta encontrar otros dos, los cogí  a todos y los puse dentro de la caja en la que habían sido abandonados, las dos caminamos nerviosas de vuelta a casa.

Actué sin pensarlo, pero no podía dejarlos ahí, llorando en medio del sol abrazador; al llegar casa, mi perra ansiosa  por los maullidos que no cesaban, los olfateó y comenzó a limpiarlos, al poco tiempo estaba acostada, cuidando de ellos como si fuesen sus cachorros.
Yo me sentía nerviosa,¡Que iba a hacer con estos pequeños!, hace mucho que no tengo un cachorro, menos uno recién nacido, peor aún, ¡UN GATO! ¡Jamás había tenido un gato! así que sólo me senté ahí junto a mi perra, junto a los gatos, observando la tierna(demasiado) imagen que sucedía frente a mis ojos: una perra con tres gatos mamando unas pequeñas tetillas estériles. Sin darme cuenta, había un gran nudo en mi garganta y las lágrimas rodaban sobre mi rostro. Desperté de éste estado hipnótico, aún nerviosa y con el mismo pensamiento ¡¿Que voy a hacer?! , por mi mente pasaban miles de ideas,"Quizá se mueran pronto, ¿Y si los llevo a dormir?, Yo creo que si puedo cuidarlos, Mejor no los hubiera recogido, Pobrecillos, ¿quien los deja tirados?, ¿Cómo no cuidarlos?" 

Llego mi "respaldo" con instrucciones "Debes alimentarlos cada 3 horas, dos jeringas de leche", por supuesto que mi angustia no cesó ¡CADA TRES HORAS!, sentí miedo de esta responsabilidad, de tener unas pequeñas y frágiles vidas en mis manos, esos pequeños seres aún con ojos cerrados y con quien nunca antes había desarrollado afinidad dependían 100% de mí.

En la caminata de la tarde, encontré al cuarto sobreviviente, después de 8 horas de haber encontrado a sus hermanos, el seguía aferrado a la vida.

Ante el fracaso de encontrar una nodriza para los pequeños, hice lo más fácil, huir y entregar sus vidas a manos de alguien que deseaba atenderlos y tenía mas experiencia que yo, esa noche sentí que una carga muy grande había sido quitada de mí; ahora todo volvía a la normalidad y ambas dormíamos plácidamente en nuestra cama.

Después de cuatro días, dos pequeños ya habían abandonado su persistencia por vivir, sólo quedaban dos y decidí traerlos de vuelta conmigo, la vida los puso en mi camino, su esperanza de vida había sido depositada en mis manos, pero sólo los rescaté para luego abandonarlos, retomé la responsabilidad y reviví todo esa angustia de tener a estas pequeñas vidas en mis manos. Esa tarde otro más había abandonado su batalla por vivir.

Sólo quedaba uno, lo arropé en mi pecho, sin separarme de él lo alimentaba cada dos horas y mi perrita lo aseaba, así estuvimos muchas horas; ambas escuchábamos disminuir la fuerza de sus maullidos. Por la noche ya en la cama continuamos nuestra rutina y cuando ya no había maullidos, sólo una pequeña y cansada respiración, ella se acerco, puso su nariz junto a la del pequeño y abandonó su puesto, se había despedido de Él.

A pocos minutos, junto a mi pecho, bajo mis manos vi  y sentí como su pequeña vida se fue, un último aliento que no regresó y yo, yo no pude hacer nada, solo llorar...

 Dedicado a los pequeños sin nombre, vaquitas y negritos
 Siempre los recordaré, espero me perdonen por que no supe corresponder a sus ganas de vivir.
28 Agosto 2014



miércoles, 3 de septiembre de 2014

Vida, Fe, Prosperidad

Cada uno de nosotros toma sus decisiones de vida para alcanzar la felicidad, pero constantemente nos encontramos preguntándonos ¿Qué es ser feliz?, entonces podemos hacer una larga lista de cosas que al tenerlas nos hacen sentir bien y nos generan un conjunto de sensaciones que nos llevan a ese supuesto estado de felicidad.

Yo creo que la felicidad como tal, no existe; no es un estado permanente u objeto que podemos obtener, alcanzar, palpar. Si nos aferramos a Él,  pasaremos toda la vida buscándole y dando existencia a su antagónico, "la infelicidad".

Hay algo que si existe: nuestra vida y estamos obligados a vivirla y digo obligados, porque son pocos los que tienen el valor de decir, "no quiero esta obligación", acaban con ella y no viven mas.
En este caminar obligado llamado vida, yo al igual que todos ustedes he seguido distintos caminos para alcanzar ese estado pletórico inexistente de felicidad, he cumplido con lo que mi entorno social me ha impuesto, también he abrazado la Fe con todas sus humanas reglas y aunque todos esos caminos me hacían encontrar mas la infelicidad, ahora que me acerco a los 40, solo pienso en vivir, despertar cada día y recolectar todo tipo de experiencias, el futuro siempre estará ahí, pero no me domina; desconozco si en unos años tendré un techo, alimentos, carro o todas esas cosas a las que nos aferramos y nos dan seguridad; sólo se que si sigo viva pues tendré que vivir, el ¿cómo? me lo preguntaré en su momento.

Acúsenme de  pensamiento mediocre, por no pensar en mi futuro, yo misma he acusado a otros! Esta reflexión surgió después de escuchar un plan de negocios de una empresa llamada 4Life. Inicia su discurso cuestionando nuestros principios de vida, nuestro trabajo, nuestra supervivencia, apela a la búsqueda de nuestra felicidad, justificando que todo eso que hemos hecho no nos ha llevado a alcanzarla y lo bonito que sería vivir cuando todas nuestras necesidades económicas están resueltas.

El discurso es el mismo de un Evangelizador que mercadea la Fe, prometiendo que creer y entregar la vida a "dios" dará respuesta a todas tus preocupaciones y te llevará a ... acertaste! la felicidad. !Que lista es esta persona que da su discurso!, quizá fue un pastor evangélico que decidió abandonar su ministerio, después de que los diezmos no le redituaban tanto, ya que aunque en la iglesia, la Fe es usada como sinónimo de prosperidad, no siempre se refleja en grandes sumas de dinero. Decidió unir la Fe, la necesidad de la gente de creer y un modelo económico que promete grandes ganancias sin hacer "nada"; tomó el discurso religioso de "Tu tienes un potencial divino y haz venido a esta tierra con un propósito !", reduciendo el propósito divino en felicidad palpable, tangible otorgada por  don "dios" dinero.

Así que, sólo se que quiero vivir, tomaré de la vida las oportunidades, las tristezas, las alegrías, el dolor y todo aquello que se me presente y en ese tomar, espero no abusar y tener la oportunidad de devolver algo de lo que la vida me ha enseñado.