miércoles, 27 de agosto de 2014

¿Te ayudo en algo?

Esa!, puede ser la frase con el mejor detonador del mundo, sobre todo si la hace tu pareja, justo cuando de tu frente caen gotas de sudor, después de haber completado un sin número de tareas domésticas.

Como ya he mencionado antes, no soy una persona amante de la ayuda, por alguna razón me gusta sentirme Poderosa, cuando hago muchas cosas sin pedir ayuda, me embriago en mi auto-reconocimiento y autosuficiencia.
Sin embargo hay ocasiones en que un poco de ayuda no me vendría mal;  aunque no se pedirla, cuando veo rebasada mi actitud super poderosa, si que acepto una solícita oferta.

Mi problema está en que la oferta no siempre llega en el momento correcto (para mi desbordado cerebro y sentido común) peor aún cuando esta proviene de la persona con la que convives todos los días y en un sueño guajiro almacenado en un recóndito lugar, crees que el sintonizará el mismo canal de "Things To do".

Suelo despertar, levantarme de la cama, seguir mi rutina matutina y en ese deambular por la casa, pequeños dardos aciertan en mi cerebro, hay días en que puedo ignorarlos y días en los que simplemente me convierto en una máquina desquiciada que no puede parar, comienzo a hilar tarea tras tarea y en ocasiones, en el medio de una tarea logro hacer una bifurcación y dirigir mi esfuerzo hacia otra ramificación que sigue ramificándose al infinito y más allá. Pero, antes de continuar con esa manía, volvamos a la escena donde estoy con gotas de sudor en mi frente,  el dice -¿Te ayudo en algo?-  enmudezco, no puedo pronunciar palabra, -Dime, ¿Te ayudo en algo?, si no para ponerme a hacer otras cosas-  entonces la voz vuelve a mí, rompo mi mudez psicológica y lo único que sale es un ¿Ves algo que puedas hacer?, Hazlo!, pero si no vez nada, pues no hagas nada. 

Y hasta ahí llegó la intención, nuestras prioridades y el "To do List" están separadas por un gran abismo, Él prefirió continuar restaurando una preciosa chimenea rústica que compramos el fin de semana, pero que estoy segura que tardaremos años en instalarla; mientras tanto yo, continué con lo que el no pudo ver.

Hasta la próxima...

lunes, 4 de agosto de 2014

Moda que te acomodas

Entre que no me sobra el dinero y que cada vez que voy a comprar algo, pienso una y otra vez  ¿Es realmente necesario?, me estoy convirtiendo en una coda empedernida.

Me gusta vestir bien y en ocasiones no pongo objeción en gastar 50 dólares en una buena pieza de ropa, aunque llegar a la conclusión  de que realmente es una buena pieza, me pudo haber tomado un par de horas. Mi guardaropa suele ser ropa formal que puedo usar para el trabajo y que con un pequeño cambio o combinación también lo puedo usar en forma casual. El material también es importante, debe ser resistente al lavado y no perder su calidad y color en por lo menos un año, ¡Sí! leíste bien un año y ¿que? no me importa usar la misma ropa durante un año o mas. Tengo la fortuna de trabajar desde casa, por lo que mi guardaropa sufre menos desgaste. No suelo comprar ropa muy seguido, pero cuando compro, me gusta comprar prendas básicas que no pasan de "moda",estampados versátiles, buenos cortes y colores.

En mi ciudad es difícil encontrar ropa de calidad, encuentras ropa de "moda" para comprar y desechar. Aunque lo que se "esta usando" en mi ciudad, no es necesariamente lo que se usa en las grandes capitales de la moda, generalmente corresponde a diseños de una o dos temporadas anteriores que ya han pasado a manos de los fabricantes baratos.

De repente me encuentro en la calle, en un evento o lugar público y veo a masas de mujeres vestidas igual: rayas blanco y negro,  blusas transparentes, vestidos largos de camiseta sin tirantes, chalecos de mezclilla, zapatos de tacón horribles (dignos de ser instrumentos de tortura), mini-vestidos que evocan los recuerdos de aquellas películas de ficheras, blusas con "faldita", cintas en la frente; entonces me pasa por la mente "ah, es lo que se está usando", pero, me ataca un segundo pensamiento ¿realmente les gusta lo que se está usando? porque algunas lucen fatal, o será que lo han visto tantas veces que terminaron convencidas de que debían usarlo; luego me sobreviene otro ataque ¿porque alguien quiere verse igual a los demás y usar lo que todos usan?

Lo peor de todo, es que a veces esa ropa y zapatos, no tiene un espacio de uso, no es formal, no es casual, tampoco para un cóctel o una salida nocturna. Grotescamente, todos los estilos pueden fusionarse en un acto académico diurno de una graduación de secundaria: lentejuelas, gasas, tacones, grandes peinados; éstas mujeres no son capaces de discernir como se usa "lo que se está usando", cualquier evento fuera de su rutina es un espacio para ataviarse aun cuando su atuendo esté fuera de contexto, porque,  es probable que sea su única oportunidad en el año de colgarse hasta el molcajete.

Aparentemente el cuento de ser únicas, cabronas y con mucho valor, se lo pasan por el arco del triunfo a la hora de vestir y comprar, porque las vemos masificadas luciendo a todas igual, desde peinados hasta zapatos, no importa el estatus económico, habrá las que gastaron una verdadera fortuna en su vestuario de marcas de diseñador y la que gasto "su propia fortuna" en imitaciones baratas. No importa que el próximo año lo tengan que echar por el retrete porque te verás ridículo usando algo "fuera de moda" o peor aún lo uses fuera de temporada y andes en pleno verano con hongos en los pies por usar botas afelpadas de mala calidad.

Así que, mientras mis congéneres se acomodan a la moda, yo paso y digo no al "Lencha Style"; al igual que tú que quiero lucir bien, pero prefiero guardar mis 50, 100, 200, 300 pesos que gastaría en una pieza de moda y seguir usando mi "garritas" de hace dos años, que son de buen gusto y que aún con las modas que van y vienen pueden hacerme sentir bien, cómoda y diferente.