lunes, 29 de diciembre de 2014

Machos y viejas

Hace aproximadamente dos meses, el mejor amigo de la infancia de mi concubino, regresó a vivir a casa de su madre, lo cual lo convierte en nuestro vecino.

Corría el rumor de que su esposa lo había corrido, abandonado, dejado y no tuvo opción mas que regresar a sus orígenes. Una noche, mientras paseaba con mi perrita, me tope a otro de los conocidos de infancia "Karenina, dile al Don Karenino que su amigo Pitus esta aquí, que a ver cuando pasa a saludarlo", llegué a  casa y pase el recado "¡Ah! si, ya sabía, luego paso".

Así siguieron pasando los días y el encuentro entre los amigos no se suscitaba; con los excesos del fin de año decidimos hacer algunas reparaciones a nuestro carro y ¿que creen?, pues el amigo Pitus trabaja en una refaccionaria, así que sin haberlo ido saludar en todo este tiempo, sin ningún protocolo, Él solamente va, le busca y me imagine una escena así:

- ¿Que pedo Wey?
- ¡Que pedo! 
- ¿Que vives con tu amá?
- Simón
- Ocupo una pieza para el carro
- Ah simón, ten
- Sale! Cabrón, ahí luego nos echamos las caguamas.

Le conté esta escena a mi "concu" y me dice "ándale, algo así".

De acuerdo a mis formas y reglas para las relaciones humanas, esto sería totalmente improcedente!, yo no sería capaz de pedir algo a quien he ignorado por semanas y si me pongo del otro lado de la moneda, no me daría nada de gusto cooperar con quien me ha ignorado, es probable que por las reglas de buena conducta, le atienda, pero esto me generaría horas, días de quejas y de contar la historia una otra vez "fulanita ni me peló, hasta que ocupó algo de mí, pero para que le vuelva a hacer caso, ya verá la próxima vez". 

Reflexionando en esta escena, pensaba, esto jamás sucedería entre mujeres, pero como siempre trato de concluir mas allá del género, empecé a escarbar un poco entre mis amistades masculinas y encontré algunos que no se salvan, a menudo los catalogo como "ay que viejas", "están peor que viejas", y la verdad es que No son viejas, pero estamos tan acostumbrados a atribuir comportamientos para definir lo que es un hombre y lo que es una mujer, que no nos damos cuenta que no es cuestión de genero, si no que se trata de nuestro hábitos y los  entornos en los que fuimos formados, y aún cuando buscamos la igualdad, nunca la vamos a alcanzar, porque seguimos midiéndonos, juzgándonos y reflexionando a partir de los roles socialmente definidos, nos consideramos "muy machas, muy viejas, muy niñas, mas macha que los machos, cabronas, putas" y al final sólo terminamos confundidas sin saber ¿Quien Soy?





martes, 23 de diciembre de 2014

Pisada de cola

Como dicen por ahí  este año "me está pisando la cola", ha ido demasiado rápido y me ha sobrepasado, sólo quedan 8 días de este 2014.

Confieso que quería lograr al menos 52 Entradas, de tal forma que fuera representativo de 1 por cada semana del año. Mi carrera junto al teclado ya había iniciado un poco perezosa, para llegar a la meta tendría que haberme aplicado una inyección de adrenalina en este Diciembre, lo cuál hubiese hecho muy obvio el "split" final para liberar varios pensamientos que iniciaron su gestación este año, pero que serán dados a luz hasta el siguiente. No soy una persona de metas, quizá por eso no me importó; mientras viva yo, viva mi laptop, el internet, blogspot, etc, pues por aquí andaré.

Irónicamente, uno de mis mayores formas de interactuar con las personas son las redes sociales, más que interactuar se ha convertido en una observación crítica, burlona, soberbiamente compasiva de sus vidas. No reflejamos lo que somos, mostramos lo que queremos que otros envidien o admiren, pero entre nuestras publicaciones y las de otros también descubrimos lo que no somos, ni queremos ser.

Cómo se acerca el fin del éste 2014, empiezan a surgir el montón de frases motivadoras, llenas de esperanza, amor, bondad;  somos embargados por este espíritu de excesos que se desborda de nuestro dedos en las redes sociales. Surgen mas vagabundos en las calles, porque saben que todos estamos dispuestos a cambiar la vida de un "pobre ser infeliz", sin darnos cuenta que quizá el sea mas feliz que nosotros porque está haciendo lo que ha elegido ser, se mofa de nosotros y de nuestro rostro de amor y compasión.

Creo en la compasión, la bondad, el amor, pero creo en esa que todos tenemos y que aflora en cualquier momento de nuestras vidas, no sólo en la abundancia, si no también en la carencia; cada domingo tengo una buena bofetada al escuchar a una persona que tiene menos de la decima parte de lo que yo tengo, expresar su esperanza por vivir, no importa si es en miseria o en abundancia, ella se siente plena aún en las lágrimas o en las sonrisas, lo poco que tiene lo comparte a manos llenas, aún cuando esto implique quedarse sin nada para el siguiente día, vive el presente, no vive en un futuro.

En el futuro vivimos  los demás, pensando, ahorrando, construyendo para tener, comprar, hacer, pero ni siquiera tenemos la certeza del futuro, porque el futuro no existe, siempre llegará algo que lo cambie todo y todo ese esfuerzo quedará atrás, inservible, nefasto, para recordarnos lo tonto que fuimos perdiendo lo único  que teníamos en nuestras manos, El Presente.

A esa frase que leí "Pregúntate si lo que estás haciendo hoy te acerca al lugar en el que quieres estar mañana", le respondo, no se donde quiero estar mañana.

Aunque no logramos liberarnos de esa idea que tiempo "nos pisa la cola", haré mi mejor esfuerzo para entender que nadie me persigue, sólo se trata de vivir.



sábado, 6 de diciembre de 2014

Pizza y Opinión

¡Ay! pero que difícil es contenerse, cada día contengo cientos de reacciones. El motivo mas común: no contradecir a las buenas reglas de cordura y convivencia; pero no me refiero sólo a mi relación de pareja, si no a mi relación con otros seres humanos. En este mundo de redes sociales, donde todo el mundo(menos los pobres mas pobres) puede expresarse, te encuentras cada cosa digna de emitir un comentario.

En ocasiones me atrevo a comentar una publicación sexista o una venta de cachorros, casi siempre son personas a las que no conozco, a las cuales no me importa incomodar y sacar de sus "casillas", es increíble lo mucho que la gente se defiende, parecen gatos boca arriba o peor aún, caminante en arenas movedizas o lodazales. Entre mas luchan, mas se hunden en su basofia de pensamiento, son incapaces de asimilar o leer comentarios que difieran con su línea de pensamiento, una discrepancia de gustos la consideran una afrenta personal, de tal forma que terminan con una bateada clásica como: "Sabes cual es la diferencia entre tu opinión y una pizza?, que la pizza la pedí".
Lo curioso es, que si mi opinión no le interesa, porque se esfuerza en contradecirla, agredirme o hasta hacerme un "meme" de que no le importa, no se ustedes, pero a mi me parece que hacer o dedicar un "meme" ya indica todo lo contrario, le interesa y mucho.

La realidad es que a mi  y a nadie nos gusta la confrontación, o que nos lleven a pensar que quizá no tenemos razón. Estamos tan acostumbrados a ceder para quedar bien por cortesía, que cuando alguien opina diferente, inmediatamente lo consideramos una grosería.

Me gustaría fingir Asperger o cualquier enfermedad que limite la parte de mis habilidades sociales, probablemente muchos se enojarían, pero luego serían corteses conmigo porque "pobrecilla esta enferma", los comentarios que provienen de un niño, un borracho o un enfermo, son aceptados con amabilidad y de-meritados, sin darnos cuenta que son emitidas de una forma veraz; éstos tendrían que hacer mella en nuestra mente y confrontarnos con la realidad.

¡Que curioso mundo es éste, en el que se desprecia la verdad pero se adora a la cortesía!  y como de vez en cuando pierdo la cortesía  digo adiós a ser considerada una "bella dama".

domingo, 30 de noviembre de 2014

Egoísta de mí

La otra tarde tuve una epifanía!  hace un par de meses, años mejor dicho, siento que mi vida camina en cámara lenta, constantemente elogio las cosas buenas y malas, busco sentirme afortunada de sobrevivir cada día y convencerme así de que la vida y yo estamos en paz.
Dentro de ese "coco wash", también tengo mis momentos oscuros, me siento atrapada y sin ninguna motivación para hacer "algo", veo a mi alrededor y nada me parece suficiente.

Por las noches voy a la cama, con el firme propósito de que "mañana será mejor": me levantaré temprano, haré un paseo doble con mis perros(caminar con ambos y trotar con el más activo), cumpliré con todas mis obligaciones matutinas -esas que las amas de casa conocemos muy bien-, finalmente me sentaré en mi viejo escritorio y seré económicamente productiva trabajando en todos mis asuntos laborales.

Al despertar no sucede así, me atrapa una red y me quedo inmovilizada, no limpio la casa, no paseo a los perros, no cocino, no voy al mercado, no pinto las paredes, no arreglo el jardín, no doblo la ropa, no esto, no aquello, simplemente no y no y no.

Me pregunto una y otra vez, ¿Que me pasa? ¿Que me atrapa? me abofeteo y me digo "¡espabila tía! ¡espabila!". Esa tarde descubrí que no hago nada, porque me he convertido en una egoísta insatisfecha, no quiero compartir las "cosechas" de mis acciones, ¿porque alguien que no ha puesto ni el más mínimo riego o labrado debe disfrutarlas?

No siento que mis labores domésticas, mi continuo esfuerzo por ahorrar, mi desgaste por ir y venir, por mantener las cosas en orden, sean apreciadas por el otro habitante de este lugar, no siento aprecio, ni agradecimiento, si no que a veces hasta encuentro hastío y rechazo. Cuando me desbordo en "Yo soy la que hago", recibo un "pues, no lo hagas" y eso fue lo que hice: deje de hacer. Lo malo que en ese dejar me perdí a mí misma, perdí mi motivación e interés, quedé enterrada debajo de todo ese montón de cosas que dejé de hacer.

Me enseñaron que las cosas se deben hacer, porque deben hacerse, aún cuando no te gusten, por eso me debato entre lo que por "obligación" debo hacer, todas esas cosas a mi alrededor que me gritan por atención, pero no quiero que alguien que no sea yo, goce de los beneficios de las "voces" que constantemente me acosan.

Y aunque pareciera que me contradigo, puesto que no soy una persona dispuesta a elogiar cuando alguien hace bien algo que es su obligación, yo si estoy esperando un elogio, agradecimiento o señal de aprecio para continuar, la diferencia está en que todas esas inapreciadas acciones domésticas y de pareja no son obligación mía ni de ninguna mujer ¿Acaso no estamos en pareja para compartir una vida y todo lo que en ella convenga?, porque han de asumir que las cosas suceden en forma mágica misericordiosa (tenerlo aún sin merecerlo).

No soy dios, ni quiero ser un mártir, tampoco espero un homenaje cuando ya no esté aquí; solo me gustaría de vez en cuando recibir un par de palmadas por todos mis actos mágicos que brillan en este escenario llamado Hogar.

lunes, 24 de noviembre de 2014

Ínfula fantasmal

De mis múltiples manías y comportamientos que me gustaría erradicar, hay uno que de vez en cuando aflora al mundo y es un poco vergonzoso, porque en realidad no soy nada, ni nada tengo.

De repente me encuentro en un mostrador de una tienda departamental, cafetería, cine, supermercado, en esos sitios donde sueles encontrarte al clásico empleado de mostrador, mal encarado o con pésima intención para atenderte. Suelen torcerte la cara y denotar con su expresión corporal pereza, aburrimiento y un claro "me importa madre lo que necesitas". Algunas veces son chica o chico joven "cara-cuerpo-nice" que pueden parecer tontos, pero mas bien son lo suficientemente inteligentes para hacerse pasar por tontos, logrando evitar una demanda de esfuerzo.

Conozco algunas personas que cuando se topan con personas así, se dirigen de una forma amable, les hacen un cumplido tipo piropo o llaman su atención elogiando alguno de sus atributos físicos, en respuesta obtienen una gran sonrisa y un buen servicio.

En mi caso, me resulta imposible hacer algo así, si han seguido mis "desbordes", ya deben de conocer cuan intolerante soy a situaciones como esta, mi primera reacción(predecible) es:

¿Porqué he de ganarme la atención, si le pagan por atender al cliente? 
¿Acaso no es lo que tiene que hacer?

 No es que yo sea una persona déspota que les mire por debajo del hombro, pero cuando algo así me pasa, me sale lo déspota que llevo en mi interior y me envuelve una ínfula sin sentido:

 "¡TU! ser humano inferior, ¿no sabes quien soy yo?, con la mano en la cintura gano en un día lo que tu ganas en una semana, soy licenciada con estudios de posgrado en el extranjero, la mejor de mi clase, deberías rogar que te compre algo para que sigas teniendo tu trabajo, no porque me veas en fachas significa que no puedo gastar mucho dinero aquí"

El desvarío puede continuar con un montón de pensamientos humillantes, de los cuales al final la única humillada soy yo, porque por mas títulos, empleos y absurdos fundamentos de mi "ínfulez", ninguno de ellos sirve para nada. Al menos esa persona tiene un trabajo fijo, yo en cambio al ser consultor, vivo en angustia todo el tiempo, no se si llegaré a fin de mes y aunque me encantaría gastar a manos llenas, la verdad es que no puedo hacerlo.

Entonces, toda mi presunción no es mas que un fantasma que me provoca escalofríos ¡¿Que clase de monstruo podría llegar a ser con un poco de poder?! ¿Que gran complejo se esconde detrás de mi intolerancia? Vaya piedra tan grande estoy a punto de lanzar al juzgar a una persona que "mal atiende", sin antes haber visto al monstuo que a veces vive en mí.






viernes, 14 de noviembre de 2014

¡Come caca!

Hay ocasiones en las que no hace falta opinar, con un "Ok" sería mas que suficiente, aunque cuando suelo dar ese "Ok", pueden estar sucediendo dos cosas, no me importa el tema o bien, ya lo razoné, pensé, medité y es mejor "no hablar". Sin embargo, por una extraña fuerza en mi interior, me siento obligada a dar mi opinión, aunque esa opinión pueda llevarme a escarbar cosas del pasado que sacan a flote el "rencor cholo" que atesoro en un recóndito lugar de mi corazón.

Ayer mi amado concubino me escribía un mensaje en FB diciendo:
"Oye, estaba pensando del escritorio para los dos.. Que tal si agarramos mi escritorio, usamos lo de arriba y le ponemos de patas dos bases de la máquina de coser"

¡Bueno! ese escritorio tiene una historia:

Llevaba meses quejándome de que "no quepo en mi escritorio". No logro encontrar la altura perfecta para colocar teclado y mouse, constantemente intercambio de sillas porque con una me duelen los hombros, con otra me duele el coxis y con otra las rodillas, muy alta, muy baja, el teclado va y viene entre la bandeja y escritorio.
En ese mar de quejas  un día Él dice "Van a tirar un escritorio en el trabajo, ya lo pedí y me lo van a dar".

Esperaba ansiosamente el día que llegaría MI ESCRITORIO y seríamos felices para siempre, soñaba con las horas que pasaríamos juntos, lo mucho que escribiría, lo mucho que programaría, "¿Cómo serás?, aún no te conozco, pero sueño contigo";  Pero ¿saben que? ese día nunca llegó, porque el escritorio no era para mí, era para Él y nunca pude superarlo.

Aún lo veo y pienso "pensé que serías mío", mi corazón está roto, por eso cuando ayer me comentó los planes para el escritorio de la discordia, no pude evitar traer al presente el pasado y enrollarme en una discusión escrita totalmente absurda, ridícula e ineficiente.

"¿Porque para dos?", "¿Porque lo quieres compartir ahora y antes no?", A mi no me engañas, tu quieres modificar el escritorio para ti, pero dices que es para los dos", "¿Quieres modificarlo?¡Hazlo, ya no puedo agüitarme mas!"

Tiempo después, me pregunto ¿Porque lo hago?, porque tengo esa necesidad de ganar una batalla, de demostrar ahora y siempre que tengo razón, de obtener una respuesta que me satisfaga, o una disculpa atrasada por algo que yo misma idealicé en mi mente pero que me hizo sentir herida.

Siendo analítica y razonable pude haberme quedado con cualquiera de estos pensamientos:
  • Solo tenemos una maquina singer, así que de aquí a que consigamos otra y con los múltiples proyectos de restauración(Chimenea, marco de madera antiguo para espejo, escritorio antiguo) o construcción pendientes, pasará muchísimo tiempo para que ese escritorio sea transformado.
  • Honestamente, aunque es amplio no cabemos los dos, mucho menos cuando estoy trabajando con proyectos de hardware.
  • Otra propuesta de remodelación incorporando una "L" con la máquina Singer.
Pero ...

¡NO FUE ASI! me dejé llevar por mi característico actuar, mi "rencor cholo" me dominó  y pudiendo haber respondido un simple "ok" o "nice", decidí no hacerlo y al final no obtuve una disculpa,  un lo siento o un tienes razón, sólo me gane un "Come Caca".

martes, 4 de noviembre de 2014

Fragmentos en el pequeño Chococat

Un día como hoy 4 de Noviembre hace once años, me debatía entre volver a México o seguir estudiando en España. Volver a buscar a mi "amado" o dejarle ir.

Siempre me ha gustado escribir, pero creo que me esforzaba demasiado, les comparto mi pensamiento nocturno.

"Estoy cansada, es el final del día, quisiera perderme en cualquier sustancia que me aparte de la realidad, perder el aliento en cada bocanada y el pensamiento en cada sorbo. Volar junto a cada partícula y en cenizas desintegrar las ideas.
Que no avance la noche, que no exista nuevamente la luz, quiero sentir como se pierde la conciencia en cada gota del cóctel de la existencia, sonreír ante el asombro de que no habrá mas angustia por despertar, ni temor de suicidar a la razón, descansar de la obsesión, mientras abandono la cordura en mi camino a la locura"

viernes, 31 de octubre de 2014

Zapatos incomprensibles

Ya que he pasado por época de confesiones, tengo que seguir compartiendo alguna de las cosas "triviales" que me gusta hacer, soy como cualquier otro, no tengo nada de especial, por más que trate de navegar con mi bandera de "crítica auténtica", en mas de una vez me he sorprendido tarareando "me voy con mis botas marrón a luchar bajo el sol" (canción que no deja de sonar por el radio en estos días).

Cuando me acuerdo que es miércoles, me encanta sentarme en el sillón frente a la tele y ver Discovery Home & Health y su programación de "Miércoles de Belleza". Si tengo oportunidad, puede que me aviente un maratón de tres horas de "No te lo pongas", "Desafío Fashionista", "Cambiame el Look".

¡Agh! maldita mercadotecnia manipuladora, por más ácida que sea, o por mas que reniegue de los estereotipos hacia el genero femenino, ahí estoy muy atenta para "aprender" y tomar sabias decisiones sobre como gastar inteligentemente mi dinero en ropa; es que, "tu sabes, ¿no?" debo verme bien, vestir bien cuando tengo mi papel de Consultor de Software.

Días atrás dediqué una entrada a opinar de la moda, hoy abordo nuevamente el tema, porque algunas de mis "Facebook Friends" hacen que mis dedos "babeen" por comentarles algo, pero aunque soy conocida por mis comentarios ácidos, margaros y groseros, me abstengo, no quiero comenzar una campaña de odio. A veces emitir un comentario saca lo peor de las personas y ya no se trata de el tema que criticaste, si no de sacar un montón de frustraciones que hicieron "ding".

Varias de mis"friends" son apasionadas por los zapatos, constantemente publican su emoción por salir a comprar, comprarlos on-line, recibirlos, usarlos; comparten las evidencias de sus amados zapatos, al verlos yo solo puedo pensar
 "QUE HORRIBLES"
Honestamente no puedo entender las emociones y necesidades que un par de esos feos, poco prácticos, anti- esteticos y corrientes zapatos pueden causar; a ver, espera un momento, porque creo que justo ahora acaban de provocarme un montón de emociones, tanto que aquí estoy escribiendo.

Aquí el tema es que después de esas primeras emociones yo pienso:

  1. Esos zapatos no cumplen con las "reglas"del buen vestir
  2. Ninguna mujer promedio tiene espacios donde usarlos
  3. Son incómodos
  4. Sólo tengo dos pies, no gastaré una fortuna en zapatos que no podré tirarlos a la basura un año después porque "ya me los acabé"
Por más fashionistas que mis amigas dicen ser, tristemente suben fotos de ellas y sus maravillosos zapatos encerradas en sus casas, usándolos mientras limpian, demostrando así que una "diva" jamás pierde el glamour y mostrando la perfecta unión de estereotipos del "ser una verdadera mujer".

martes, 28 de octubre de 2014

Mi gusto culposo...

Así como me dio un poco de vergüenza compartir mi pasado pre-adulto acompañado de las Telenovelas, hoy comparto otro  gusto culposo "Adoro los chic flicks".
Por mas que me esfuerce en rechazar o destrozar la imagen comercializada de"mujer femenina sensible", debo confesar que hay una parte domesticada, sensible y soñadora dentro de mí que se ve atrapada, encantada por estas emotivas películas.

Aunque estos filmes están catalogados como "películas de mujeres", porque se resaltan los valores asignados al comportamiento de una mujer, si un hombre genero masculino rudo, declara abiertamente que le gustan estas películas, será un blanco fácil a burlas y críticas. Yo misma lo he hecho, estamos tan acostumbrados a manejar el "checklist" de  cosas de hombre y cosas de mujer, que no logramos trascender en nuestras relaciones humanas.

Cuando veo un "chic flick" me siento como en un idilio romántico, todo es bello, me hace sonreír y no puedo quitar de mi rostro esa sonrisa de satisfacción y placer, muy parecida a la que un buen orgasmo puede provocar, pero sin necesidad de haberme desnudado y sudado un poco.

Su música que estimula a los sentidos, las escenas y situaciones que viven los protagonistas aún cuando sean desoladoras, siempre van cargadas de esperanza y fe en el ser humano y entonces viene el profundo suspiro, me siento enamorada de la vida nuevamente. ¡Los humanos somos buenos y el mundo no es tan malo, mientras haya amor, fe, esperanza, todo puede pasar!

¡Ay! ¡ya por favor!, no debería de seguir viendo estas películas; efectivamente, creo en la humanidad, en el amor, en la comunidad y en la conciencia, pero aunque estas películas evoquen a nuestro lado mas utópico, también están llenas de estereotipos y constantemente nos preparan para seguir atrapados en nuestros roles de genero y seguir siendo presas del consumo, tampoco tomaré el plan de ¡A quemar todos los Chic Flick! ¡Muerte a los productores manipuladores!.

Como bien dice el dicho "todo depende del cristal con que se mira" y más en este pos-moderno mundo donde no todo es bueno, ni todo es malo, siempre hay un "depende" que viene a abrir el rango de [malo,bueno] tenemos gustos culposos, pero no deberían serlos, debería sentirme con la libertad de mostrar lo que me gusta y lo que no me gusta, sin temor de ser juzgada o encasillada, en el  día a día trato de recorrer mi camino con originalidad, libertad, pero también cuidando de que esa búsqueda de autenticidad reprima parte de lo que soy, porque "vivir" nos ha dejado marcas que no deberíamos ocultar, así que ¿quien soy yo para negarme el idílico placer momentáneo de un poderoso chic flick?

¿Y tu tienes gustos culposos?


viernes, 24 de octubre de 2014

Cara de enojona...

Hay una constante que se repite cuando incorporo a nuevas personas en mi círculo de amigos y conocidos, una vez que estrechamos lazos y se genera confianza viene la frase "cuando te conocí pensé que eras bien enojona".

En realidad si soy enojona, fácilmente reniego y me enojo de cualquier insignificancia, aunque mis manifestaciones de enojo generalmente son visibles sólo a las personas mas cercanas, pareja, familia, o con algún pobre incauto desconocido, que con sus acciones libero a la bestia de la ira que reside dentro de mí. Difícilmente me verán enfurecer o despotricar con un amigo, quizá solo pase a poner una mala cara, carota o mi clásica "cara de pedo", esa en la que frunces el rostro como si estuvieses olfateando algo desagradable.

Reflexionando un poco, me doy cuenta que mi "cara de enojona" es un mecanismo de defensa, una buena pantalla para evitar situaciones incomodas o inmanejables;  me lo enseño mi madre, ella también tiene cara de enojona. Cuando tienes esta expresión enojona difícilmente un desconocido se acercará a ofrecer, preguntar o pedirte algo; entonces cuando veo venir una situación que podría sacarme de mi zona de confort, me preparo: respiro, inflo el pecho, y mi rosto se torna tenso y enojon diciendo "acérquese bajo su propio riesgo"

Es curioso, pero no siempre funciona, para algunas personas similares a mí y que actúan con cierta modestia o recato, es probable que si entiendan esta advertencia, también tenemos a los de actitud temerosa que enseguida se dan la media vuelta, no olvidemos a los cínicos seguros de si mismos que te dicen "¿pero no está enojada verdad?" o peor aún el que con todo descaro voltea la sartén por el mango y te lanza un beso o piropo, haciendo que tu cara de enojona se torne a endemoniadamente furiosa, porque aún después de haber activado tu mecanismo de protección, logra ponerte en una situación verdaderamente incómoda e inmanejable.

Además de todos estos personajes tenemos a los valientes o a los que no entienden el mensaje de una "cara de enojona", no se si es necesidad, conchudez, o falta de percepción, pero ellos se acercan a tí, con temor en su rostro, con una expresión corporal que hace que tu pecho se crezca un poco más y los voltees a ver hacia abajo como si fueran un diminuto ratoncillo que quiere algo de ti.

Ahí está frente a ti, ese pequeño ratoncillo pidiendote algo, al que no puedes decirles que no y al igual que el osado, desata una furia interior por haberse atrevido a ponerte en esta situación, "¡¿Porqué te acercas, que acaso no viste mi cara?!", a veces siento crecer algo de poder malicioso en mí, veo a ese pequeño ratón poniéndose en bandeja de plata a mi disposición, tan vulnerable, como retándome: "anda destrozame  si te atreves".

Y es que aún con toda mi molestia, no soy capaz de decir o actuar como verdaderamente siento, las reglas de convivencia no me dejan decir un NO, sobre todo porque no tengo una razón o justificante para mi misma de decir NO, puedo decir para mí "porque no quiero", pero no puedo decirselo al otro "no quiero ayudarte, no me pidas nada".

Durante muchos años nos han enseñado que debemos ser cordiales, amables, agradables, pero ¡mirenme! ¡imaginen esta situación realmente ridícula!, no le estoy agradando a nadie, tampoco soy amable, pero definitivamente no estoy siendo lo suficientemente "cara de enojona".

¡Ya se porque no me gusta pedir ayuda!






viernes, 17 de octubre de 2014

Culto materno

Maternidad es una palabra que no está incluida en mi plan de vida, pero mas de una vez me he preguntado, ¿Cómo seguir siendo un ser humano una vez que se es madre? ¿Como impedir que la búsqueda de tu propio destino no se vea opacada por crear y formar a otro ser humano?

Somos mujeres, somos humanos, nuestro destino en la vida no debería reducirse solo a la maternidad o al genero "mujer", con todo ese montón de etiquetas que nos hemos tragado a través de siglos. ¿Como transcender más allá del genero y de su función reproductora?,  ¡eso! es un tema que aún me tiene en una búsqueda frenética en mi propia vida.

Aún con todos mis aires de libertad, modernidad, posmodernidad, esnobismo y demás palabras que se ajusten a la época en que vivimos, no logro desprenderme de un montón de prejuicios y realizo un duro juicio a toda mujer cuyas acciones maternas, no son parte del culto a la madre que rinde nuestra sociedad. Me olvido de ese ser humano con deseos, sueños y pasiones, para constantemente hacerla pedazos y lanzar una mirada desdeñosa hacia su "mala" maternidad, hacia su falta de responsabilidad y en una conversación digna de imagen estereotipada de lavanderas, disfruto en mis labios las palabras que narran las acciones de ésta "madre" desnaturalizada que abandona su hijo por horas, por días, mientras ocupa la mayor parte de su tiempo en trabajar para cubrir todo ese cúmulo de deudas que ha acumulado. La critico, me la como viva por todos sus tontas formas de proceder; ¿no se supone que  yo voy por el mundo orgullosa de mi libre pensamiento? entonces descubro que no tengo la capacidad de empatizar con ese ser humano, que al igual yo, busca saber quien es, juzgo duramente si al final del día no llega a dormir por entregarse a un espacio de tiempo donde miradas y comentarios no la alcancen, es libre, amada y vuelve a vivir.

En mi vida tengo una imagen insuperable de una maternidad responsable; mi madre sacrificó más de la mitad su actual vida en suplir nuestras necesidades y prepararnos para la vida adulta, dejó en pausa su búsqueda como ser humano y su prioridad de vida se convirtió en sacar adelante a sus cinco hijos. Llenó nuestra infancia de innumerables recuerdos, hábitos y ejemplos de vida; por eso hoy me resulta tan difícil comprender una maternidad que no sea parecida o cercana a la que yo experimenté.

En esta sociedad que rinde culto a la imagen de la madre que da su vida por sus hijos, tenemos a las que aún siguen sacrificándose, aún cuando los hijos ya volaron del nido, siguen en ese rol de dejar todo a lado y no esperar nada a cambio, pero también tenemos a esas otras que desde mi punto de vista inquisitivo y retrograda, son "malas madres" y son las que más alardean del título y las que mas esperan ser adoradas, celebradas y ensalzadas "porque soy tu madre y te di la vida".

¿Qué clase de madre sería yo? no lo se, pero no quiero descubrirlo.

Madre o no madre, Todos despertamos cada día y es nuestro deber encontrar un sentido a la vida, habrá quien lo encuentre en la maternidad, otros en la cosecha de éxitos profesionales,  dinero, etc; pero al final todos  nos encontramos buscando "algo".







sábado, 20 de septiembre de 2014

Vidas en mis manos

Hace poco menos de un mes, mientras caminaba con mi perrita,  tuve la fortuna o des-fortuna de encontrar cuatro pequeños gatos con apenas un par de días de nacidos, al escuchar los leves maullidos nuestra primera reacción fue acercarnos al descampado, quizá con la intención de hacer correr a un felino vagabundo, pero al ver a este pequeño bulto negro "gritando" y arrastrándose en busca de la sombra, nuestra actitud cambió de atacante a protector. Lo levanté con mis manos y entonces percibí que no era sólo un maullido, se escuchaban otros, empezamos a buscar hasta encontrar otros dos, los cogí  a todos y los puse dentro de la caja en la que habían sido abandonados, las dos caminamos nerviosas de vuelta a casa.

Actué sin pensarlo, pero no podía dejarlos ahí, llorando en medio del sol abrazador; al llegar casa, mi perra ansiosa  por los maullidos que no cesaban, los olfateó y comenzó a limpiarlos, al poco tiempo estaba acostada, cuidando de ellos como si fuesen sus cachorros.
Yo me sentía nerviosa,¡Que iba a hacer con estos pequeños!, hace mucho que no tengo un cachorro, menos uno recién nacido, peor aún, ¡UN GATO! ¡Jamás había tenido un gato! así que sólo me senté ahí junto a mi perra, junto a los gatos, observando la tierna(demasiado) imagen que sucedía frente a mis ojos: una perra con tres gatos mamando unas pequeñas tetillas estériles. Sin darme cuenta, había un gran nudo en mi garganta y las lágrimas rodaban sobre mi rostro. Desperté de éste estado hipnótico, aún nerviosa y con el mismo pensamiento ¡¿Que voy a hacer?! , por mi mente pasaban miles de ideas,"Quizá se mueran pronto, ¿Y si los llevo a dormir?, Yo creo que si puedo cuidarlos, Mejor no los hubiera recogido, Pobrecillos, ¿quien los deja tirados?, ¿Cómo no cuidarlos?" 

Llego mi "respaldo" con instrucciones "Debes alimentarlos cada 3 horas, dos jeringas de leche", por supuesto que mi angustia no cesó ¡CADA TRES HORAS!, sentí miedo de esta responsabilidad, de tener unas pequeñas y frágiles vidas en mis manos, esos pequeños seres aún con ojos cerrados y con quien nunca antes había desarrollado afinidad dependían 100% de mí.

En la caminata de la tarde, encontré al cuarto sobreviviente, después de 8 horas de haber encontrado a sus hermanos, el seguía aferrado a la vida.

Ante el fracaso de encontrar una nodriza para los pequeños, hice lo más fácil, huir y entregar sus vidas a manos de alguien que deseaba atenderlos y tenía mas experiencia que yo, esa noche sentí que una carga muy grande había sido quitada de mí; ahora todo volvía a la normalidad y ambas dormíamos plácidamente en nuestra cama.

Después de cuatro días, dos pequeños ya habían abandonado su persistencia por vivir, sólo quedaban dos y decidí traerlos de vuelta conmigo, la vida los puso en mi camino, su esperanza de vida había sido depositada en mis manos, pero sólo los rescaté para luego abandonarlos, retomé la responsabilidad y reviví todo esa angustia de tener a estas pequeñas vidas en mis manos. Esa tarde otro más había abandonado su batalla por vivir.

Sólo quedaba uno, lo arropé en mi pecho, sin separarme de él lo alimentaba cada dos horas y mi perrita lo aseaba, así estuvimos muchas horas; ambas escuchábamos disminuir la fuerza de sus maullidos. Por la noche ya en la cama continuamos nuestra rutina y cuando ya no había maullidos, sólo una pequeña y cansada respiración, ella se acerco, puso su nariz junto a la del pequeño y abandonó su puesto, se había despedido de Él.

A pocos minutos, junto a mi pecho, bajo mis manos vi  y sentí como su pequeña vida se fue, un último aliento que no regresó y yo, yo no pude hacer nada, solo llorar...

 Dedicado a los pequeños sin nombre, vaquitas y negritos
 Siempre los recordaré, espero me perdonen por que no supe corresponder a sus ganas de vivir.
28 Agosto 2014



miércoles, 3 de septiembre de 2014

Vida, Fe, Prosperidad

Cada uno de nosotros toma sus decisiones de vida para alcanzar la felicidad, pero constantemente nos encontramos preguntándonos ¿Qué es ser feliz?, entonces podemos hacer una larga lista de cosas que al tenerlas nos hacen sentir bien y nos generan un conjunto de sensaciones que nos llevan a ese supuesto estado de felicidad.

Yo creo que la felicidad como tal, no existe; no es un estado permanente u objeto que podemos obtener, alcanzar, palpar. Si nos aferramos a Él,  pasaremos toda la vida buscándole y dando existencia a su antagónico, "la infelicidad".

Hay algo que si existe: nuestra vida y estamos obligados a vivirla y digo obligados, porque son pocos los que tienen el valor de decir, "no quiero esta obligación", acaban con ella y no viven mas.
En este caminar obligado llamado vida, yo al igual que todos ustedes he seguido distintos caminos para alcanzar ese estado pletórico inexistente de felicidad, he cumplido con lo que mi entorno social me ha impuesto, también he abrazado la Fe con todas sus humanas reglas y aunque todos esos caminos me hacían encontrar mas la infelicidad, ahora que me acerco a los 40, solo pienso en vivir, despertar cada día y recolectar todo tipo de experiencias, el futuro siempre estará ahí, pero no me domina; desconozco si en unos años tendré un techo, alimentos, carro o todas esas cosas a las que nos aferramos y nos dan seguridad; sólo se que si sigo viva pues tendré que vivir, el ¿cómo? me lo preguntaré en su momento.

Acúsenme de  pensamiento mediocre, por no pensar en mi futuro, yo misma he acusado a otros! Esta reflexión surgió después de escuchar un plan de negocios de una empresa llamada 4Life. Inicia su discurso cuestionando nuestros principios de vida, nuestro trabajo, nuestra supervivencia, apela a la búsqueda de nuestra felicidad, justificando que todo eso que hemos hecho no nos ha llevado a alcanzarla y lo bonito que sería vivir cuando todas nuestras necesidades económicas están resueltas.

El discurso es el mismo de un Evangelizador que mercadea la Fe, prometiendo que creer y entregar la vida a "dios" dará respuesta a todas tus preocupaciones y te llevará a ... acertaste! la felicidad. !Que lista es esta persona que da su discurso!, quizá fue un pastor evangélico que decidió abandonar su ministerio, después de que los diezmos no le redituaban tanto, ya que aunque en la iglesia, la Fe es usada como sinónimo de prosperidad, no siempre se refleja en grandes sumas de dinero. Decidió unir la Fe, la necesidad de la gente de creer y un modelo económico que promete grandes ganancias sin hacer "nada"; tomó el discurso religioso de "Tu tienes un potencial divino y haz venido a esta tierra con un propósito !", reduciendo el propósito divino en felicidad palpable, tangible otorgada por  don "dios" dinero.

Así que, sólo se que quiero vivir, tomaré de la vida las oportunidades, las tristezas, las alegrías, el dolor y todo aquello que se me presente y en ese tomar, espero no abusar y tener la oportunidad de devolver algo de lo que la vida me ha enseñado.

miércoles, 27 de agosto de 2014

¿Te ayudo en algo?

Esa!, puede ser la frase con el mejor detonador del mundo, sobre todo si la hace tu pareja, justo cuando de tu frente caen gotas de sudor, después de haber completado un sin número de tareas domésticas.

Como ya he mencionado antes, no soy una persona amante de la ayuda, por alguna razón me gusta sentirme Poderosa, cuando hago muchas cosas sin pedir ayuda, me embriago en mi auto-reconocimiento y autosuficiencia.
Sin embargo hay ocasiones en que un poco de ayuda no me vendría mal;  aunque no se pedirla, cuando veo rebasada mi actitud super poderosa, si que acepto una solícita oferta.

Mi problema está en que la oferta no siempre llega en el momento correcto (para mi desbordado cerebro y sentido común) peor aún cuando esta proviene de la persona con la que convives todos los días y en un sueño guajiro almacenado en un recóndito lugar, crees que el sintonizará el mismo canal de "Things To do".

Suelo despertar, levantarme de la cama, seguir mi rutina matutina y en ese deambular por la casa, pequeños dardos aciertan en mi cerebro, hay días en que puedo ignorarlos y días en los que simplemente me convierto en una máquina desquiciada que no puede parar, comienzo a hilar tarea tras tarea y en ocasiones, en el medio de una tarea logro hacer una bifurcación y dirigir mi esfuerzo hacia otra ramificación que sigue ramificándose al infinito y más allá. Pero, antes de continuar con esa manía, volvamos a la escena donde estoy con gotas de sudor en mi frente,  el dice -¿Te ayudo en algo?-  enmudezco, no puedo pronunciar palabra, -Dime, ¿Te ayudo en algo?, si no para ponerme a hacer otras cosas-  entonces la voz vuelve a mí, rompo mi mudez psicológica y lo único que sale es un ¿Ves algo que puedas hacer?, Hazlo!, pero si no vez nada, pues no hagas nada. 

Y hasta ahí llegó la intención, nuestras prioridades y el "To do List" están separadas por un gran abismo, Él prefirió continuar restaurando una preciosa chimenea rústica que compramos el fin de semana, pero que estoy segura que tardaremos años en instalarla; mientras tanto yo, continué con lo que el no pudo ver.

Hasta la próxima...

lunes, 4 de agosto de 2014

Moda que te acomodas

Entre que no me sobra el dinero y que cada vez que voy a comprar algo, pienso una y otra vez  ¿Es realmente necesario?, me estoy convirtiendo en una coda empedernida.

Me gusta vestir bien y en ocasiones no pongo objeción en gastar 50 dólares en una buena pieza de ropa, aunque llegar a la conclusión  de que realmente es una buena pieza, me pudo haber tomado un par de horas. Mi guardaropa suele ser ropa formal que puedo usar para el trabajo y que con un pequeño cambio o combinación también lo puedo usar en forma casual. El material también es importante, debe ser resistente al lavado y no perder su calidad y color en por lo menos un año, ¡Sí! leíste bien un año y ¿que? no me importa usar la misma ropa durante un año o mas. Tengo la fortuna de trabajar desde casa, por lo que mi guardaropa sufre menos desgaste. No suelo comprar ropa muy seguido, pero cuando compro, me gusta comprar prendas básicas que no pasan de "moda",estampados versátiles, buenos cortes y colores.

En mi ciudad es difícil encontrar ropa de calidad, encuentras ropa de "moda" para comprar y desechar. Aunque lo que se "esta usando" en mi ciudad, no es necesariamente lo que se usa en las grandes capitales de la moda, generalmente corresponde a diseños de una o dos temporadas anteriores que ya han pasado a manos de los fabricantes baratos.

De repente me encuentro en la calle, en un evento o lugar público y veo a masas de mujeres vestidas igual: rayas blanco y negro,  blusas transparentes, vestidos largos de camiseta sin tirantes, chalecos de mezclilla, zapatos de tacón horribles (dignos de ser instrumentos de tortura), mini-vestidos que evocan los recuerdos de aquellas películas de ficheras, blusas con "faldita", cintas en la frente; entonces me pasa por la mente "ah, es lo que se está usando", pero, me ataca un segundo pensamiento ¿realmente les gusta lo que se está usando? porque algunas lucen fatal, o será que lo han visto tantas veces que terminaron convencidas de que debían usarlo; luego me sobreviene otro ataque ¿porque alguien quiere verse igual a los demás y usar lo que todos usan?

Lo peor de todo, es que a veces esa ropa y zapatos, no tiene un espacio de uso, no es formal, no es casual, tampoco para un cóctel o una salida nocturna. Grotescamente, todos los estilos pueden fusionarse en un acto académico diurno de una graduación de secundaria: lentejuelas, gasas, tacones, grandes peinados; éstas mujeres no son capaces de discernir como se usa "lo que se está usando", cualquier evento fuera de su rutina es un espacio para ataviarse aun cuando su atuendo esté fuera de contexto, porque,  es probable que sea su única oportunidad en el año de colgarse hasta el molcajete.

Aparentemente el cuento de ser únicas, cabronas y con mucho valor, se lo pasan por el arco del triunfo a la hora de vestir y comprar, porque las vemos masificadas luciendo a todas igual, desde peinados hasta zapatos, no importa el estatus económico, habrá las que gastaron una verdadera fortuna en su vestuario de marcas de diseñador y la que gasto "su propia fortuna" en imitaciones baratas. No importa que el próximo año lo tengan que echar por el retrete porque te verás ridículo usando algo "fuera de moda" o peor aún lo uses fuera de temporada y andes en pleno verano con hongos en los pies por usar botas afelpadas de mala calidad.

Así que, mientras mis congéneres se acomodan a la moda, yo paso y digo no al "Lencha Style"; al igual que tú que quiero lucir bien, pero prefiero guardar mis 50, 100, 200, 300 pesos que gastaría en una pieza de moda y seguir usando mi "garritas" de hace dos años, que son de buen gusto y que aún con las modas que van y vienen pueden hacerme sentir bien, cómoda y diferente.









miércoles, 23 de julio de 2014

Vidas noveleras

Yo al igual que muchas otras mujeres, pasé gran parte de mi infancia y adolescencia al lado de la televisión. Llegaba de la escuela, comía, ayudaba en los "quehaceres" domésticos, hacía mis tareas y miraba toda la barra de telenovelas del canal de las estrellas. Esto no sucedía en vacaciones, porque mi madre siempre procuraba sacarnos de paseo o echarnos a la calle para jugar con los vecinos.

Sí, miré muchas novelas, tantas que no sería capaz de enumerarlas o nombrarlas por sus títulos, crecí con ellas, pero hoy en mi vida adulta aparentemente hay un gran abismo entre ellas y yo;  me parece ridículo las situaciones de vida, prejuicios, moral y personajes televisivos.

Mucha gente que me conoce cuestiona "¿TU MIRABAS NOVELAS?", me debato entre sentirme halagada o avergonzada por esta pregunta y por la respuesta que daré, pero la mayoría de las veces contesto "Si antes, a veces", no soy capaz de decir que de niña adolescente pasaba toda la tarde viendo novelas soñando con la pobre que se vuelve rica.

A los 15 años viví un episodio telenovelesco en mi vida, me enteré de que quien pensaba que era mi padre no lo era, sin embargo mi reacción estuvo muy lejana de lo que sucede en una telenovela. Él siempre había estado ausente, así que, que mas daba que no fuera él, hasta fue un alivio, porque se despejó el temor de "¿porque no me busca?". A veces aún me sorprendo soñando con una escena de telenovela donde encuentro a mi padre biológico, le digo "Soy tu hija" y como el no tuvo hijos, pero toda su vida quiso hijos, me deja una cuantiosa herencia. Ni modo, "no puedo negar la cruz de mi parroquia" por ahí en el fondo de mi corazón hay una habitación para vida de telenovela.

Lo bueno es que, entre mas vivimos, mas oportunidades tenemos de incorporar otras historias a nuestras vidas, las telenovelas nos hacen soñar con princesas contemporáneas y estereotipar nuestra condición de mujer; nos llevan de la pobre, fea, gorda , buena,  golpeada, tonta, enamorada, sacrificada, hasta la guapa, feliz, casada, rica; pero en ese caminar visual no muestran lo mucho que hay que aprender y sufrir para llegar a la felicidad, la cual necesariamente no se reduce a  marido, dinero e hijos.

Afortunadamente hay otra historias que siempre han estado ahí, pero que se inmortalizaron hacen siglos (SI SIGLOS), tenemos a Ana Karenina de Leon Tolstoi o Madame Bovary de Gustave Flaubert, en la que nos cuentan de mujeres que seguían sus vidas de comportamiento y aspiraciones tradicionales, una vida que al alcanzarla las consumía en la monotonía, hasta que llegaba el día en que se tropezaban con una pasión que las haría volver a vivir, pero que muy probablemente las llevaría a su perdición.

Sea la novela escrita o televisada, nuestra vida de mujer tendrá alguna coincidencia con ellas, pero sólo en nosotras está la capacidad de encaminarnos a la reflexión, a la duda, al despertar, a la libertad ¿Quien soy?, ¿Que hago?, ¿Que quiero ser?

miércoles, 16 de julio de 2014

Doce años

Hace 12 años, un miércoles como hoy, Él y yo iniciamos un viaje "separados", nunca nos imaginamos que unas vacaciones de amigos nos mantendrían unidos doce años después.

Algo que comenzó sin grandes planes, solamente entregados al momento, aún sigue funcionando. ¿Quien iba pensar que alguien tan controlador como yo, tomaría decisiones sin pensar y me entregaría a batallas perdidas contra mis mas grandes razonamientos?. Vivimos unos intensos días a la orilla de unas de las playas mas hermosas que he conocido.
A sólo un par de meses, debía emprender un solitario viaje rumbo a la madre patria, para iniciar mis estudios de posgrado. Él me regaló un reloj y ésta pequeña libreta "Chococat",  en ella plasmé por muchas noches mis temores, dudas, angustias, desesperación y preguntas de vivir una relación "de lejos".

Entre viajes México - España, a poco mas del  año, sobrevino una inesperada separación; pocos días después decidí volver sin avisar y ésto fue lo último que quedo registrado en el pequeño "chococat"

2 Diciembre 2003
Una noche más dedicada a ti, aunque minutos atrás los haya dedicado a absurdos debates de frases plasmadas en las hojas de una publicación barata que hablaba del amor.
Justo en este momento, cubierto de silencio social, pero ensordecido por la añoranza es para recordarte a ti. Mas allá de la visualización que mi mente pueda recrear, quisieran mis oídos percibir la sutileza de tu respiración, convencerme de que en este trance me acompaña algo más que un recuerdo.
Quisiera vieras ahora, como brilla una ilusión, quiero verla brillar también en ti, compartir esto especial, aunque sea falso, desearía experimentar que alguien también se interesa por lo que pronto va a ocurrir.
No se cuantas veces he soñado con estar siempre a tu lado, sonreír con cada uno de tus logros, llorar juntos por cada fracaso y llenarnos de ira  juntos contra la injusticia.
Me niego a la idea de volver a vivir este sueño con alguien mas, romper la teoría de lo auténtico y sumergirme en la estadística de lo normal y lo trivial.
Ojala fuésemos como locos, movidos por el instinto de la necesidad, o quizá solo bastaría ser estúpidos que son dominados por ideas hipotéticas carentes de demostración.
Ven viaja esta noche hacia mí, alimentemos otra dimensión, acércate vamos a fundir en los labios las barreras que la razón impone, fallezcamos con cada oscuridad y resucitemos en cada amanecer.

Ahora, el sueño es realidad, contra todo razonamiento radical, estamos aquí, compartiendo luchas, lagrimas, logros y sonrisas, ¡Amor, Feliz Aniversario del inicio de nuestro viaje!

viernes, 11 de julio de 2014

Lagrimas sobre ruedas

Hace unos días fallé al propósito "cuchara" de éste blog, no pude evitar el desbordamiento, dejé la olla sin vigilar y sobrepasé el punto de ebullición.

En mis razonamientos y justificaciones, siempre llego a la conclusión de que Él sólo actúa, no piensa, planea, confronta o analiza, simplemente vive el día a día.
Ante esa percepción, siempre trato de llevarlo a un estado de conocimiento "para que aprenda" y no vuelva a ocurrir; sin embargo, la mayoría de las veces lo siento como un "caso perdido" porque no recibo ninguna retroalimentación,  ni corporal, ni hablada.

Desde mi reinado mental lo único que gobierna es un "ya estará pensando en que como chingo y cuando me voy a callar" y como Él no habla, no expresa; entonces yo me invento toda una historia de lo que él esta pensando, junto evidencias, escudriño el pasado y construyo "su verdad" desde mi verdad.

El problema es que "su verdad" no me gusta, me irrita y me enfurezco, porque siento que fallé en ser la "amiga nada mas", pongo en una balanza todo lo bueno, todo lo malo; me debato entre mis sentimientos y los sentimientos que no conozco de Él, me siento culpable de reclamar, pero enseguida me envalentono y lo culpo a él, luego me entristezco, me justifico, lo justifico.

Cuando por fin decido enfrentar toda esta maraña de pensamientos, recibo como respuesta un pobre "no es así" y un total hermetismo. Pero, si "no es así", entonces ¿Cómo es? ¡Que alguien me explique!, porque yo ya lo intenté, pero resulta que "no es así", entonces pasan los días y no hay "cucharon" que pueda bajar este hervor.

Comienzo a ver todo lo que ha dejado sin terminar en su camino y me resulta imposible alegrarme por las cosas que ha terminado y que otros le admiran y felicitan; no quiero ver ni escuchar eso que le hace feliz, quiero decirle que eso nada tiene que ver conmigo y que no me importa; pero no puedo, porque muy dentro de mí soy  feliz cuando Él es feliz.

Entonces trago mis opiniones y comentarios para no herir, pero comienzo a herir con mi rostro, con mi actitud, con mi desdén. Guardo silencio, enmudezco ante cualquier interacción, me vuelvo un "monasílabo" y entro en el juego de "Que hable primero al que le importe"; un juego que casi siempre pierdo porque nunca hablamos, sólo lo superamos.

De repente me encontré huyendo,  montada en mi bicicleta buscando con quien compartir todos los pensamientos que hervían en mi cabeza; cuando el volviera del trabajo, no quería estar en casa "como siempre", tampoco quería que "como siempre" las cosas se arreglaran solas, no quería ser "como siempre" la mujer empática que razona y llega a la conclusión de que "es una tontería", así que con mis 30+, me encontré rodando pensamientos al viento y con lagrimas en el rostro.

Horas después volví a casa, Él me esperaba para explicarme el "No es así", nadie perdió, ¡Ganamos los dos! Descubrí que aunque no exprese nada, es tan vulnerable como yo, compartimos los mismos miedos que dejan a las palabras atoradas en el corazón.

Hoy la olla está nuevamente en calma...





jueves, 10 de julio de 2014

Bikini poderoso

Suelo quejarme de mis contactos de Facebook, de sus publicaciones y de las publicaciones con fundamentos "científicos" que rápidamente se difunden como plaga en las redes sociales; pero aún con todas mis quejas y desprecios, no puedo despegarme, es un vicio casi morboso como ver "Laura en América" y el desfile de los desgraciados.

La mayoría de las veces, con solo ver el titulo las descarto, pero en esta ocasión hubo una que llamó mi atención y aún cuando odio ver vídeos, sobrepasó mi curiosidad y le dedique unos minutos para verlo "El efecto bikini en la mente de los hombres".

¿Porque un título así despertó mi interés?, podría ser porque estoy pensando usar un bikini este verano, o porque la persona que lo compartió tiene poco de haberse "convertido" al cristianismo evangélico y alguien comentó la publicación con un "nunca le comprare un bikini a mi hija".
Definitivamente esto último fue lo que más me incitó, ¿cómo una publicación puede causar asombro, escándalo y llevarnos a cambiar algo de nuestras vidas cotidianas?

Para ahorrarles 9 minutos, les hago el resumen: ésta chica habla de los orígenes del bikini y cómo en la década de los 60, con la revolución sexual y la lucha de los derechos de la mujer, el bikini se comercializó bajo la idea de "el poder" de la mujer sobre su propio cuerpo. Sin embargo, estudios "científicos" (si, entre comillas, porque a veces creemos que por contener esa palabra es una verdad absoluta) han demostrado que cuando los hombres ven mujeres con ropa modesta, proyectan una imagen de "Ella puede","Ella lo consigue", pero cuando ven imágenes de mujeres en bikini, tienen pensamientos de "yo lo tomo" y las reducen a objetos que pueden poseer o manipular. Finalmente cierra su ponencia presentado su linea de bikinis "decentes", apelando a la forma en que quieres atraer a los hombres y hablando de que fuimos hechos a "imagen y semejanza de Dios"

Hay mucho para comentar en este vídeo, se me desbordan las ideas!,  me siento babeante, desesperada por opinar, pero aquí les van unas cuantas, no en orden de prioridad, si no en el orden en que me van saliendo de la mente!

  • Esta chica, no está haciendo nada diferente de los diseñadores que comercializaron los bikinis en los 60, ella ha encontrado su propia campaña "mocha" para manipular y convencer a la gente de que los bikinis son malos y es mejor comprar sus diseños decentes.
  • La ponencia tiene unos fundamentos puritanos o de moral sexual religiosa muy marcados. Todo es pecado, pero el pecado siempre lo reducen a sexo o atracción sexual.
  • No toda la mujer que usa un bikini es para "atraer" hombres, si nos dejamos de nuestros complejos y puritanismo, puede resultar cómodo en un día de playa, no hace falta tener un "cuerpazo" para usarlo, sólo el deseo de asolearse; aunque usarlo en México puede resultar un poco intimidante, entre miradas morbosas masculinas y  los escudriñantes ojos femeninos.
  • Si un hombre al ver una mujer en bikini cree que la puede poseer, probablemente tenga la "guardia baja" y sería una gran oportunidad para dominarlos a ellos, si no, vean las grandes mafias de prostitución. Con esa idea de que pueden "dominar" a la prostituta, bailarina, miles de hombres siguen haciendo prosperar a estos negocios.
  • Al final la mujer sigue siendo tratada como un objeto en todos los ámbitos desde la prostitución hasta la mujer libre que decide no usar un bikini. 
Hay mucha información por redes sociales, pero al final esta en nuestras manos compartir, creer, pensar y atrevernos a criticar, en lugar de solo aceptar y hasta cambiar nuestras conductas.

No les aburro mas, pero ¡ya viene el verano! ¿Ya tienes listo tu bikini?

jueves, 3 de julio de 2014

La llegada del temor anual

Desde hace días, los pensamientos están a punto de ebullición, pero son tantas burbujas intentando reventar, que no se a cual de ellas darle un lugar el día de hoy.

Hace unos días acudí a esa temida revisión anual, "la visita al ginecólogo", aún cuando soy un adulto, con vida sexual activa, con mente que busca la libertad; me sigue causando angustia desnudarme, abrir las piernas y seguir la conversación a mi doctora ¿Que has hecho? ¿Como va el trabajo? ¿Como está tu hermana? tu sobrina, ¿Creciendo? 

Momentos antes respiré profundo y me hice terapia mental con la frase "soy adulto, es normal , soy open mind"; aún así, éste no deja de sentirse como un momento extraño. Para hacerlo mas raro aún, entre el dialogo coloquial, surgen frases como "voy a entrar" -anunciando la toma de muestra del papanicolao-  o "tu vagina esta en muy buen estado" -acabando así con las sospechas de una menopausia prematura-. 

Ojala la angustia se hubiese terminado al volver a vestirme, pero estando frente a frente me solicita un ultrasonido vaginal, lo que implica que nuevamente tendré que abrir las piernas ante un desconocido, el cual introducirá y moverá un objeto en mi vagina mientras sostengo una "agradable" conversación "open mind", ¡menos mal que en esta ocasión, no era el vecino de mamá!

Al final, todo salió bien, no estoy en menopausia prematura, no tengo tumores ni miomas;  sólo es mi cuerpo que se niega a ser "normal", mantiene un bajo perfil hormonal, pero nada que los anticonceptivos no puedan remediar.

Además de toda la angustia que la invasión física provoca, también debo prepararme para un escudriñamiento mental y defender mi postura de "no tener hijos". Cada año, mi ginecóloga trata de indagar y derribar mis fundamentos de negación a  la maternidad, anuncia un "voy a entrar" y obtiene aspectos de mi vida personal que no suelo compartir abiertamente. Esta vez, su argumento fue que yo sólo veía en la maternidad la parte de la gran responsabilidad, compromiso, sacrificio y trabajo que significaba el ser madre; que en mi vida, el amor y cariño eran sinónimo de vulnerabilidad y fragilidad. Salí del consultorio con una receta para anticonceptivos y con una invitación para visitar a un terapeuta o psicólogo.

Es verdad, no quiero ser madre porque le tengo temor a la responsabilidad, pero tampoco siento el deseo de acuñar en mis brazos a un pequeño ser; no tengo temor de amar, dar o recibir cariño; yo fui criada con mucha responsabilidad y pocas manifestaciones "cariñosas", pero toda esa responsabilidad tiene un origen y ese es amor. La responsabilidad no nace sola o es por afán u obsesión, porque ¿quien daría en sacrificio su vida, su tiempo, sus sueños para criar a otro ser humano? sólo el  amor es un fundamento válido. No  me ofenden las observaciones de mi ginecóloga, pero no creo que ese sea el entorno para defender mi postura, menos en una conversación que solo ocurre una vez al año. 

Todos crecemos con temores, represiones y conflictos, que al final regirán nuestra vida de adulto, pero ¿que tan válido es en estos tiempos acudir a un terapeuta para ayudarnos a "vivir"?. En la antigüedad el ser humano no siempre resolvía sus angustias y conflictos, es probable que murieran en situaciones trágicas, dejando en herencia sus deducciones y pensamientos, muchas de ellas ahora son enseñadas en  las universidades y practicadas en un consultorio. Vivían menos que nosotros, pero maduraban antes, nosotros vivimos mucho, reflexionamos poco y para madurar, para vivir necesitamos ayuda psicológica. ¡Que época rara de ginecólogos, terapeutas!, y tu, ¿vas al terapeuta?




miércoles, 25 de junio de 2014

Quiero ser tu amigo nada mas...

El título es el estribillo de una canción de los Ángeles Azules "Amigo nada más", muy antigua y que sin lugar ha dudas he bailado muchas veces, pero sobre todo nos ha hecho reír a carcajadas, al darla a conocer a amigos para cantar todos juntos los "ositos de peluche".

Y aunque la letra de la canción hace referencia a una relación imposible, hoy quiero darle un uso distinto a esa frase. 

En mas de una vez, externo aquí la frustración derivada de las diferencias de hábitos y formas de vida entre mi compañero y yo. Otras veces comparto de viva voz mis experiencias con personas más cercanas; en cada compartir encuentro un respiro y una especie de liberación, no espero palmadas en la espalda o soluciones, simplemente es un pequeña válvula de escape para mis fijaciones y obsesiones propias.

En una de éstas conversaciones, alguien con muchos más años que yo de vida en pareja me dijo, "el problema es, que cuando haces vida con una persona, pareciera que se convierte en un objeto de tu propiedad y te sientes con el derecho sobre el(ella), lo  mejor es verse como amigos nada mas"

La frase, lo primero que hizo fue recordarme la canción, pero después venía la reflexión, ella me señalaba a mis amigas, sus defectos o formas de vida que no apruebo; formas que nunca -jamás- he tratado de cambiar, tampoco su actuar me provoca frustración o rencor; incluso, a veces por respeto hasta me guardo "consejos", estoy ahí para escuchar y probablemente dar una palmada en la espalda en señal de ánimo, pero pocas veces diré abiertamente en forma imperativa "estas mal", "así no se hace", "podrías ser mejor". Simplemente, guardo silencio y me comporto en forma cordial y respetuosa ante sus errores y tonterías, les quiero y soy tolerante; no importa si me abandonan por meses, o me decepcionan, ahí estare la próxima vez que me necesiten.

Somos así de "buenos" con nuestros verdaderos amigos, entonces, en que momento en mi cabeza loca me da el derecho de tratar a mi pareja PEOR que a un amigo nada mas; tal pareciera que me tomé muy en serio eso de los votos matrimoniales "serán una sola carne", -y yo ni casada estoy-  de alguna forma lo convierto en una extensión de mi propio de ser y a toda costa quiero transformarlo en otro yo, tal pareciera que por compartir lecho y techo todos los días, nos hace olvidar las bases de cualquier relación o amistad y cruzar fácilmente la línea del respeto y la tolerancia. Seguro que si tratáramos a nuestros amigos como a nuestras parejas estaríamos ¡más solos que un piojo en la cabeza de un pelón!

Seré más la "amiga nada mas", dejando poco a poco la posesión y dependencia en mis decisiones, somos amigos, somos pareja, pero somos seres individuales unidos por voluntad propia, pero conservando nuestra identidad y origen que nos hace únicos.

martes, 17 de junio de 2014

Mujeres de mujeres


Tuve un fin de semana sociable, dos días con dos diferentes grupos de mujeres.

En uno predomina la diversión juvenil que te aísla de tu realidad: alcohol, bailes y canciones a los pies de una rockola. No hace falta pensar, ni demostrar nada, solo dedicarte a disfrutar el momento; aunque me hubiera encantado sembrar angustias en este jovial grupo no hubo oportunidad; ya la tendría el siguiente día con mi grupo de edad contemporánea las "30 y más", casadas, hijos, amas de casa, profesionales.

Más allá de estas coincidencias contemporáneas, hubo una que llamo mi atención y que nunca antes había considerado, estas cinco mujeres que charlábamos felizmente, fuimos criadas por mujeres de personalidades fuertes, con un gran sentido de responsabilidad, permanencia y supervivencia, abandonadas, solteras o abuelas que asumen la responsabilidad de una hija que se niega a la maternidad.

Y ahí estábamos: la madre ama de casa, la comprometida, la concubina, la madre trabajadora y la futura madre.
Todas reíamos y al mismo tiempo exhalábamos nuestras quejas derivadas de la vida en pareja. No había mucha diferencia en la queja, pero si la había en la forma en que la afrontábamos: alguna tomó la opción de educar y "moldear" a su gusto y conveniencia, otra lo manda a la "chingada" y toma el control de toda la situación, yo cierro los ojos y pienso "no pasa nada" (claro, hasta que se me "llena el buche de piedritas" y me desborde); hay alguna que lo aborda desde aspectos psicológicos y fisiología del cerebro y por último la más básica, la que lo ve como cuestión de genero.

Y aunque aquí podríamos aplicar el método científico  y de esta conversación hacer una serie de encuestas y estadísticas para obtener "verdades absolutas" de "es que las mujeres son así" y "los hombres así", yo opto por extrapolar nuestra conversación más allá del genero y analizar otras constantes o coincidencias de nuestras vidas.

Ninguna creció en abundancia o rodeada de mimos, todas crecimos en ambientes sumamente controlados y con carencias, todas deseamos compañía en la vida, pero también somos capaces de caminar solas por la vida, nos cuesta trabajo aceptar los fracasos y juzgamos muy duro a los que  no piensan y actúan como nosotros, porque creemos que nuestra forma "es la mejor".

Definitivamente, no hay una sola forma de ser, pero es la que conocemos, la que "mamamos" día con día y la que resultó mejor para nosotras.

Estoy segura de que si a cualquiera de las cinco nos dieran a elegir nuestros orígenes y crianza, elegiríamos los mismos, porque estamos orgullosas de lo que somos, pero más orgullosas de la mujer que nos guío y preparó para este caminar.


viernes, 13 de junio de 2014

Al lugar que todos vamos...

Como este es mi espacio, hay cosas curiosas que descubro y siento la inmensa necesidad de compartirlas, aunque es probable que a nadie le interese mas que a mí.

Por alguna razón, soy una consumidora exigente, cualquier compra me demanda realizar una evaluación del producto en precio y calidad. Soy la cuarta de cinco hermanos y gran parte de mi infancia observé lo mucho que se le dificultaba a mi madre comprar cosas para mí y mis hermanos. Recuerdo que con 12 o 13 años, disfrutaba de ver en la televisión el programa de "Tecnologías Domésticas" de la Procuraduria Federal del Consumidor y hasta la fecha, sigo siendo una fiel seguidora del programa y la Revista del Consumidor. Comprar algo de valor económico (aparatos electrónicos, muebles, pintura, maquillaje, ropa, refacciones, etc) se convierte en una agobiante odisea de indecisión,(que no cualquiera está dispuesto a seguir) hasta dar con ese producto que cumpla con la perfecta relación entre calidad-precio y así asegurar la inversión económica.

Tengo años eligiendo la misma marca-modelo de papel higiénico, porque tiene un precio accesible y ademas es de buena calidad, no es super suavecito, pachonsito, con olores o para la mujer. Es simplemente un buen papel en resistencia y cantidad de hojas; inicialmente  era de 500 hojas dobles, pero con nuestras crisis económicas he observado que el número de hojas ha ido disminuyendo, ahora es de 400 hojas dobles, pero lo siguen ofreciendo bajo el mismo nombre "Mega Jumbo".

Había días en que iba al supermercado y me sentía muy feliz de encontrar el papel entre $16-$19 pesos, aún $21 peso era un precio razonable para su calidad, sobre todo porque en ocasiones Soriana lo llegaba a vender hasta en $36-$41 pesos; bueno, pues el día de ayer, recuperando mi vida de ama de casa, después de entregar uno de mis proyectos que me tenían enclaustrada, decidí hacer mi "tour" de compras de mandado,  mi primer parada fue en Super Tienda ISSSTE, ahí encontré el papel en $21 pesos; a simple vista, me pareció diferente, un poco mas compacto, pero eso no opaco mi felicidad. Pasé por otro supermercado y lo encontré en $17, ya se me imaginarán mi felicidad, así que no resistí la "ganga" y compré dos mas; sin embargo, me pareció diferente al de mi primer compra; pero, mi curiosidad por ésta diferencia en precio-apariencia ya era mayor, así que llegando a casa los comparé y aquí el resultado.

No tengo una báscula, pero creo que puede observarse que el de la izquierda (el de $21) está mas compacto y las hojas son más gruesas que el de la derecha($17).

Ambos papeles, van a terminar en el mismo lugar: en la basura llenos de mierda, ya sea como resultado de haber limpiado el culo de alguien o embarrados de algún fluido corporal.

Es ahí donde viene la reflexión:
Los humanos somos como un rollo de papel, hay de todos los gustos y todos los precios; algunos de mayor calidad, otros que se disfrazan como si fueran de calidad pero no lo son,  unos mas suaves, otros mas rasposos, unos huelen bien y otros no, pachoncitos, flaquitos, compactos con mucho contenido,  inflados pero sin contenido. Algunos se valoran con un precio alto, por todos sus méritos y logros, pero al final todos nos embarramos de mierda en algún momento de nuestras vidas y todos terminaremos muertos en  un bote de basura elegantemente llamado tumba, sepulcro o urna de cenizas...

viernes, 6 de junio de 2014

La envidia que me corroe

Os he tenido un poco abandonados, mi agobio por terminar mis trabajos pendientes me impide relajarme unos minutos para escribir, pero a veces ese agobio es lo más estúpido del mundo, porque igual paso 10,20,30 hasta 60 minutos pensando en "tengo que hacer esto", pero no hago nada y termino tirando mi tiempo por el retrete; hoy decidí no seguirlo tirando, por eso estoy aquí.

Dedico mi reflexión a una imagen "Shockante" que viví el día de ayer.

Mientras yo sudaba sobre una bicicleta que pedaleaba de forma endemoniada (clase de spinning), a mi izquierda había un joven de figura estilizada haciendo sus estiramientos para tener una solitaria clase de "pole dancing".

En esta época una imagen así ya no nos causa asombro, lo hemos aceptado para no parecer arcaicos, pero estamos tan acostumbrados a aceptar, que perdemos toda capacidad de escándalo, análisis o admiración. Sin embargo, en esta escena hubo algo que provoco mi asombro y me llevó a reflexionar sobre la imagen que admiraba en ese momento.

El joven, usaba tacones,si !tacones!,  pero no cualquier tacón, era un tacón muy alto, bailaba con naturalidad, sensualidad y libertad, podías observar una total aceptación y apropiación de su físico y su cuerpo. Su baile no inspiraba desprecio, ni provocaba a la excitación sexual, era como una hipnosis artística; fue ahí donde sentí envidia, pero al mismo tiempo, tenía toda mi admiración.

A pesar de la apertura en la sociedad para aceptar las cosas diferentes, no habrá sido fácil para éste joven enfrentar todo lo convencional y ser lo que el quiere ser, lo que le gusta ser. Pero su actitud en "el tubo", frente al espejo, era como una coronación o glorificación social. Sentí envidia de su seguridad, de su libertad, de su aceptación, porque yo nunca he sido capaz de aceptar mi cuerpo, mucho menos de moverme con una gracia que demuestre la unión entre mi cuerpo, mente, lo que soy o lo que quiero ser.

Últimamente me he convertido en una envidiosa, porque no soy capaz de callar esa voz en mí que me hace seguir reglas, patrones y conductas que han sido sembradas desde mi infancia.
Me da envida la libertad con la que otros pueden vivir sin obsesionarse por aspectos de orden, limpieza o prevención para el futuro. Aunque yo llevo una vida ordenada y me gusta presumir mis logros -y porque no?, causar envidia-, a veces sólo quisiera saber vivir sin pensar, simplemente deslizarme suavemente y con total satisfacción, como lo hacía el joven con tacones en "el tubo".

viernes, 23 de mayo de 2014

La "GordiBuena" que no vive en mí.

Mucho tiempo de mi vida lo he dedicado a luchar con mi sobrepeso, algunas veces las guerras han sido inexistentes(tipo USA y las armas nucleares) porque siendo muy delgada me sometía a un ojo tan crítico en donde nunca estaba satisfecha con mi apariencia.

Mi insatisfacción se muestra en muchos aspectos de mi vida, me resulta sumamente fácil criticar a otros y encontrar todas aquellas cosas que si ellos hicieran, me harían más feliz a mí; pero cuando de auto examinarse se trata, entonces puedo "dormirme muy fácil en mis laureles" y sentir compasión por mí, mientras dejo que los días sigan sólo "pasando".

Es ahí donde pienso que no soy obsesiva o perfeccionista, simplemente me gusta más sacar la paja del ojo del otro y estar chingando a los que se dejan. Tengo obsesiones(motivos para chingar) a corto, mediano o largo plazo(de cual quiere?), algunas desaparecen otras llegan a ser crónicas o recurrentes.

En la categoría de recurrentes encontramos el sobrepeso; tengo 37 años, mido 1.69, hasta el martes pesaba 77kg, hoy viernes peso 75kg, esta diferencia podemos atribuirla a una buena visita al  inodoro, o a que llevo 4 días machacándome en el Gimnasio y ahuyentando de mi alimentación los lácteos, harinas y el azúcar.


En los últimos 10 años, mi peso ha sido una ecuación lineal al inicio (de 65kg a 84kg) , luego desciende en forma ondulatoria con  mínimo de 72 kg pero una media de 77kg. Algo así como la imagen! (aunque las ondas no se aprecian porque no tengo el historial mes a mes)

Según esta página Indice Masa Corporal(IMC), el mío es de  26.26
"tienes un leve sobrepeso. Tu peso ideal está entre 52.9kg y 71.4 kg según la Organización Mundial de la Salud"

52.9???? estas de coña!!!!???? ni en mis épocas mas traumadas llegue a ese peso!.. Feliz me sentiría de pesar 69kg! y ya se me hace mucho!

Llegar a los 72kg requirió un esfuerzo sobre humano, mas que nada físico. Años atrás en mis veintes llegue a pesar 58kg, pero les juro que apenas comía y me ejercitaba como una loca desquiciada (pleonasmo). Eso sí, nunca he sido de remedios o aparatos mágicos, ya ser gorda es suficiente auto engaño, como para todavía aumentarle esas babosadas.

Aunque me siento "cómoda" en mis 77 kilos, soy entre talla 10-14 USA,(42-46 EUR), NUNCA me llamaría a mi misma "GordiBuena", me parece un termino auto-compasivo de alguien que sigue aspirando a esos cánones de belleza que rigen nuestra sociedad, pero que a través de la "auto-aceptación" quiere sentirse "buena", "deseable", "follable". Al final no hay ninguna aceptación verdadera, sólo seguimos sometidas ante la premisa de ser "atractivas".

Llamarme "Gorda" como motivación, ya está choteado; tan choteado que no significa nada en mí,  es un termino que acuña cinismo propio y antepongo a la crítica de los otros "¡Ya se! estoy bien gorda", esperando por compasión o aceptación "Claro que no, te ves muy bien".

Toda mi vida me he visto gorda, gorda de 58 kilos o gorda de 84 kilos es exactamente lo mismo. Por eso mi batalla con el sobrepeso es siempre recurrente. Confieso ser una reprimida, pero al mismo tiempo indisciplinada , me abstengo de muchos, muchísimos alimentos para no engordar, pero suelo pasar largos lapsos sin probar alimento, o sin ejercitarme.

Por pura vanidad y porque sigo sometida a mi sociedad no quiero ser gorda. Me someto a mi propio maltrato físico, a mi relación amorosa entre el sobrepeso y yo. A veces nos amamos, otras nos toleramos, luego nos odiamos, nos conformamos. También nos recriminamos lo que no podemos ser, pero no puedo abandonarlo. Dejarlo de una vez por todas es demasiado esfuerzo, al final se que siempre volverá... pero nunca vivirá una "GordiBuena" en mí.

martes, 13 de mayo de 2014

Mis extrañas dependencias

Hace un par de días murió un viejo(pero aún joven) amigo, fue mi jefe por allá del año 1999.

Mi vida profesional y mi vida adulta apenas comenzada, como cualquier joven de 22 años que ha perfilado su corta vida para alcanzar el éxito en sociedad, aspiraba a tener un buen trabajo. A pesar de mi juventud el creyó en mi y luchó por conseguir un espacio para mí en su equipo de trabajo. Me vio crecer profesionalmente, pero decaer emocionalmente, caminé a la vida adulta, al darme cuenta que un buen trabajo, salario, reputación, no es todo lo que se necesita en la vida. Pero eso, Él ya lo sabía, por eso dejo que me fuera, siempre me vio como un humano no como un recurso, no era solo mi jefe, era un ejemplo de vida a observar, Él podía tener mucho mas, pero Él era feliz con su vida, con lo que tenía, con sus logros y con lo mas importante, su esposa y su hija.

Hoy que se ha marchado,  su esposa,  su cómplice y compañera, sigue con su vida, recuperando cada pequeña miga del camino que caminaron juntos. Las migas son viejas pero aún cumplen su función, muestran el camino que ambos construyeron, encontrar cada miga la hace vivir, recordar, sentir y volver a ser feliz, porque aunque sigue el camino sola, no está perdida, puede seguir dando pasos, porque  juntos, voluntariamente con compromiso unieron su destinos y trazaron su futuro.

Reflexiono en mi vida, en las veces que mis pensamientos se disparan y encuentro uno y mil temas para venir a desbordar mis frustraciones derivadas de la convivencia, de la vida en pareja. No se que piensen de mí y de mi compañero, a lo mejor lo odian por lo que cuento aquí de Él, o me odian a mí por ser tan exigente, nos odian a ambos o simplemente soy un caso ideal para estereotipar, etiquetar o ignorar.

No hay nada que me obligue a esta relación, no tenemos hijos, no estamos casados, tenemos una hipoteca, que por cierto está a su nombre, pero como yo no tengo apego a los bienes materiales, podría marcharme si lo deseara. Sin embargo yo decido seguir aquí, aún con todas esas "nadas" que me molestan, sulfuran y desbordan, porque no puedo imaginar, no concibo una vida diferente o alternativa si Él no estuviera aquí.

¿Como superar cada día sin poder observar su blanca piel mientras duerme?,  o ¿Como no volver a asomarme a su rostro para ver si sus pequeños ojos  están cerrados o abiertos?, mi mano no se estrellaría mas en su trasero cuando pasa cerca de mí, tampoco podría hurgar en su cara y espalda. Todas esas pequeñas migajas que solo se pueden recoger en la intimidad de una convivencia, se convertirían en un intangible recuerdo.

Es verdad, la confianza llega a apestar y resulta agobiante apoderarme de todas las responsabilidades de nuestra vida en pareja. Por eso, quiero disfrutar cada pequeño momento de cercanía física y mental; sin importar que aveces estaré desbordada, enfurecida y hasta rodeada de un poco de mierda, porque no soy capaz de dejar ir  mis extrañas dependencias.

Dedicado a LCGR, que aún en su ausencia, su vida nos sigue inspirando. 
Descansa en Paz, amigo, jefe, Hombre...ser humano.




sábado, 10 de mayo de 2014

Mierda Invisible...

Hace un año que nos mudamos a nuestra nueva casa, cabe mencionar que cuando se quiere vivir libre y sin responsabilidades, tener una casa no es sinónimo de felicidad, triunfo o éxito.
Nos aventuramos a construir una "mansión", entre comillas, porque es mucho mas grande de lo que dos personas y dos perros pueden necesitar como refugio.

Nuestro hogar es como un cascarón, luce bien por fuera, por dentro es habitable, pero aún le falta gran parte de los acabados, uno de ellos "los suelos".

Tenemos un habitante que vive feliz por muchos días; la mierda, a veces ignorada por mí, pero invisible para Él.

Alguna vez, desesperada de ver a la mierda viviendo tan feliz en nuestro hogar, le pregunté a Él , ¿no te da asco vivir en "la mierda"? y la respuesta que obtuve fue "Estamos muy lejos de vivir en la mierda", ahí perdí toda mi esperanza de que este inquilino llamado mierda, fuese a desalojar nuestras vidas.

Así que, yo tengo mierda en los ojos, por eso la veo; o el tiene ojos de mierda y por eso no la ve. Ya sé! mejor aún,  soy clarividente, veo lo que otros no ven y  también soy una especie de mago "chingón" que hago aparecer la mierda con mi aspiradora.

Estoy segura de que SI esta ahí, porque me pica el cuerpo cuando me siento en el sofá o cuando duermo en nuestra cama,  hurga mi nariz y me hace estornudar.

Remover la mierda del hogar es una tarea que sólo a mi me interesa -hablaré de forma personal porque no quiero cometer el vulgar error de reducir el tema a cuestión de géneros hombres vs mujer- porque sólo yo me agobio cada día de ver como el polvo se acumula muebles, suelos, ropa, aparatos eléctricos; de que crezca una montaña de platos sucios, de que el grosor de la capa de cochambre en la estufa y hornillas sea mas gruesa cada día, de que mis cabellos oscuros como la noche tapicen el suelo, de la basura en el patio de la entrada, del sarro acumulado en baños, lavamanos, mamparas, del desbordante cesto de la ropa sucia o  el bulto creciente  de ropa limpia que se desplaza de la cama a la silla y de la silla a la cama.

Adoro el orden, amo ver la cama perfectamente tendida, sin arrugas, las sobremesas despejadas, los sillones perfectamente bombachos, baños blancos, impecables, llaves brillantes sin manchas de agua, ropa bien doblada  -la ordenaría por colores, pero es un poco exagerado *sarcasmo* -.

Así es la imagen que mi cerebro guarda y cuando la más mínima mierda de desorden la rompe, me dan espasmos y tics nerviosos que me dicen "algo esta mal".

No me gusta pedir ayuda, porque no estoy acostumbrada a hacerlo, crecí con la idea de "cada quien se rasca con sus propias uñas". No tengo práctica en pedir ayuda, por lo que mi forma de clamar  se convierte en una reclamación. Mas de una vez sale el grito desesperado "¿porque tengo que hacer todo yo?"  la respuesta que obtengo es "Pues no lo hagas, si no quieres".

Guardo silencio y sigo el consejo, dejo pasar los días, la semanas, pero nadie lo hará por mí. Me sermoneo a mi misma, diciéndome "no pasa nada por una casa sucia", pero no puedo evitar sentir vergüenza de vivir así, me decido a dar respuesta al ¿porque yo? ... porque sólo a mi me importa.

Les presento parte de mi huésped incomodo, el que sólo yo veo, el resultado aspiradora mágica.








jueves, 8 de mayo de 2014

Discriminación Ortográfica

Acúsenme de racista, intolerante, discriminante, retrograda, elitista, segreguista, miembro de la comunidad de la vela perpetua, Kukus clan o cualquier otro adjetivo que les guste para mí; pero me resulta inadmisible, inaceptable y  vergonzoso que nuestros ojos tengan que presenciar la barbarie con la que la gente se expresa en forma escrita, si es que puede llamarse escribir.

Se defienden por ahí diciendo "todos tenemos derecho a expresarnos", es verdad están en su derecho, pero no porque sea un derecho tengo que aprobarles y celebrar su capacidad de expresión.

Ahora que lo pienso, estoy siendo un tanto ridícula, porque ¿Quien me apunta con un pistolón en la cabeza, para tener a ciertos "amigos" de facebook?, porque además de que publican pendejada y media, lo hacen con tremendos horrores ortográficos.

Un amigo me dijo "quéjate, pero no te enojes"; sin embargo su frase me la paso por el arco del triunfo, porque no puedo evitar sacar a relucir esa ira y rencor "cholo"  que se esconde en lo más recóndito de mi corazón.

Es normal que cometamos errores ortográficos (antes de que me crucifiquen, seguro que yo tendré algunos por aquí), pueden ser errores de dedo, ligeros descuidos, flojera de poner acentos, etc. Pero lo que es absurdo es que la gente no tenga escrúpulos en escribir tan grotescamente sus comentarios y estados.

A lo mejor está científicamente comprobado -es que no he encontrado un enlace en  redes sociales- que las personas que escriben con faltas de ortografía a diestra y siniestra no les funciona alguna parte del cerebro o de la vista, porque, ¿quien escribe varva justo después de que alguien puso en su estado Barba ? 

Es que a veces ni siquiera es sólo la falta de ortografía, me los imagino como figuras rabiosas, babeantes, desesperadas por "publicar" que pierden la conexión de sus sentidos brincándose letras para llegar a toda velocidad a follar, perdón al botón publicar.

¿Acaso no se dan cuenta que sus palabras escritas parecen que están reglando?, lo digo por aquellos correctores ortográficos que manchan en rojo los errores y que están incluidos en  la gran mayoría de los navegadores, sistemas operativos y aplicaciones que éstos limítrofes utilizan para compartir sus estados de ánimo, opiniones y "valiosas" críticas en las redes sociales.

Estás publicando al mundo! (porque algunos son tan "sopes" que tienen todo público), acaso ¿no nos encanta cuidar la imagen?  -aún aquí yo escribo con mesura y eso que dije que iba a escribir a "calzón quitado"- , ¿Porque no cuidar lo que escribes?

No se en que beneficia que el "cibermundo" llegue a TODAS las personas, pero segura estoy que no viene a mejorar su vida o incrementar sus conocimientos, sólo es un medio de entretenimiento más, para seguir enajenados y sentir que tenemos derecho a algo...

No les pongo los absurdos que provocaron este mensaje, porque no quiero herir sus ojos!